ESE SELECTO MUNDO DE LOS MEDIOCRES

Dicen que, en el caso de una guerra nuclear mundial, el único bicho que podría sobrevivir a la muerte es la cucaracha, debido a sus hábitos de alimentarse de cualquier residuo, también a su indiferencia a los cambios del ambiente y a su increíble capacidad de reproducción. Pero, observando la historia de la Humanidad, tal vez, el bicho que más se ha reproducido en la historia, debido a su indiferencia a los cambios en el ambiente y a su capacidad de reproducción sea un personaje de ésos que encontramos todos los días: el Mediocre.

Los Mediocres hiperabundan por todos lados, aún en los puestos más encumbrados de la sociedad, de las profesiones, del gobierno, de los tres poderes, y parece que el Sistema no se preocupa por erradicarlos, sino por el contrario, los protege, les permite prosperar y aún, a veces, hasta los ensalza y los convierte en líderes, porque los utiliza.

El Mediocre, suele tener apariencia inofensiva, pero puede constituir un elemento peligroso, dado que no le importa lo que hace, ni como lo hace, ni las consecuencias que eso acarree, ni para él, ni para los demás. El Mediocre simplemente vive, existe e intenta perdurar. Es algo así como una cucaracha en versión humana, porque da toda la impresión de ser inextinguible, indiferente a todas las calamidades, y capaz de multiplicarse en el tiempo.

Investigando este profundo concepto social, una esencia pura e incorruptible que ostentan muchos seres humanos, considero que la definición de “mediocre” dada por Wikipedia, en este sentido está incompleta: Que es mediano o regular, tirando a malo, en cuanto a su calidad, valor, interés, etc.”. Yo diría que hay consideraciones involucradas en referencia al aspecto humano mediocre, que superan y amplían esta definición.

No hay que confundir: el Mediocre SIEMPRE tiene actitudes mediocres, pero tener algunas actitudes mediocres no califica para ser Mediocre; no debe creerse que sea tan fácil volverse Mediocre.

1 – Por ejemplo, el Mediocre se caracteriza por ser un individuo irresponsable cuyas acciones pueden ser muchas veces no solamente imprevisibles, sino por lo general incorregibles.

2 – Una evidente actitud del Mediocre, es que carece por completo de empatía respecto del resto de la especie humana, dado que, si no fuera mediocre, procuraría alcanzar la excelencia en lo que hace a fin de aportar valor a la sociedad y a sus propios componentes familiares o de entorno. Pero al Mediocre, eso no le preocupa.

3 – También puede agregarse como característica, que el Mediocre carece de disciplina, es decir, su voluntad e interés en determinado tema son aleatorios, intermitentes, caóticos y resulta incapaz de sostener una continuidad y llevar adelante un proyecto. Se me vienen a la mente las decisiones de muchos gobernantes.

4 – El Mediocre se muestra integrante de una absoluta e indiscutible mayoría, lo que hace que su peso específico, o su densidad en términos poblacionales, invariablemente incline cualquier balanza hacia un costado; por ejemplo, en las elecciones para funcionarios, candidatos para el gobierno, etc. Por supuesto que el Mediocre, votará gobernantes Mediocres.

5 – Observaremos también que el Mediocre es mezquino por vocación y se encuentra muy cómodo siéndolo: nunca estará dispuesto a aportar un gramo de esfuerzo más de lo justo y necesario, y si fuera posible, intentará aportar menos, aunque a pesar de ello, estará convencido de merecer la mayor tajada.

6 – Al Mediocre le tienen sin cuidado sus responsabilidades, y su genial habilidad (que no cualquier persona del montón posee) consiste en estar siempre preparado naturalmente a eludirlas y direccionarlas hacia los demás, lo que, por lo general, consigue. Es obvio que, si el Mediocre aplicara esa indiscutible habilidad congénita en mejorarse, dejaría de ser Mediocre; pero entonces, se extinguiría ese linaje, lo que él no va a permitir de ninguna manera.

7 – Podríamos decir que, al igual que la cucaracha, su comportamiento se mantiene siempre “en modo supervivencia” de forma de obligar a los demás a hacerse cargo de lo que no ha provisto su ineptitud y su falta de colaboración; por ejemplo, está aquél que come el caramelo en la calle, y tira el papelito del envoltorio en la vereda siendo que está pasando justo al lado del cesto municipal de basura. No es infrecuente presenciarlo.

8 – El Mediocre es desprejuiciado; no le importa en lo más mínimo lo que acarree su comportamiento, ni la opinión que su actitud genere en los demás. Él está convencido de que su metodología es correcta, porque por lo general le da los resultados esperados (mediocres, pero suficientes para sus aspiraciones) y por lo tanto… ¿Para qué cambiar la estrategia siendo que funciona?

9 – El Mediocre no siente la necesidad de cambiar, porque se ha convertido en un profesional en el arte de evadir cualquier intento de ser ayudado a corregir sus defectos; él se encuentra a gusto así, y dado que tiene una gran capacidad de aceptación y adaptación, no verá que haya motivos que justifiquen cambiar su mentalidad.

10 – Una de sus características notorias, es su habilidad para postergar (“patear para adelante”) cualquier compromiso que amenace desplazarlo de su amada Zona de Comfort. Contrariamente al lema “No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy”, el Mediocre deja todo para mañana porque es probable que algún problema se resuelva solo inexplicablemente, aunque él no intervenga, y su lema podría ser el conocido “La mitad de los problemas los resuelve el tiempo y la otra mitad, se resuelven solos”. ¿Para qué complicarse? Esa es la clave de la felicidad del Mediocre.

11 – El Mediocre es incapaz de crear, pero en cambio, posee una notoria capacidad para apropiarse y copiar lo ajeno sacando provecho de ello, muchas veces sin siquiera molestarse en mejorarlo o modificarlo, aunque sea en un detalle. A veces lo resuelve cambiándole el nombre al asunto y por lo general, creando copias mediocres de lo que imita. Con el fin de incluir a todos estos individuos en la misma bolsa, existen “mediocros” y “mediocras”, por lo que “Mediocre” es naturalmente de por sí una palabra inclusiva.

12 – Ahora, bien: ¿Cómo reconocer de inmediato a un Mediocre sin temor a equivocarse? Muy fácil. Ante cualquier eventualidad, veremos que expresará que SIEMPRE LA CULPA LA TIENE EL OTRO. Porque el otro pasó primero por allí, o porque pasó después, o porque no pasó, o porque está por pasar. Porque ha recibido “una pesada herencia”, tal como sollozan nuestros gobernantes de los últimos 70 años en Argentina, o porque siempre opina que no se puede hacer nada en ese asunto con tal de no asumir compromisos, como la mayoría de nuestros conciudadanos, que enérgicamente protestan y se quejan por el Facebook o el Whatsapp, pero no se deciden a ponerse en marcha en el sentido de lograr que algo cambie.

Su desahogo y su esperanza es que, con postear una protesta, el Sistema se pondrá a temblar y dejará de utilizarlos y perjudicarlos. A eso nuestros Mediocres dirigentes le llaman “el humor de las redes sociales”, lo que ha comenzado a ser severamente vigilado y censurado, y hasta castigado por otros Mediocres, siguiendo el ejemplo, también mediocre, de la mediocre China comunista.

13 – El Mediocre se escuda en que su existencia es inofensiva porque “él vive y deja vivir”, siempre dirigida a no esforzarse en participar de una mejora o corrección hacia algo mejor. Suele responder: “Yo no me meto en tu vida, no te metas en la mía”. Y en eso tiene razón, ya que el Mediocre suele ser un individuo feliz aunque esté sufriendo, y cualquier intento de trastocar su esencia será interpretado como un insulto a su forma de vida y tendrá efectos contrarios a los que se esperan.

14 – El Mediocre siempre opina algo similar a: “Mejor… no te metás”, o también “No es mi problema”, y sus frases preferidas son: “Y bueno, qué le vas a hacer”, “Ya vendrán tiempos mejores”, “Tranquilo… que no pasa nada” y otros contenidos de ese calibre. Esta filosofía lo mantiene a salvo (al menos eso es lo que él cree) y por lo tanto, puede ser una de las razones esenciales de su proliferar.

15 – Cuando uno sale de casa inevitablemente se encontrará con uno o más ejemplares de Mediocres. Resulta un ejercicio divertido (o estresante) localizarlos uno por uno, hasta que uno llega a reconocerlos desde lejos tan solo por su forma de caminar. Pero, cuidado, Relacionarse con un Mediocre siempre dará resultados mediocres, cuando no malos.

16 – La conducta del Mediocre naturalmente resultará irreversible, e indiferente a los mejores consejos y propósitos de gente bienintencionada de su entorno, que tal vez buscará auspiciar alguna mejora en el Mediocre. El Mediocre se considera estar en un nivel muy superior de habilidad que el promedio de las personas, y las mira con sorna, porque los resultados indicarían… que tal vez no esté tan errado mirado desde su interés personal.

17 – El Mediocre es firmemente partidario de la aplicación del binomio (n-1) en todas las ocasiones en que le sea posible, es decir, por ejemplo, si una tabla quedará correctamente fijada con 4 clavos, el Mediocre hará sus mejores intentos para fijarla con sólo 3, y si lo logra, se sentirá orgulloso de ello, aunque la tabla no quede firmente asegurada, con tal de que no se caiga.

Una persona conocida mía (mediocre ella) acostumbraba responder: “Si nadie la toca, no se caerá” al dejar la taza al borde de la mesa; indiscutible respuesta cuya lógica apabulla. Pero si se cae, el Mediocre asignará la culpa al que inadvertidamente la rozó; nunca de quien la dejó haciendo equilibrio inestable.

18 – El Mediocre no solamente está convencido de estar dirigido en el rumbo correcto, sino que además se sentirá profundamente fastidiado si se duda de su capacidad de orientación.

19 – Por lo general, cuando uno se encuentra en problemas, no suele faltar algún Mediocre que le palmeará la espalda y le dirá, con su mejor sonrisa: “Y… la vida es así, amigo” pero continuará indiferente su camino. Sin embargo, se cuidará bien de no hacer ningún esfuerzo en ayudar al otro a salir del aprieto, por las dudas, para que el asunto no manche su mediocridad.

20 – La estrategia del Mediocre implica fácilmente resignarse y adaptarse en lugar de intentar ponerse de pie y superarse; ése es el secreto de su supervivencia: permanecer en el estado que la Física denomina Equilibrio Indiferente, pero intentando no caerse.

21 – La Mediocridad es una cultura que se extiende como una hierba parásita, y tal como todo parásito, intenta llegar para quedarse, inundar y avasallar a fin de prosperar a costa de su huésped.

22 – La figura del Mediocre no se ha generado por espontaneidad, sino que ha sido cuidadosamente estimulada y favorecida por el Sistema, paso a paso, mediante principios de Ingeniería Social a fin de servir a los fines de aquellos que intentan adoctrinar y domesticar a las personas como si éstas fueran corderos fáciles de llevar al matadero. Los resultados, por lo visto, han terminado siendo plausibles, es decir, dignos de aplauso. Se trata generalmente de aquellos que suelen ser llamados “idiotas útiles”, aunque también podrían denominarse como “idiotas inútiles”, depende desde donde se los mire.

23 – El Mediocre es el personaje favorito elegido por aquellos otros Mediocres de mayor nivel, que necesitan usar a los de más bajo status para lograr sus cometidos, tales como políticos, dictadores, tiranos, dirigentes incapaces, sindicalistas, líderes de sectas, de pandillas, etc. El Mediocre mayor prefiere Mediocres menores porque sabe que no podrán arrebatarle su lugar. Debido a que son Mediocres.

24 – El Mediocre, secretamente es cobarde, y solamente actuará cuando las condiciones le favorecen ampliamente, considerando que “el fin justifica los medios” de forma de salirse airosamente con la suya sin prejuicios ni mea-culpas. No actuará “per se”, sino que buscará agruparse porque comprende claramente que la unión hace la fuerza (y porque solo no se anima).

Sus tácticas no carecen de sentido común y suelen ser repetitivas, porque cuando el Mediocre descubre una fórmula que le da resultados, la enarbolará en cuanta ocasión se le presente. Por ejemplo, cuando el Mediocre circula en bicicleta, se cuidará del tránsito, pero si supera el número de dos, se adueñará de la calle desafiando el paso de otros vehículos.

25 – El Mediocre actuará siempre y cuando pueda esconder la mano luego de tirar la piedra; nunca va a ir de frente a la confrontación porque no tiene bandera ni idealismo que lo respalde, solamente lo guía su interés personal, el cual siempre estará primero.

26 – Obviamente, el Mediocre es camaleónico, es decir, tomará convenientemente el color del ambiente a fin de no resaltar y llegar a ser individualizado en algún otro ambiente que no sea mediocre. ¿Será ésta una condición deseable para la política?

27 – El Mediocre no lo sabe, pero sufre del Síndrome de Procusto: (hay un artículo en este blog que lo explica con detalle) él intentará que ningún otro sobresalga de sus parámetros y eso le traiga problemas indirectos, tal que, por lo general, un padre Mediocre educará hijos Mediocres, un patrón Mediocre favorecerá la mediocridad de sus empleados, o un maestro Mediocre callará sus mejores conocimientos a fin de que ninguno de sus alumnos lo supere o lo ponga en aprietos, y así, continúe siendo Mediocre y se mantenga feliz e insensible en el mundo de los Mediocres.

28 – El Mediocre es partidario de la inercia y buscará mantener el “status quo” de cualquier situación, al precio que sea; y si se propone un cambio obligado, intentará producir cualquier clase de cambio, pero con la definida intención de que nada cambie. Así se asegura la predominancia ante la situación, ésa que le otorga el hecho de ser Mediocre.

29 – Una frase favorita del Mediocre es: “No hagan ola”, de forma de no alborotar la situación, a fin de no tener que hacer el esfuerzo de verse obligado a desplazarse a otra posición distinta de la que sostiene en ese momento. El grado de inercia del Mediocre no es para ser menospreciado, y forma parte de sus códigos de prosperidad.

30 – El Mediocre suele ser muy apreciado por otros Mediocres dado que raramente genera situaciones de conflicto, compromiso o de cambio forzado. No sobresale, no promueve, no incita a otro a ponerse en movimiento, es decir, no molesta. En Argentina, al Mediocre se lo cataloga como: “Fulano es un TIPO PIOLA”, es decir, alguien que se adapta, que no reclama, que no intenta generar reformas, que acepta sin discutir y siempre sonríe, aunque por dentro esté llorando. Que resulta grato, solamente porque no molesta y no compromete.

31 – El Mediocre suele sentirse muy feliz y tranquilo de mantenerse mediocre, y a veces, hasta está orgulloso de serlo; además él quisiera que todos los demás participaran de su feliz mediocridad, siendo Mediocres.

32 – Inevitablemente, el Mediocre se enojará cuando deba verse enfrentado a sus errores, en lugar de proponerse remediarlos, evitar repetirlos, pedir disculpas y mucho menos, escuchar la otra versión. Su conflicto nunca será haber errado, sino que focalizará su energía como espejo en rechazar a aquél que le señala su error.

33 – Cuando el Mediocre desea romper con cualquier tipo de relación, apelará a fingir sentirse agraviado u ofendido, en lugar de “poner la cara” y los tantos sobre la mesa. Dirá inequívocamente, antes de escapar de la situación: “Así no se puede seguir; me voy”; obviamente, entonces, siempre la culpa estará dirigida al otro, que no ofrece las condiciones apropiadas para que el Mediocre se quede. Esta conducta señala inequívocamente la estrategia del Mediocre.

34 – El Mediocre se dice a sí mismo, ante cualquier situación que lo comprometa: “Que no me afecte. Y si me afecta, que no me duela. Y si me duele, que no me preocupe. Y si me preocupa que no me importe. Y si me importa… que no se note”. La impermeabilidad del sentir del Mediocre es equivalente a llevar colocado un chaleco de kevlar a prueba de balas. Por eso la gente suele decir en estos casos, ante la persistencia de la actitud del Mediocre: “No hay caso, parece que no le entran las balas…”

35 – En el Mediocre, puede definirse sin margen de error que su capacidad de evaluación de la variación en las calidades, es cercana a cero. Es decir: “Todo es igual, nada es mejor… lo mismo un burro que un gran profesor” (Discépolo). Para él, el mundo siempre estará compuesto de similitudes, nunca de diferencias. “Buenos Aires, tierra hermosa, Nueva York, grandioso pago. Casas más, casas menos… igualito a mi Santiago…” (Casas Más, Casas Menos… canción que exalta irónicamente la mediocridad argentina en general).

36 – El Mediocre estará convencido que sabe todo lo que hay que saber, y además, que sabe aún la magnitud de todo lo que no sabe.

37 – Al Mediocre, todas las cosas le salen bien, aunque le salgan mal. Siempre tiene razón, aún cuando él mismo sabe que está equivocado. Y si no le salen bien, no importa, él no se preocupa por las sutilezas de los detalles que hacen a la diferencia entre que las cosas queden bien o queden mal. Un albañil mediocre dirá: “Si la pared queda irregular, el revoque grueso lo corregirá. Pero si no lo hace, lo corregirá el revoque fino. Y si no lo logra el revoque fino, lo hará el enduído. Y en todo caso, todo terminará disfrazado por la pintura. Para qué preocuparse”.

38 – El Mediocre siempre es feliz, aunque esté llorando. No hay ser más feliz sobre la Tierra que el Mediocre. Él vive su día a día, porque está convencido de que el mañana no existe ya que sabe perfectamente que es incapaz de trazarse un futuro, y por lo tanto, él no aspira a un futuro mejor porque eso le llenaría de preocupaciones y responsabilidades innecesarias que lo pondrían en el compromiso de dejar de ser Mediocre. El Mediocre no sufre decepciones porque no tiene expectativas; se puede observar que hay cierto grado de sabiduría popular en ser Mediocre.

39 – El Mediocre es consciente de que el otro puede que esté mejor que él, pero en todo caso, se encogerá de hombros, o como mucho, se limitará a envidiarlo, pero con seguridad jamás se preocupará en tratar de emular su esfuerzo o superarlo.

40 – El Mediocre es gregario: gusta de rodearse de iguales a él y le encantaría que todas las personas en el mundo actuaran como él. “Las diferencias son negativas porque hacen al conflicto”, pensaría el Mediocre, si supiera cómo pensar; sin embargo, hay algunos filósofos que opinan lo mismo. ¿Serán Mediocres o solamente aspirarán a serlo?

41 – El Mediocre sólo es fiel a sí mismo, aunque no dudará en traicionarse si eso lo mantiene en la mediocridad. Hoy manifestará tal cosa, mañana cambiará el relato hacia el otro extremo, si eso es necesario para seguir siendo Mediocre. Tenemos multitud de ejemplos cotidianos en las opiniones vertidas diariamente por los medios periodísticos, en los que no tiene importancia que “archivo mate relato”.

El Mediocre esgrime que el relato tiene actualidad, es fresco, y que el archivo resulta obsoleto y por lo tanto, ha perdido vigencia; ya no sirve. El pensamiento de los próceres de la Patria se refería a otra época, por ejemplo; la Constitución debe ser “renovada” dice el Mediocre de alto nivel (alto nivel de mediocridad), porque “es vieja”.

42 – Es curioso que, si bien el Mediocre no es racista, reconoce de inmediato y evita desesperadamente relacionarse con aquellos que no son iguales a él. Teme contagiarse de ellos y por eso mantiene una prudente distancia social.

43 – El Mediocre no es tonto, él sabe que existen las diferencias, pero hace caso omiso de ellas porque le fastidian, dado que le complican la vida. Hacer caso de una diferencia… no sería digno de un Mediocre.

44 – El postulado que señala la razón de la existencia para el Mediocre, es permanecer invariablemente Mediocre, a costa de lo que sea.

45 – El Mediocre rechazará todo intento ajeno de mejora hacia él, pero buscará de cualquier manera convencer a los demás, “mejorándolos” para que se unan a su feliz doctrina mediocre. Él ama los grises, porque los extremos lo desequilibran y le obligan a definirse.

46 – Para el Mediocre no existe la humildad, él estará muy orgulloso de ser Mediocre, y de permanecer siempre así y de ese modo, fiel a su linaje inextinguible.

47 – Es loable la prodigiosa habilidad del Mediocre en cuanto a identificar, reconocer y asociarse a lo mediocre. Para tal cualidad, sus recursos y sus capacidades son infinitas y admirables, eso hay que reconocerlo.

48 – El Mediocre desprecia e ignora a todo lo que no pertenece a su ámbito de mediocridad, y en cambio, se siente fortalecido en su capacidad para mantenerse Mediocre dentro de su entorno mediocre.

49 – Aún cuando el Mediocre se cambie de camiseta, nunca cambiará por otra camiseta que no sea mediocre; su perseverancia y su sentido de pertenencia en tal sentido resultan admirables. El Mediocre estará encantado de permanecer Mediocre.

50 – Los Mediocres, aunque no se note, constituyen una élite; se reconocen entre ellos al instante y se dan la bienvenida sin prejuicios, pero del mismo modo, tienen un inmejorable olfato para identificar a los que no son de su estirpe, incluso a primera vista, y procurarán mantenerse apartados de ellos.

51 – Aunque puede llegar a ser hereditario, ser Mediocre es un difícil arte que no puede ser adoptado, ni emulado, ni fingido; tal como la Realeza, que requiere llevar linaje de sangre azul, se es Mediocre de pura sangre mediocre, o no se es. No es optativo para cualquier aventurado que desee integrar la casta, es importante advertir esto al que intente emularlo y volverse Mediocre.

52 – La conducta del Mediocre le asegura que pasará desapercibido, y por lo tanto, su supervivencia estará asegurada porque ya se sabe que el Sistema sólo castiga a la cabeza que sobresale.

53 – No deberíamos confundir: la mediocridad no la podemos referir a tener un sueldo mediocre, una educación mediocre, etc. Hay millonarios mediocres, profesionales mediocres, intelectuales mediocres, jefes de Estado mediocres… Ser Mediocre es una forma de vivir, una filosofía que siempre estará asociada a la mediocridad, pero estar sumergido en la mediocridad no siempre indica que la persona sea un Mediocre.

54 – El Mediocre se apoyará siempre en otros Mediocres, pero de todas formas su mediocridad estará primero y por encima de las otras mediocridades, por lo que no se pondrá colorado de echarles la culpa muy alegremente. Total, todo quedará entre Mediocres, revuelto en la niebla gris de la mediocridad.

55 – El Mediocre NUNCA pide disculpas, y muy raramente dice “Gracias”. Él prefiere ignorar la potencia de las cuatro palabras mágicas: Permiso – Disculpe – Por favor – Gracias, las que abren todas las puertas, las que aceitan todos los mecanismos, las que apagan todos los incendios, las que generan oportunidades y atraen beneficios.

Por eso, amigo lector, no hay que confundirse; que el mundo esté colmado de Mediocres no implica que sea fácil serlo, puesto que es un arte exclusivo. Esta advertencia es por si alguien desea plegarse al ramo y llegar a adquirir las exigentes 55 condiciones mencionadas que se requieren, a fin de incorporarse exitosamente al club de ese selecto mundo de los Mediocres.

El Sendero Del Ser. Bendiciones. Leo

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