¿LOS PERROS Y LOS GATOS SON EXTRATERRESTRES?

Para la mayoría de las personas tanto los perros como los gatos son seres ya incorporados a nuestra forma de vivir y frecuentemente son adoptados como mascotas que conviven con las personas, los acompañan y hasta incluso, los cuidan. En el caso de estos “animales” se ha demostrado que su espectro de visión es mucho más amplio que el nuestro, y de hecho a veces adoptan actitudes incomprensibles para nosotros, como mirar fijamente a un punto en el espacio en el que nosotros no vemos nada y hasta reaccionar jugando o bien, espantados por algo que no comprendemos pero que es evidente que está allí.

Si éste fuera el caso, ha llegado el momento entonces de “hacer una limpieza” de ese hogar, contaminado por energías negativas.

Cualquier persona que haya incursionado aunque sea ligeramente por los conocimientos que van más allá de los convencionales, sabe que estamos rodeados por campos de fuerza, ondas e incluso por seres vivos que tienen real existencia pero que no podemos ver (aunque sí nuestras cámaras fotográficas) y por eso negamos, copiando la pobre mentalidad de Tomás, uno de los menos lúcidos entre los discípulos de Jesús que sólo creía en aquello que podía ver.

Todavía a través de toda mi vida no logro comprender qué era lo que hacía alguien tan obtuso como Tomás en las cercanías del Maestro siendo que para este discípulo sólo existía lo material que puede verse y tocarse. Tal vez su tarea era encarnar a la ignorancia humana, no se me ocurre otra.

Por otra parte, sabemos que las facultades como la visión, la audición, el olfato y la atención de estos animales que llamamos mascotas, van mucho más allá que las del ser humano, el “rey de la Creación”. Por ejemplo, hay perros que saben que su amo (esta palabra suena como algo soberbia, pero así se denomina) se está acercando a la vivienda y corren a la puerta a esperarlo, a veces habiendo cuadras de distancia entre ambos.

Es conocido que los gatos se echan sobre espacios que contienen carga negativa mientras que los perros eligen solamente espacios sobre los cuales hay carga positiva. Tuve un conocido que se sentía orgulloso de que su gato elegía su silla para echarse sin comprender que su gato elegía su silla justamente por la elevada carga negativa esotérica que este pobre hombre solía llevar consigo, y que con eso el gato sólo esperaba librar a su dueño de semejante suciedad de la cual el individuo era portador de forma completamente ignorante a pesar de que yo se lo remarcaba frecuentemente a fin de que se diera ciertos baños especiales para librarse de ella. Al igual que Tomás, como él no lo veía ni lo sentía, lo ignoraba e intentaba “soportar” mis “excentricidades”.

Por otro lado, si bien los gatos intentan limpiar el ambiente, y de hecho bajan a tierra gran parte de la negatividad que acosa a su dueño, los perros prefieren defender y acompañar incondicionalmente a sus dueños, por lo que siempre fueron considerados como “el mejor amigo del hombre”.

Tanto gatos como perros parecen comprender las palabras de sus amos, siendo que esto no es posible para ellos. Los perros se acostumbran a ciertas órdenes y sonidos tales como el “sit” cuando queremos que se sienten, etc. pero sin comprender su significado en palabras como lo hacemos los humanos. El perro debe ser adiestrado a que ante tal o cual sonido responda con una actitud. Sin embargo, también obedecen señas en silencio, y aún, hasta miradas que indican cierto estado de ánimo de sus dueños.

El gato, mucho más independiente, difícilmente se digne obedecer a un entrenamiento salvo que haya comida de por medio en cuyo caso su obediencia estará limitada a su hambre o a su gula, dado que su función es otra y no le interesa si sus travesuras nos ponen de tal o cual humor.

Sin embargo, todos aceptan a su gato o a su perro sin cuestionarse su origen y las razones de su domesticidad, creyendo que el perro deriva del lobo domesticado y que el gato es simplemente un ejemplar felino menos desarrollado y suficientemente cómodo como para compartir la vivienda con el humano.

Esto es falso. Genéticamente, por ejemplo, se ha investigado que los genes del perro no coinciden con los del lobo, o sea que nunca podríamos convertir a un lobo en perro o a un perro en lobo. Aún los “dingos” australianos, muy similares en aspecto a los perros, descienden de los lobos asiáticos y aunque algunos de ellos parecen aceptar ser domesticados es muy difícil que asuman la actitud humilde del perro y en ocasiones se rebelan y se escapan, por ejemplo, en los períodos de celo.

Sorprendentemente, existieron antes que el hombre ciertas razas alienígenas, como los guerreros “Kanus” de Sirio con cuerpos similares al humano y cabeza de lobo y los “Felinos”, también de Sirio, conocidos como “los hombres jaguar”. En muchos escritos bajo relieve egipcios figuran tales descripciones, como la del dios egipcio Seth, claramente retratado en sus antiquísimos relieves y jeroglíficos con su cabeza de lobo.

Los guerreros Kanus eran sumamente feroces y carnívoros tal que tuvieron en jaque a la especie Annunaki, que se sorprendía al ver que estos guerreros se detenían a devorar a los cuerpos de sus enemigos vencidos. Finalmente los Kanus fueron dominados por la superioridad tecnológica Annunaki.

Asimismo, existen registros ocultos de episodios donde se ha verificado la presencia de ejemplares humanoides felinos. Estas especies han tenido que ver en la generación de la especie humana y les han cedido genética, como por ejemplo, se menciona que las personas que bajo la nariz, en su labio superior, presentan una ranura, descienden de esta especie felina.

Los perros y los gatos ven claramente el aura de las personas y perciben de qué clase de persona se trata, así como rápidamente con una mirada tienen muy en claro el humor que ostenta su dueño en el momento, a veces huyendo a refugiarse sin necesidad de que se les diga nada. Quienes hemos tenido esta clase de mascotas sabemos que esto es tal cual así.

La Ciencia, como siempre mintiendo, o bien, en absoluto y soberbio desconocimiento, dice no conocer exactamente el origen de nuestras mascotas felinas y caninas, las que parecen ser anteriores a la aparición del Hombre sobre la Tierra.

Pero lo que es innegable es que tanto perros como gatos hacen parte de nuestra vida y lo sepamos o no, siempre están a nuestro servicio protegiéndonos y acompañándonos, con una fidelidad muy particular que pocas veces nos planteamos. Se ha demostrado que estos animales, así como otros tales como los caballos, por ejemplo, son muy útiles recuperando enfermos para los que la Ciencia (o ciencia) no ha encontrado respuestas o al menos no las publica en favor de las industrias farmacéuticas, es decir que estos “animales” funcionan en realidad como terapeutas para recuperar individuos con conductas especiales tales como los autistas, para dar un ejemplo.

Existen ciertas ramas de conocimiento esotérico oculto que señalan que los animales en el principio de la existencia humana hicieron un pacto con los humanos a fin de ayudarlos a sobrevivir sobre la superficie de la Tierra, lo que indicaría que los animales estaban ya antes de que el humano fuera sembrado sobre la superficie.

Por lo tanto, la teoría de “domesticación” de los animales es falsa; ya su Alma Grupal había hecho arreglos con el Alma humana, al igual que el Alma Grupal vegetal para facilitar la supervivencia de los humanos, dado que fueron creados por el mismo genio genetista, al que los Sumerios llamaban Enki y Jesús denominaba como “Mi Padre”.

En un principio Enki fue obligado a crear a los humanos como raza esclava pero secretamente introdujo variaciones ocultas en su cadena de ADN de manera que los humanos retuviesen el Alma y llegaran a recuperar en cierto momento de su evolución mental y espiritual, facultades dormidas que pudieran despertar y liberarlos de su condena de esclavitud, tanto como esclavos físicos utilizados para obtener minerales del suelo terrestre como esclavos energéticos para suministrar alimento a los parásitos Arcontes al dejarse dominar por emociones extremas: el miedo, la ira, la angustia y tantas otras variedades que el ser humano parece disfrutar en sufrir o en hacer sufrir a sus congéneres.

Regresando al tema original, tanto perros como gatos tienen una misión a la vez curativa como de protección en nuestra vida, y aunque no lo sepamos, las angustias de los padres son absorbidas por los niños, y las angustias de los niños, así como las influencias esotéricas negativas, por las mascotas que las descargan a tierra y muchas veces, como me ha tocado presenciar, ofreciendo su vida a cambio de desviar brujerías y maldiciones oscuras sobre su dueño humano liberándolo de su sufrimiento.

Muchas veces, las mascotas “huyen” de las casas de sus dueños y éstos simplemente piensan que se escaparon en alguna correría y se perdieron. Las mascotas conocen bien su hogar y nunca huyen del mismo salvo cuando consideran necesario llevarse consigo maldiciones o malas influencias salvando así a sus dueños de sufrir las mismas. En las pocas ocasiones en que regresan o son encontrados, es porque han conseguido descargarlas y se sienten suficientemente limpios como para regresar a su hogar.

A veces la ilimitada estupidez e ignorancia humana castiga a la mascota cuando regresa pensando que su escape ha sido una travesura sin llegar a comprender en su infinita idiotez que la mascota les ha salvado la vida, y deciden someterla a una cadena a fin de “no vuelva a escaparse”. En ocasiones pienso que la especie humana es la menos digna de habitar este planeta; pero estoy seguro que tales atrocidades cometidas sobre los animales y las plantas no será gratuita, el tiempo será testigo de mis afirmaciones.

Ésa justamente es una de las razones por la que los seres Elementales nos discriminan e incluso, algunas especies Elementales odian a la especie humana, no sin sus debidas justificaciones. Otros Elementales, más evolucionados e inteligentes, intentan comprender y soportar las indignantes actitudes humanas respecto de las especies restantes y del planeta mismo, ayudando a comprender sus esencias elementales a fin de que los humanos más adelantados logren identificarlos e integrarse con sus intereses a favor del planeta.

Los perros y los gatos, los gatos y los perros, son entonces criaturas dispuestas a hacer lo que sea por nuestra supervivencia, por nuestra salud y nuestro bienestar; esos cómodos personajes que se adueñan de nuestros hogares y los defienden a capa y espada tienen una definida función y su origen data de millones de años atrás, posiblemente como descendientes de los Felinos y los Kanus que decidieron aceptar la misión de colaborar con los propósitos de Enki dirigidos hacia proteger a la raza humana, la especie elegida.

Por eso, de esta lectura en adelante, sería digno de quien posea una mascota reconocer en ella su Esencia y su sacrificio en compartir suciedades que por su naturaleza animal no acumula. La suciedad oscura es de naturaleza humana y estos pequeños genios se encargan de controlar y limpiar la mugre acumulada por las actitudes y comportamientos errados de los humanos, que atraen toda clase de bajas vibraciones en función de sus pensamientos y acciones disparatadas.

A tal grado la mascota adopta ciertos rasgos y actitudes de su dueño que se forma un campo energético que ambos comparten; la mascota parece ser así un receptáculo de nuestra alma y personalidad, y tal así se comporta. Es curioso que a veces hasta su apariencia física o caracterológica sea muy similar.

Esto nos dice que la mejor manera de honrar a la desaparicion de nuestra querida mascota es adquirir otra de inmediato, de forma que dicho campo integrado no se disuelva con el paso del tiempo. La nueva mascota rápidamente adquirirá las condiciones anteriores y no se registrará herida alguna en el campo áurico del dueño; de lo contrario, en lugar de un dulce recuerdo quedará un resquebrajamiento áurico que la persona recordará con pesar cuando algo le haga recordar a su mascota ausente.

El Sendero Del Ser. Bendiciones. Leo

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