LAS INCREÍBLES REVELACIONES DE MARIA MAGDALENA

Ya ha sido tratado en este blog con anterioridad el tema de los Arcontes, pero hay mucho para decir sobre estos nefastos y oscuros personajes. Además de dirigir la vida terrenal de la especie humana, los Arcontes son los seres interdimensionales engañosos con los que el alma se encuentra cuando parte del cuerpo al morir la persona; ellos se disfrazan de ser amigos o parientes fallecidos que vienen al encuentro del alma que parte.

De la conciencia del recién fallecido extraen recuerdos y los utilizan para recrear imágenes y formas de personas que el fallecido creerá reconocer como a sus cercanos y entonces se abrazará a ellos en completa confianza y se dejará llevar y aconsejar, aún cuando sólo son demonios disfrazados que entorpecen su regreso hacia la Luz.

Según el Evangelio de María Magdalena, apócrifo según la Iglesia de Pedro el Traidor, el alma al desprenderse encuentra en su camino de regreso al Todo, por lo menos a cuatro trampas arcontes dispuestas para volver a engañarla y de ese modo hacer que retorne a la Tierra, uno de tantos planetas prisiones, encarnando nuevamente a fin de continuar en su sufrimiento del que ellos se alimentan.

La religión cristiana divulga falsamente que María Magdalena era una prostituta siendo que la verdadera PROSTITUTA es la Iglesia de Pedro, que está dedicada a continuar con el proceder de los mercaderes del templo, cuyas mesas de cambio de dinero pateó Jesús enfurecido en su tiempo de entrada a Jerusalem. “Sin dinero no hay misa, ésa es la premisa”.

Las cuatro trampas que encuentra el alma al partir se llaman: Muerte, Concupiscencia, Ignorancia y la Entidad de Siete Formas, cuyo fin es engañar y convencer al alma de su culpabilidad induciéndole cargos de conciencia a fin de que en lugar de dirigirse libremente al Padre-Madre-Fuente de quien forma parte originalmente, acepte reencarnar y así volver a la prisión. Parte de su convencimiento surge de la creencia humana en el Karma, que no tendría sentido si el alma no regresara a encarnar. De allí surge la frase que expresa “La verdad os volverá libres”. Libres de toda esta podredumbre, de toda esta mentira.

Así, los Arcontes buscan mantener presas a las almas de los difuntos y es muy importante que esto lo tomemos en cuenta porque fue una enseñanza que Jesús dejó solamente a María Magdalena, quien lo cediera al mundo manifestándolo en su Evangelio, para incomodidad de algunos de los Apóstoles que desdeñaban al género femenino tal como era costumbre en aquella época.

Varios de los apóstoles no miraban con buenos ojos la relación de Jesús con una mujer, María Magdalena, y hasta le reclamaban que Él la quería más a ella que a ellos. Eso demuestra que Jesús estaba rodeado de ignorantes, estrechos, machistas y traidores. El más indignado fue Pedro, quien rápidamente reaccionó tras la “muerte” de Jesús, lógicamente, llevado por su ignorancia y su temperamento colérico y dominante, a cuestionar a María Magdalena mientras otros apóstoles tuvieron que ponerlo en su lugar en respeto a las decisiones que había tomado Jesús.

De la misma manera fue que el Diablo se indignó y se rebelo cuando comprendió en su decepción que había sido creado para servir a los demás seres de la Creación en lugar de ser servido y adorado; en su megalomanía no comprendió que su manera de evolucionar y sentirse premiado era justamente servir a los propósitos de su Creador, tal como en plenitud y felicidad hacen los demás Ángeles cuando cumplen humildemente su función de mensajeros o ayudantes respecto de la especie humana.

Su exacerbado ego no le permitió ver que siendo un Ángel perfecto y pudiendo ser la mano derecha del Creador, se perdió en su soberbia, cayendo de ser llamado el Príncipe de la Luz, a Príncipe de la Mentira.

Por eso es que sus características se muestran absolutamente antagónicas: Luz – Oscuridad, Verdad – Mentira, Amor – Odio, El que libera – El que apresa, El que brinda para enriquecer – El que quita para alimentarse, El que sirve en humildad – El que exige ser servido con prepotencia y soberbia, El que ama y respeta – El que exige ser amado y respetado, como si el amor y el respeto se pudieran brindar a quien no se los ha ganado.

“Yo soy el único Dios”, “Quien me desobedezca morirá”, “A nadie adorarás más que a mí” ordena lastimosamente en el Viejo Testamento a la Humanidad este pobre ser desquiciado en su desesperación tan similar a la miseria humana tratando de convencer y autoconvencerse. Así como tantas otras manifestaciones que lo muestran hoy a cualquiera que apenas comprenda algunos principios de psicología, como un ser lleno de histeria, soberbia, ignorancia, prepotencia, en su proceder como psicópata, asesino, manipulador y megalómano.

Así es el famoso Diablo YAVE que se disfraza de Dios, ésa es su esencia patética, su verdad lastimosa y miserable. Así es Dios, la máscara creada por el Diablo para engañar a los desprevenidos. No hay que confundir a Dios con Jesús, como lo indica la Iglesia, porque son Conciencias antagónicas; por eso en la Biblia están mencionados tres personajes fundamentales: Dios (la versión engañosa arconte), Jesús y el Padre que Él menciona como “mi Padre”.

Cuando Jesús es preguntado si es Dios, Él sólo responde: “Tú lo dijiste, no yo”. Jesús no negaría a su Padre si es que Dios fuera su padre, al contrario, lo reivindicaría. Tantos millones de personas que leen la Biblia y no aciertan a darse cuenta de esta simple verdad: hay un tercero que sobra, y que no es otro que el mismo Demonio. Eso consigue el fanatismo, que las personas no disciernan y se dejen llevar como ovejas al matadero.

En el Viejo Testamento se puede observar a un Dios colérico, resentido, vengativo y manipulador, que no es otra cosa que el Jefe de los Arcontes: es decir, el mismo Diablo. De allí sus declaraciones autoritarias, que intentan imponer el miedo a los no alertados, así como sus amenazas, sus venganzas, sus actos incomprensibles y mandatos alejados de la compasión. Sólo alguien que siente mucho miedo puede estar tan desesperado por que lo vean como el “único” dios; miedo de que sus ovejas alcen la cabeza, despierten y se pongan de pie, porque entonces se le acabó el negocio.

No es un Dios que habla de amor, de compasión, de amor a sus hijos, de dedicación a lo que se supone que ha sido su Creación; por el contrario, YAVE o Jehová se muestra absurdo y soberbio, amenazador, vigilante, celoso por su propia declaración, que impone su palabra sin que se le encuentre sentido hasta que no se cambia el punto de vista con que se lee, hasta que el lector no despierte a considerar que el amor y el respeto no se ordenan, sino que deben ser ganados. Y sin embargo hay millones de seres humanos no advertidos que ciegamente siguen sus indicaciones como un rebaño inconsciente que pacíficamente se dirije al matadero, pobres ignorantes.

Por estas actitudes mencionadas fue que descendió entonces su vibración y por eso se alejó, celoso, frustrado y resentido de las Cercanías de la Luz, tal como el infame Pedro se alejó de las enseñanzas de su Maestro Jesús, creando a la prostituta mayor que hoy se conoce como Iglesia Cristiana, cuyo fin se acerca prontamente, al igual que el fin de los Arcontes.

Estos seres se encuentran hoy desesperados en su tarea de llevar agua para su quintita, y han puesto toda su capacidad en oferta porque saben que a pesar de ser los dueños de este mundo material, su existencia tiene fecha de vencimiento ya que la Humanidad, aunque muy lentamente, está reaccionando y dejando de negar a la Luz al independizarse de la materia.

Y esa fecha de vencimiento, paradójicamente, está en nuestras manos, y ellos, los Arcontes lo saben y por eso se enfurecen e intentan toda clase de engaños; somos nosotros, los esclavos de la especie humana, la que determinará el fin de los Arcontes, así como la droga desaparecería si no existieran compradores, así como la maldad dejaría de existir si el ser humano le diera la espalda.

Si los soldados decidieran dejar de disparar contra sus enemigos, acabaría la guerra. Si los seres humanos comprendieran su verdadero Origen y su valor y poder como seres especiales, ya no existirían los miedos, la envidia, el materialismo y todas las desviaciones que rebajan su categoría de Chispa de Luz, y por lo tanto, los parásitos Arcontes ya no tendrían alimento.

Sin embargo, esta masa humana reaccionaria está despertando y siendo cada vez mayor, y de ese modo, justificará la intervención de las razas de Luz que hoy no pueden hacerlo todavía porque parte de nuestros propios “hermanos de especie” están entregados en pactos secretos con los Arcontes y sus soldados, y la universal Ley de No Intervención no les permite intervenir en esta Tierra porque nuestros gobernantes han pactado con ellos.

Pero, como siempre, un exceso de un lado termina inclinando la balanza hacia el otro lado; los peores enemigos de los Arcontes son ellos mismos al luchar por una causa que está perdida desde su origen. La Luz de La Fuente es el alimento del Universo y sintonizándose con Ella es como se alcanza la vida eterna como enseñara Jesús.

¿Tan difícil de comprender es este concepto? Para los Arcontes esto no es problema de comprensión, es solamente rebeldía, rencor y la incapacidad de dar marcha atrás porque han perdido las coordenadas de regreso en tantos millones de años de sendero equivocado.

A su pesar, una Entidad muy sabia que al principio estaba al servicio de ellos tuvo un diálogo reservado con Jesús y a raíz de ello decidió cambiarse del bando de los perdedores y practicar su Servicio a la Luz; me estoy refiriendo a una Entidad de alto poder y conocimiento: la Parca de la Muerte.

Las Parcas pertenecen a una Tribu Sutil-Aire-Burdo-Agua, y en particular, la Parca de la Muerte antiguamente al servicio del Demonio fue liberada por Jesús quien la convenció de servir a los Supremos Designios de la Luz, a fin de que por medio de su poderoso golpe, las almas de los hombres pudieran desprenderse de los cuerpos y ascendieran hacia su Todo Creador. Si bien todas las Parcas son de aspecto espantoso, en ocasiones la Parca de la Muerte se muestra como una bella joven rodeada por la luz que le brinda su Servicio al Padre-Madre-Fuente.

¿Qué podemos hacer para que se desvanezca toda esta conspiración demoníaca de los Arcontes? Lo más efectivo es vigilarnos a nosotros mismos, poner la mirada en el interior, corregir lo que vamos comprendiendo que está errado, al mismo tiempo que investigar y discernir la verdad de las mentiras con que nos bombardean todo el tiempo.

Y a medida que de ese modo vamos tomando conciencia y Conciencia, cada vez iremos hilando más finito y puliendo las aristas menores, vibrando más alto camino a liberarnos de estos poderes malignos que se alimentan de nuestras acciones equivocadas y alejadas de nuestra Esencia de Luz.

Ésa es la lucha más productiva, la lucha por ser mejores personas y elevarnos, fortaleciéndonos y  volviéndonos inmunes, y de ese modo condenando a los Arcontes a su desaparición al quitarles su razón de ser.

Lejos de hacerles un mal a estos repulsivos seres con nuestra actitud positiva, estaríamos favoreciéndolos al guiarlos irremediablemente de retorno hacia el reconocimiento de la Supremacía de la Luz dado que no les queda otro camino que el Retorno, o bien, quedar aprisionados en sus oscuros reductos por la eternidad.

Los Arcontes no pueden ser eliminados porque la muerte no existe y la energía no puede desaparecer, por lo tanto, sólo pueden ser recluídos y encerrados. Pero tanto creen los Arcontes que es inmensa su sabiduría que irónicamente termina siendo solamente una patética ignorancia, porque no se han puesto a pensar que no tienen vida propia ya que sólo pueden existir como antagonismo de la Luz, dado que la Oscuridad sólo puede definirse como ausencia de la Luz.

Ellos odian y temen a su enemigo a raíz del cual, existen; ésa es la mentalidad irracional, caprichosa, mediocre y obnubilada de la Oscuridad. Casi llama a risa su recalcitrante e infantil actitud en contra de su propio sostén de existencia.

Por lo tanto su razón de ser no es tan independiente como creyó Lucifer habiendo sido creado como el más bello de los Ángeles, cuando encaprichado se rebeló y se convirtió lastimosamente en el Jefe de los Arcontes. Que el Padre-Madre-Fuente se apiade de Dios (YAVE, Jehová, el Diablo, o como guste autodenominarse en sus innumerables versiones engañosas) y de sus secuaces, cuando éstos deban resignarse a dejar de ser lo poco que son y no les quede otro remedio que reconocer que alguna vez partieron del Padre Luz, y que les guste o no, aún malarriados y abyectos, definitivamente son Sus Hijos porque de su latido creador (expansión y contracción) fueron engendrados. Y por lo tanto, por suerte y por desgracia… son nuestros Hermanos, Hijos del mismo Padre.

El Sendero Del Ser. Bendiciones. Leo

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