DISCIPLINA – RESULTADOS – BENEFICIOS

Hace poco estaba viendo un video del famoso empresario estadounidense Jim Rohn, en el que su mensaje motivacional resulta muy interesante, reafirmando conceptos que yo ya había estudiado y asimilado en otros cursos y seminarios.

Jim Rohn, ya fallecido, ha sido capaz de hacerse a sí mismo como persona y como triunfador, aunque por supuesto ha recibido la ayuda de otros mentores que le sugirieron las formas correctas de encontar nuevos caminos hacia el éxito.

Por eso se toman como referencia sus consejos como un lineamiento a seguir para la obtención del éxito, y su mensaje resulta muy edificante para todo el que quiera mejorarse, tanto económicamente como profesional y personalmente.

De sus charlas y conferencias he adoptado valiosas ideas que he adaptado a mi proceder, tanto en la vida personal como en la profesional.  Es decir, he tomado muchos de sus consejos y los he volcado hacia mejorar mi actitud y a mi conducta. Lo interesante de todo esto es que puede aplicarse en todos los terrenos de la vida, no solamente el económico.

En particular, una de las frases sencillas que se ha vuelto muy popular entre los estudiantes del marketing y que más ha impactado en mi vida, ha sido la conocida “Adoptar y adaptar” que a pesar de haber también obtenido ese concepto de otros cursos y lecturas, yo no había logrado resumir esas ideas en una expresión tan sencilla y simpática, y tan gráfica para ser aplicada.

“Adoptar” significa tomar alguna actitud o comportamiento que pertenece originalmente a otras personas y como se dice en PNL (Programación Neurolingüística), modelarlo. Tomar eso como modelo para incorporarlo a nuestras tácticas diarias.

Se refiere a estudiar ese modelo y copiarlo dentro de las posibilidades personales que uno tiene; por ejemplo, la mayoría de nosotros no podríamos copiar la política financiera del conocido millonario Donald Trump porque  no estamos a la altura de sus recursos. Pero sí podríamos adoptar el modelo de su operativa, por ejemplo, o bien el de otros personajes millonarios en el mundo de los negocios, Bill Gates, Steve Jobs, Charles Ergen, Chen Yu-Tung, etc. cuyas estrategias son similares.

Ahora bien, si no estamos a su nivel, y ni siquiera estamos bajo las condiciones económicas de su país… ¿Cómo nos serviría adoptar su modelo, su actitud empresaria, su pensamiento, o modelar la conducta de cualquier otro empresario exitoso? Lógicamente, deberemos “adaptarla” a nuestras condiciones. Entonces, “adoptar y adaptar” parece ser uno de los secretos del éxito.

Lo remarcable del tema es que escuchando las recomendaciones de estos personajes notorios, se hace palpable que ellos insisten en el mejoramiento personal como elemento de partida hacia otros logros: aprender, capacitarse, reformarse, perfeccionar las virtudes y corregir los defectos, optimizando los potenciales de cada uno en pro de ser mejor persona.

Una mejor persona naturalmente aspirará a mejores logros, y una mayor calidad humana será valorada y apreciada por el entorno, quien tiene muchas veces las llaves de las puertas por las que podemos llegar a nuestros objetivos.

El mejoramiento personal también nos permitirá rodearnos de otras personas que también buscan la excelencia y que además, nos ofrecerán nuevos modelos de comportamiento más adecuados y el logro de éxitos que por sí solos nos costaría mucho más conseguir o nos serían imposibles; recordemos que lo semejante atrae a lo semejante, según la Ley de Atracción.

Bien, sin embargo, esta conducta sólo es el primer escalón en la larga escalera que conduce al éxito personal. Para que todo esto nos brinde algún resultado, será necesario acompañarlo de disciplina.

Podríamos definir “disciplina” como un conjunto de reglas o normas cuyo cumplimiento de manera constante conducirá inevitablemente a cierto resultado.

– Analicemos el significado de estas palabras: “reglas o normas” nos está diciendo que deberemos otorgar una cierta estructura a nuestro proceder en lugar de hacerlo errático y antojadizo, a como se nos ocurra según cómo nos hemos levantado de la cama ese día.

– La palabra “cumplimiento” implica una cierta responsabilidad en hacer lo que se debe hacer en el momento en que se debe hacer, cuando es oportuno y necesario, y no cuando tenemos ganas de hacerlo.

– Además, la definición nos señala “de forma constante”, es decir, sin perder el ritmo, lo que es muy importante. Por ejemplo, de nada sirve que el sábado nos levantemos temprano y hagamos toda una mañana entera de ejercicio físico si durante la semana no hemos movido los músculos más allá de lo necesario para sobrevivir y cumplir con nuestras tareas cotidianas.

Por el contrario, corremos el serio riesgo de dañar nuestro cuerpo, desgarrarnos, acalambrarnos, etc. ¿Por qué? Porque falta el ritmo, la cadencia, la costumbre; sería preferible hacer sólo media hora de movimientos diarios destinados a mantener a nuestro sistema muscular, articular y circulatorio en condiciones, pero TODOS los días, como indica la definición: de manera constante.

Así igualmente deberemos entrenar a nuestra mente. La mente es como un cachorro que aprende a hacer todo aquello que tenemos la paciencia de enseñarle, y cada día más y mejor. Pero necesariamente debemos ser disciplinados y constantes.

Por ejemplo, leer, reflexionar, aprender todos los días, ejercitar y desafiar nuestros pensamientos, creencias, conocimientos, etc. que mantengan aceitadas las conexiones neuronales. Una mente entrenada y en pleno servicio nos brindará mejores resultados, inclusive en lo biológico, lo físico, lo que nos mantiene juveniles.

Destacados personajes japoneses han declarado que más allá que la inteligencia, sus excelentes resultados se han debido a la disciplina, el ordenamiento y la práctica de la sanidad mental.

– Por último, encontramos la palabra “resultados”. Jim Rohn hace mucho hincapié en la búsqueda y obtención de resultados, en el logro de respuestas finales a nuestras acciones.

En ese aspecto, encuentro una diferencia con él, porque yo prefiero el concepto de “beneficios” en lugar de “resultados”, ya que los resultados de por sí solos no garantizan beneficios puesto que pueden ser resultados neutros o negativos, o bien, positivos para alguien pero no para otro alguien.

Sin embargo, el concepto de “resultados” también es válido, aunque incompleto. Los resultados de nuestras acciones nos van indicando, cuando somos cuidadosos y estamos vigilantes a ellos, si el camino por el que tomamos ha sido el correcto.

Aún cuando el resultado no sea positivo (disfuncional), podemos volverlo funcional, es decir, hacer que nos sea útil como experiencia, pero sin embargo el estado final deseable es el éxito, por lo que en lo personal yo prefiero el concepto de beneficio, no solamente el de “resultados”.

Entonces, para resumir, el secreto sería disciplinarnos, estar elastizados lo suficiente como para vigilar nuestras actitudes y conductas en todo momento intentando mejorarlas y actualizarlas, manteniendo un avance constante, no importa si es lento, pero que sea ininterrumpido como para no perder la gimnasia del tema.

Luego, centrarnos en Adoptar lo que nos sirve y Adaptarlo a nuestros propósitos e intereses, en la búsqueda de obtener resultados, en una mecánica que nos permita fluir sin dificultades y concentrarnos en optimizarlos de forma que estos resultados conduzcan a beneficios.

El escalón final, pero siempre intermedio en nuestro desempeño, entonces serían esos beneficios, y los medios para lograrlos serían la auto-vigilancia, la disciplina, la búsqueda permanente de resultados, la capacidad de fluir ante los mismos y por último alcanzar el beneficio, pero siempre dispuestos a mejorar el proceso de manera que esos beneficios se repitan y se multipliquen.

Sería lo conveniente, entonces, como táctica: Disciplina – Resultados – Beneficios y luego, la Optimización de este proceso, para obtener mayores y mejores beneficios. Y por qué no, la satisfacción personal y el sentido de dignidad que brinda la permanente búsqueda de la excelencia.

El Sendero Del Ser. Bendiciones. Leo

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