RIESGOS PARA EL FINAL DEL AÑO 2017 EN ARGENTINA

Todos los argentinos nos preguntamos muchas cosas respecto del futuro próximo de nuestro país. La Carta Natal de Argentina es muy explícita sobre ello, y a través de ella voy a justificarlo; tiene el Sol en Cáncer (09-07-1816) lo que lo hace un país hogareño, que recibe sin discriminaciones a otros ciudadanos del mundo, los cobija, les proporciona oportunidades y progreso, muy relacionado con la alimentación (con el antiguo título de “granero del mundo”).

Los que tenemos antepasados que han llegado a este país buscando sobrevivir a la Primera Guerra Mundial lo sabemos bien. Argentina, en su calidad Canceriana, abre los brazos a los que necesitan hogar y alimento, y como además, el planeta Júpiter se encuentra ubicado en una posición importante, en su Casa 1 (el área que corresponde a la “personalidad” o a la “esencia”) no puede evitar ser un país protector, capaz de cobijar sin prejuicios.

Júpiter era conocido como Zeus, que gobernaba el mitológico Monte Olimpo, morada de los dioses griegos; él era quien tenía el poder de proteger y otorgar los beneficios a quienes se los solicitaban, muchas veces indiscriminadamente, sin mirar a quien.

Esto nos dice que Argentina “nació” como un país generoso, rico, y no discriminador.  Ese planeta, Júpiter, es conocido como “el Benéfico Mayor” y protege al país en todos aquellos momentos en que las cosas se desbarrancan, como si Argentina “tuviese un Dios aparte”.

El “Benéfico Menor”, Venus, se encuentra en el tope de la Natal, también protegiendo al país y volviéndolo agradable para quien viene a conocerlo.

Júpiter, además es el planeta que junto con la Luna, rigen a Cáncer, el Signo bajo el cual ha nacido Argentina. Es decir, en simples palabras, Argentina es dueña de su propia “suerte” y posee un “paraguas” que la protege y la vuelve atractiva, rica y generosa.

Además, el Sol de Argentina (su vitalidad, su energía, su existencia, el núcleo de su ser) está ubicado en un punto estratégico, el Mediocielo, la parte más alta de la Carta Natal, brillando de manera que es imposible para el mundo no verlo y tenerlo en cuenta.

Sin embargo, siempre parece haber un factor que no permite que estas promesas brillantes lleguen a un buen fin para el país. Argentina se ha caracterizado porque siempre ha existido “una grieta”, desde su fundación. No es un país integrado, sino por el contrario, hay multitud de intereses locales que inexorablemente chocan entre sí.

Como ejemplo menciono la fortaleza que tiene el acero pretensado que se utiliza en la construcción, que basa su tremenda resistencia en su ordenamiento molecular; sus partículas han sido orientadas en el mismo sentido, y trabajan en paralelo todas juntas.

Llevando este ejemplo a la Argentina, eso nunca se pudo lograr aquí porque cada habitante parece tener un interés personal distinto del de su vecino, y la gente no termina de comprender que todos los habitantes somos pasajeros en el mismo barco, y que por supuesto, si el barco se hunde, arrastrará irremediablemente a todos al fondo del mar.

Deberíamos ser millones de tripulantes colaborando en el mismo barco y en cambio, sólo actuamos como una tribu de millones de lanchitas, cada una yendo en distinta dirección, a su conveniencia personal.

Argentina está llena de “moléculas desorganizadas” y por eso, a pesar de sus potenciales y su riqueza, siempre sobrenada en forma cíclica (la Luna es cíclica, por lo que Cáncer también lo es) a punto de naufragar; la rescatan esos “botes salvavidas” (Júpiter en Casa 1 y Venus en el Mediocielo), pero la pregunta que muchos nos hacemos es… ¿Hasta cuando?

El Sol de Argentina representa también al mando del gobierno, sea éste el que sea, ubicado en 17 grados de Cáncer, allá arriba, bien visible, poderoso, dominador. Sin embargo, el poder puede ser ejercido de muchas maneras y sus resultados van a depender de ello, ya tenemos muchos ejemplos distintos en la historia.

Entonces, ¿Cuál es el impedimento que no deja que Argentina se transforme en la potencia soñada? Hay un factor que determina la eficacia de todas las medidas que pretendan ser tomadas. Así como el acero pretensado debía su fortaleza a la orientación conjunta de sus moléculas, en Argentina, las moléculas (entiéndase habitantes) siempre han estado desordenadas, con intereses opuestos y conductas caóticas.

Y no es hoy en día la excepción a esta regla. Como reza nuestro conocido Martín Fierro, “Los hermanos sean unidos, porque esa es la ley primera. Tengan unión verdadera en cualquier tiempo que sea, porque si entre ellos pelean, los devoran los de afuera”, recomendación que se enseña en la escuela primaria pero que parece ser ignorada todo el tiempo.

¿Dónde se encuentra ubicado el factor representativo del pueblo argentino en la Carta Natal? ¿Qué actitud mantiene frente al Sol, su gobierno? ¿Ayuda su forma de comportarse al beneficio de la nación? Esta es la parte delicada del asunto, y si debo ser realista y veraz, como siempre ha sido mi conducta, es necesario que lo exprese sin pelos en la lengua.

No se trata de mi opinión personal, sino que son las “malas noticias” que revela la Carta Natal de Argentina y como Astrólogo experimentado debo interpretar y ser fiel a ello, me guste o no; le guste o no a quien lee, lo entienda o lo pretenda negar tapando el sol con el dedo.

Las “malas noticias” es que el pueblo (en la Carta Natal de los países el pueblo está representado por la Luna) está encarnando la Luna, la que rige (controla, comanda, tiene influencia poderosa) a Cáncer, presentando dos aspectos muy negativos. Esto hace a la situación del país muy dependiente de la conducta de su gente.

La Luna de Argentina (su pueblo) se encuentra mal ubicada en Capricornio, y además opuesta al Sol (vitalidad, gobierno del país, destinos), y por otra parte está situada en lo que llamamos astrológicamente, “caída”, o sea en el lugar opuesto al que debería idealmente estar (es decir, junto al Sol, en Cancer). Los habitantes conspiran siempre contra el beneficio del país y se comportan en contra del esplendor de su Sol.

Es decir, siempre la Luna (el pueblo argentino), estando situada en la parte baja de la carta y exactamente opuesta al Mediocielo que marca los logros del país, va a estar “tirando hacia abajo” el futuro prometido para Argentina, impidiendo que ese Sol argentino brille y se posicione iluminando al mundo.

Esto es también, haciendo conciente o inconscientemente la contra a su gobierno, de forma de que éste resulte un país casi imposible de gobernar, que no sea por la mano dura y la imposición. Nótese que el argentino en general, menosprecia a los gobernantes débiles y se vuelve partidario de los más fuertes, aún cuando sólo sean fuertes y no leales a los intereses del país.

No es un pueblo que colabore con su gobierno, sino por el contrario, siempre se las arreglará para sabotear la mejor planificación, especulando o beneficiando sólo sus intereses personales; por otro lado, el gobierno, al estar representado por el Sol, opuesto a la Luna (el pueblo) siempre tomará decisiones indiferentes o perjudiciales a los intereses de los habitantes, pocas veces tenidos en cuenta.

Tampoco el gobierno, sea el que sea, estará bien ubicado porque al estar el Sol situado en Cáncer (Cáncer, recordemos que está regido por la Luna) se encuentra en la posición de “Luna Negra”o “Luna Nueva”, situación que se nota una vez al mes en el calendario, cuando la Luna se encuentra junto al sol y no se ve de noche, provocando las oscuras noches “sin luna”.

El sol debe brillar por sí y no en dependencia de la luna. Por eso en Argentina tienden a tener éxito los gobiernos populistas, y los que no lo son, rápidamente caen en desprestigio, porque el gobierno depende de conseguir el agrado de las mayorías para que estén a su favor. Estas mayorías no votan lo mejor para el país, sino que lo hacen en función de su estómago o de su bolsillo.

En pocas palabras, el gobierno argentino siempre tendrá intereses opuestos a los del pueblo, y siempre el pueblo estará haciendo la contra y saboteando a su gobierno, sea éste el que sea, salvo que saque ventaja de su apoyo. El gobierno intenta manipular al pueblo, mientras que el pueblo intenta manipular al gobierno.

La Luna se considera inestable, caprichosa y cambiante. Así se comporta la ciudadanía argentina, y también por ende, el funcionamiento del país. Siempre seremos un país inestable y hay que aprender a sobrevivir en esas condiciones difíciles; esto nos vuelve poco confiables a las inversiones extranjeras.

Otra dificultad más que posterga el progreso del país: la Luna argentina se encuentra en Capricornio, y si yo estuviera analizando la Natal de una persona, debería decir que tiene un comportamiento hipócrita, la Luna de los hipócritas es la Luna en Capricornio (al servicio de las apariencias), porque se encuentra situada en una posición opuesta a Cáncer que es donde debería estar para llevar adelante al país.

La hipocresía nacional se nota en que, por ejemplo, el argentino típico dice una cosa y hace otra; se sensibiliza ante nimiedades pero se esconde cuando hay que jugarse. Es una Luna personalista a la que no le importa nada de lo que pase en su entorno aunque perjudique a los demás, que siempre busca llevar el agua para su quintita aunque tenga bien en claro que sus vecinos mueran de sed.

Típico ciudadano que siempre prioriza sus intereses personales antes que los intereses comunes. De allí el conocido “no te metás”,  el “qué me importa”, el “problema de ellos”, su falta de amor a la tierra que habita, su desprecio por las reglamentaciones, su proceder egoísta y siempre personalista frente a los intereses de sus coterráneos; inmerso entre infantiles divisiones irreconciliables como “el hincha de Boca y el de River”, el “de Ford y el de Chevrolet”, el “peronista y el antiperonista”. Esta división entre hermanos se paga con altos intereses.

En el Zodíaco, Cáncer está representado por El Cangrejo: miedoso, camina hacia atrás, engañoso, prefiere ocultarse ante el peligro, pero sus pinzas no son débiles sino poderosas. ¿Se ve la similitud con este país?

¿Cómo no existir entonces “una grieta”? Siempre la hubo y siempre la habrá. Guste o no, los planetas en el cielo giran cíclicamente y algunas lecciones han de ser aprendidas, por supuesto por las malas, ya que durante tantos años no se lograron comprender por las buenas. La vida es implacable en ello, de una forma o de otra, se ha de crecer, pase lo que pase, caiga quien caiga.

¿Malas noticias? Apenas he comenzado. Hay un planeta, Plutón, el des-constructor, el que transforma destruyendo para dejar el espacio necesario para volver a construir algo nuevo, que en su desplazamiento por el cielo está por alcanzar a la Luna natal de Argentina, el pueblo, como está opuesto en un eje con el Sol, también influirá sobre el Sol, el gobierno.

No son buenas noticias para el pueblo ni para el gobierno, salvo que se logre interpretar lo correcto que se debe hacer, que al parecer hasta ahora, no está siendo correctamente entendido. La Luna (la población argentina) no está en condiciones de soportar tanta presión como la que  le llegará, ya que Plutón se relaciona a la fuerza atómica (Plutonio); el gobierno (el Sol que depende de Cáncer y por lo tanto de la Luna, regente de Cáncer) también sufrirá por oposición el tránsito de Plutón que actúa sobre ambos extremos del eje, y también estará sometido a una enorme presión.

Ambos, pueblo y gobierno, serán transformados inevitablemente. Tanto pueblo como gobierno deberán pasar por estas situaciones insoportables, sin poder ver más allá en el horizonte. Esto predispone a levantamientos populares, y como de costumbre, marchas, manifestaciones, cortes de rutas, saqueos, agresiones y violencia, que en este caso pueden llegar a sus máximas expresiones.

Hay que aclarar que “los astros inclinan pero no obligan”, es decir, crean situaciones con determinadas circunstancias, a las que las personas influenciadas pueden reaccionar de distintas maneras; sin embargo hace cerca de 100 años que Argentina  no vive una situación similar, y después de esto, ya no volverá a ser la misma. No caben dudas de que esto ocurrirá; la pregunta es ¿Cuándo?

El tránsito de mayor presión comenzará sobre el gobierno en octubre, y sobre el pueblo entre mediados y finales de diciembre del 2017 y durará durante todo el verano, por lo que se infiere que en estas fechas, la agresividad y la violencia desatada puede llegar a no tener límites.

Es poco probable que el gobierno sea capaz de salir airoso de esta situación, y hasta existe la posibilidad de algún hecho sangriento envolviendo a alguno de los gobernantes, los que en esos momentos pasarán  por situaciones de mucho riesgo, a nivel atentados. Ésas serán las circunstancias a las que Argentina estará sometida.

Como se puede ver, para fin de año la situación será muy difícil y este próximo verano será definitorio para Argentina, hasta llegar a marzo. Pocas probabilidades habrá de que se inicien las clases en tiempo y forma. Es posible que la violencia a la que estamos sometidos actualmente se ejerza aún más sobre los niños, los ancianos y las mujeres, dado que el mito sobre Plutón nos refiere a violación y muerte.

El tenor del cambio tiende a ser explosivo y de consecuencias graves; posiblemente habremos llegado al fondo del pozo y se abrirá la esperanza de la reconstrucción, una vez destruido lo que impide que este país avance. Esto representará el inicio de una modificación lenta para una nueva Argentina, porque después de la tormenta, siempre sale el sol.

¿Podrán los protectores Júpiter y Venus atenuar la fuerza destructora de Plutón dividiendo en dos a la Argentina? La respuesta será social y ya el tiempo lo dirá, pero 2018 comenzará a dejar atrás a una sociedad Argentina corrompida, caduca, irresponsable, sin compromiso, hipócrita, y en la que el mundo no confía porque ya han visto demasiadas pruebas de nuestra inestabilidad, de nuestra falta de amor hacia nuestra propia tierra y de nuestra falsa palabra que no tiene respaldo por inmadurez social, carencia de disciplina, de orden y moralidad. Argentina no merece ser tratada así por sus hijos, tanto naturales como adoptivos; ese maltrato no quedará impune cuando llegue la hora de rendir cuentas.

El Sendero Del Ser. Bendiciones. Leo

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