¿POR QUÉ LOS POLÍTICOS SIEMPRE NOS MIENTEN?

En todos los países, en todo el mundo, desde que el hombre camina “en dos patas”, todos hemos comprobado que los dirigentes, en este caso actual, políticos, ya sean funcionarios o no, del rango que sean, de una forma o de otra, siempre nos mienten, o al menos nunca nos dicen la verdad, o toda LA VERDAD. Parecería que al convertirse en políticos dejaran de formar parte de la ciudadanía y ahora forman un grupo ajeno, intocable, más preocupados por cuidar su quintita que por cumplir las funciones para las que han sido electos, Y PARA HACER AQUELLO QUE LE PAGAMOS con nuestros impuestos.

Alguien podrá decir alegremente “Já, yo no pago impuestos…”. Será que no está enterado, que no es lo mismo, que cuando compra cualquier producto que le cuesta, por ejemplo, $100, cerca de $90 se le van en impuestos, o sea, terminan de un modo o de otro, en las arcas del Estado y muchas veces, en los bolsillos de los políticos. Es decir, que, aunque no esté registrado en ninguna parte porque, por ejemplo, es un ciudadano independiente, o de muy bajos recursos, cada vez que compra algo para su consumo, de alguna forma está aportando para el gran monstruo insaciable, es decir, el Estado. Esto determina que, cualquier funcionario estatal, de una u otra forma, aún el Presidente, ES EMPLEADO NUESTRO porque de nuestro bolsillo salen recursos para su sueldo, nos guste o no, le guste a él o no.

Pero vamos a las razones por la que “nuestros empleados” nos mienten. Si tuviéramos una empresa y comprobáramos que nuestro empleado hace lo que se le da la gana y hasta posiblemente se apropia de algo que no es suyo, no dudaríamos un segundo en ponerlo de patitas en la calle, en el caso de no hacer una denuncia contra él. Pero eso no pasa con nuestros empleados políticos que son parásitos que viven a costa de chupar nuestra sangre.

¿Por qué será entonces que inexorablemente, pero con saco y corbata de Boggi Milano, o con cartera de Louis Vuitton, nos mienten?

– Razón 1: porque no pueden decirnos la verdad, verdad que muchos de ellos ni siquiera conocen del todo. La excusa es que “no estamos preparados” ya que ellos siempre se encargan de que no lo estemos. La verdad es mucho más profunda y amarga de lo que incluso ellos mismos pueden conocer. Pero… ellos tienen una partecita de esa verdad y sin embargo, la cuidan celosamente.

¿Cómo puedo yo saber esto? Porque gracias a haber militado y observado DESDE ADENTRO cómo funciona uno de los principales partidos políticos de Argentina, he conocido a personajes que han sido muy renombrados en nuestra historia nacional; y al haber estudiado los diagramas de sus Cartas Natales, los que muy cuidadosamente he analizado, he llegado a conocer hasta la fibra íntima de cada uno de ellos, sus reales intereses, sus motivaciones, sus flaquezas, su verdadero carácter tras la sonrisa engañosa, su forma de actuar, su forma de pensar.

Estoy bien documentado para afirmarlo, aunque digamos que, si se ve que es redonda, de goma, y rebota, no caben dudas de que es una pelota, por lo que no se necesita mucho más allá que alguna neurona que funcione bien para entender a estos personajes, por ejemplo, no es necesario ser astrólogo; basta con mirar lo que hacen, no lo que dicen.

– Razón 2: porque de hacerlo, es decir, revelar públicamente la verdad, de inmediato se terminaría su carrera política y hasta peligraría su vida. Cuando uno de estos personajes comienza a manejarse dentro de este mundo especial y empieza a palpar su oscuridad, tiene sólo dos caminos: plegarse y hacerse cómplice del Sistema o bien, retirarse silbando bajito y en lo posible sin que sea notado, como tuve que hacer en mi caso porque mi estómago no soportaba lo que iba descubriendo.

– Razón 3: la política es un sistema, que, como el dios romano Jano, tiene dos caras. Jano podía ver hacia adelante y hacia atrás, por lo que se asignó su nombre al mes de enero, dado que deja atrás al año anterior y comienza el siguiente. De Jano surgió el vocablo Janero (Janeiro), y de allí, Enero.

Las dos caras del Sistema parecen ser incompatibles, aunque ninguna de las dos está atenta al beneficio del ciudadano, a menos que esto sea conveniente para ellos y tenga un objetivo secreto por detrás. Pero, sin embargo, ambas coexisten aún en aparente contradicción: allí está el secreto; la verdad y la mentira entremezcladas como produzco de la influencia de su padre Satán.

Nunca un político, o un funcionario sea del rango que sea, dará un paso en falso, es decir, nunca dará “una puntada sin hilo”, como decía mi ya fallecida abuela. SIEMPRE habrá un motivo oculto detrás, ya sea un interés económico, el cumplimiento de una orden superior, o solamente la búsqueda de una re-elección, porque todos sabemos que el político vive de la política, o sea, de nuestros impuestos. Y ninguno de ellos tiene el problema de no llegar a fin de mes con el sueldo o la jubilación.

Ya reveló hace años, sin ponerse colorada, la Presidente CFK por TV: “Nosotros tenemos solamente un 25% del poder, el otro 75% lo tienen personas que no viven en el país”. Es decir, hasta reconocen sin ninguna vergüenza que son payasos títeres del gobierno entre las sombras, y “sólo cumplen órdenes” como intentaban defenderse los nazis en los famosos juicios de Nüremberg. Pero su sueldo y su jubilación saldrán de nuestros bolsillos.

– Razón 4: el político se debe al Sistema; debe ser absolutamente fiel y silencioso respecto de sus fines y objetivos. A veces escucho que las personas dicen: “¿Para qué tanta ambición, por qué siempre quieren robarnos más y más? ¿Nunca les alcanza?”. En realidad, para ser justo, nunca se colma su ambición porque ningún funcionario acumula sólo fondos para él solo; tal como en una banda de delincuentes, debe comprar la colaboración y el silencio de sus cómplices y repartir con ellos, o al menos hacer la vista gorda cuando otro mete su mano en la lata.

No olvidemos el cuento de Alí Babá y los 40 ladrones (¿Cuento?): si Alí no repartía, los otros 40 no iban a querer seguir obedeciendo sus órdenes. O sea que cuando se dice que Fulano o Fulana, es decir, para ser inclusivo “le fulane” (ya que hay de ambos sexos) robó un millón, primero, que ese millón es el que se vio, tal como la punta del iceberg, o sea que es presumible que hubo mucho más en juego, y segundo, que gran parte de ese millón debió ser repartido a fin de seguir manteniendo laderos que lo secunden. Por eso la ambición desmedida que guía a todos estos amigos de lo público: deben alimentar a su “banda” de laderos, tal como Alí Babá.

Hablando de laderos, no sé si el lector conoce sobre el origen de la palabra “ladero”. Quienes tenían a su lado a mercenarios para su defensa, tal como los antiguos emperadores, los llamaban “latros”. “Latrocinio”, por ejemplo, delito contra bienes públicos. De allí, deriva “ladero” y también, “ladrón”, en referencia a quien no actúa de frente sino de costado, en este último caso, para aprovechar el descuido y no ser visto. Aclaro que supongo que cualquier similitud con la realidad es solamente una casualidad, no se preocupe.

– Razón 5: el Sistema, no se refiere solamente a un sistema local y cerrado, como el del traficante Pablo Escobar, por ejemplo. El Sistema en cada país es solamente “un sistemita” pequeño, copia fiel dependiente del Gran Sistema globalista que maneja la economía y las finanzas del mundo, y que ahora está decidido a manejar no solamente nuestra salud, sino nuestra vida y la existencia de nuestra familia, nuestros abuelos, hermanos, hijos y nietos.

Por tal razón, el Gran Sistema, también conocido como La élite, el Cabal, la Corporación, el Establishment, etc. no tolerará que ningún politiquillo local se desvíe de la ruta marcada y perjudique los intereses globales, y si así fuera, será rápidamente reemplazado por otro que está esperando turno, y por qué no, puede llegar a sufrir un suicidio o algo similar, tal que parezca un accidente, como ya hemos visto.

La élite nunca pierde porque juega a ambos colores, negro y rojo. Estos “ellos”, cuando hay una elección, financian a ambos lados opositores porque de esa forma, gane quien gane, el bando ganador estará comprometido y beneficiará a sus intereses, tanto sea que gane algún Mauricio como alguna Cristina, alternando un período de 4 años cada uno, a voluntad del globalismo. Y sino, como hacen ahora, un fraude electoral y le roban descaradamente el puesto a quien sea, compran jueces, legisladores, gobernadores, testigos y lo que sea con tal de salirse con la suya.

Cuando hay una guerra (provocada por ellos, -el Sistema- a propósito), financian a ambos lados porque a ambos opositores les venden armamento; ellos financian al sistema de la rebelión, al terrorismo y al sistema de la represión. De este modo siempre terminan la historia con grandes ganancias. ¿Las vidas en juego? ¿El sufrimiento? ¿La devastación? Ah, eso no tiene ninguna importancia, al contrario, cuanto más sufran las personas, más dóciles habrán de ser en el futuro para servir al Sistema, de una forma o de otra. Ya se sabe que cuanto más pobres, más ignorantes, más idiotizados, más asustados, más manejables; lo vemos todos los días.

A través de los políticos, ellos, los del gobierno de las sombras, se arreglan para producir conflictos armados, y de ese modo, venden armamento; a su vez, los militares de ambos lados, muy felices se deshacen del armamento obsoleto y consiguen la última versión, no importa el costo. Así los países se endeudan y terminan siendo devorados, como Argentina y Venezuela, por el Sistema.

También, a través de las decisiones y leyes que les ordenan crear, ellos producen desequilibrios, sufrimiento, contaminación y descontentos que enferman a la gente de forma que terminen comprando los remedios que ellos fabrican en sus propias industrias farmacéuticas, que los alivian de alguna dolencia pero les generan otras enfermedades, y así se crea un cliente cautivo, remediodependiente.

¿Alguien cree que podrá levantarse una mañana con ganas, montar una farmacia y vender remedios sin que el Sistema participe de algún modo? Si es así, se trata de un pobre ingenuo. TODAS las farmacias están alineadas y de algún modo, pertenecen a la élite; a cuadras de mi casa, una hasta se llama GLOBAL, burlándose además de que pertenece al globalismo. También MUCHOS médicos les hacen el juego porque reciben su Ana-Ana (el 50%) de los remedios que recetan; esa es la explicación de los tiburones con corbata llamados “visitadores médicos”, repartiendo los cheques de las industrias farmacéuticas.

En fin, regresando a los políticos: a pesar de todo, ellos son un mal necesario, tanto para el Sistema que los utiliza a su antojo, sean Concejales o Presidentes de cualquier nación, como para la gente, porque el ciudadano no sabe administrarse solo y comportarse de forma de autodeterminarse eficientemente. Porque no sabe o porque tiene miedo de hacerlo.

Un sistema ciudadano, sin funcionarios, no funciona, porque el ciudadano no está mentalizado para otra cosa que para ser conducido, como un cerdo o un ternero que marcha por el brete hacia su muerte y procesamiento posterior. Un cordero nunca podrá llegar a ser pastor.

Entonces, ya que estamos, surge una pregunta un tanto incómoda: ¿Estamos preparados para vivir sin ser administrados y sin tener quien piense y decida por nosotros? De ese modo, el cúmulo de idiotas temerosos necesita funcionarios, y esos funcionarios no lo podrán ser a menos que sean fieles a un partido político. Y ese partido político no podrá existir o no tendrá futuro, a menos que sea auspiciado, financiado y controlado por la Corporación, por los “Sombreros Negros”. Hasta ahora siempre ha sido así, aunque existen nuevos vientos de cambio, brisas que pueden convertirse en huracanes.

Nos hablan maravillas de la democracia, aún lo hacen quienes la combaten a muerte, tiranizando a los ciudadanos. Pero somos educados para ser dóciles y títeres de esa democracia, donde siempre los “democráticos” son los que perpetran los abusos contra el ciudadano en nombre de esa misma democracia.

– Razón 6: como no podría ser de otra manera, tenía que haber SEIS razones, para que coincidiera con el número satánico. La sexta razón es que el político siempre miente y siempre mentirá, aún cuando quiera decir la verdad, porque su Sistema lo obliga, de una forma o de otra. Supongamos a Juan y a Pedro como candidatos en una cualquier elección.

Juan, aún sabiendo perfectamente que no va a poder cumplir, dice en su discurso de campaña: “Yo voy a construir 100 escuelas y 100 hospitales” a fin de que los ingenuos lo aplaudan y lo voten. Viendo esto, Pedro, en su discurso dirá: “Ah, noooo… yo voy a construir 200 escuelas y 200 hospitales”, porque si dice que apenas le alcanzará para 5 escuelas y 3 hospitales, nadie de nuestros sabios y lúcidos conciudadanos, lo votaría.

Más tarde, previendo la reacción de Pedro, Juan pronunciará sin ponerse colorado: “Yo voy a aumentarles el 20% a los jubilados” (¿Les suena?), sabiendo que no les aumentará un centavo y si es posible, les quitará algún porcentaje, porque al Sistema, los viejos le molestamos, “porque ahora tenemos que mantenerlos hasta los 85 años” (¿Les suena esto otro?).

Pero, al Sistema también le molesta que las nuevas generaciones de niños “no se chupen el dedo” como nosotros en nuestros ingenuos tiempos de niños cuando creíamos en los Reyes Magos y en el Ratón Pérez; entonces el Establishment favorecerá el aborto, el travestismo, la homosexualidad, etc. y se las ingeniará con alguna que otra vacuna para esterilizar a los futuros padres; y para eso, utilizará a los políticos y a los funcionarios LEALES, mediante generosos aportes personales en cuentas en el extranjero.

Al Sistema no le preocupa que sus “aliados” mientan, o se peleen entre ellos, al contrario; por lo tanto, siempre les digo a mis consultantes que les gusta militar en política, cuando quieren que les tire las cartas: “Antes que hagamos la tirada, ya te predigo tu futuro político: si te pliegas, funcionará; si no te pliegas, serás postergado”. Y como mis consultantes son honestos (de otra forma no aceptaría relacionarme con ellos), las tiradas sobre su futuro político siempre les salen adversas.

Yo podría haber tenido un muy brillante futuro, según me han asegurado, si hubiera aceptado trabajar con ciertos políticos con quienes han querido vincularme, o tal vez, ya no estaría vivo, por el peligro que representa ver la realidad sobre la mesa y conocer sus intimidades.

Por eso, amigo lector, si decides incursionar en la política tienes que entrenarte en ser mentiroso, corrupto, ambicioso, leal a quien sea que esté por encima de ti, traidor al pueblo que te vote y si es posible, aprender a dejar de lado cualquier clase de escrúpulo y a pagar el precio que sea con tal de ascender en tu carrera. No deja de ser un consejo apropiado.

Pero si no puedes convertirte en alguien así, mejor, haz como yo, dedícate a trabajar en lugar de vivir de lo ajeno, lo que nos dice que entre un ladrón y un político hay una sola diferencia: el ladrón nunca podrá llegar a robarte en la magnitud que puede hacerlo un político. Porque el ladrón sólo puede robarte lo presente, pero el político no solamente te robará ese presente, sino que lo hará con tu futuro y con el de tus hijos, si es que logras tenerlos después de vacunarte sin quedar estéril.

Secretamente, en el interior de cada lector, él sabrá que no he exagerado ni “un milímetro de segundo” como diría el amigo Nicolás Maduro, en sus sabios y educativos discursos. Allí tenemos un excelente ejemplo de todo lo mencionado, salvo que en este caso EL TIEMPO DEL EXCAMIONERO NICOLÁS, YA PASÓ y pronto caerá en desgracia; la Élite, cada tanto, necesita hacer un cambio para que nada cambie.

Y además, los otros políticos piensan: “Ya robaste demasiado, ahora debes dejarme el puesto porque me toca a mí”, lo que a la Corporación le conviene porque financia a ambos lados, y el pueblo queda contento, aunque el que viene siempre será peor que el que se fue. ¿O no ha sido así en los últimos 70 años?

Bueno, no sé si este análisis te provocará una sonrisa por su realidad o si equivocadamente, te causará aún más disgusto, pero al menos ahora, ya sabes porqué necesariamente los políticos siempre nos mienten.

El Sendero Del Ser. Bendiciones. Leo

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