Si bien se trata de seres sutiles, es decir que no poseen materia, los Arcontes también pueden manifestarse en cuerpos burdos, es decir, materiales. Esa capacidad se conoce como koboltización. Los Arcontes poseen una compleja organización que ha sido posible clasificarla con la ayuda de Seres Elementales, y que se cataloga como Tribu Burdo-Sutil-Burdo-Aire, es decir, la tribu de todos los demonios que obedecen las órdenes del Príncipe de la Mentira, el mismo Diablo.

Los Arcontes, debido al extenso tiempo en que han sido confinados fuera de las Mansiones de la Luz que eran mencionadas por Jesús cuando hablaba de Su Padre, han adquirido gran conocimiento para explotar los defectos en la misma conducta humana, que a su vez proviene como herencia de sus mismas cualidades espirituales: la soberbia, el sentido de pretendida superioridad, la facilidad de corrupción, el egoísmo, la indiferencia ante el sufrimiento ajeno, la pretensión de beneficios materiales a cambio de facultades o favores realizados por los oscuros, etc. todas actitudes humanas utilizadas por los demonios para esclavizar a seres humanos que han perdido su conexión sagrada con la Fuente.

Se ha vuelto algo muy común aquello que vulgarmente se conoce como “vender el alma al Diablo”, muy popular entre artistas, gobernantes, magos y muchas otras personalidades destacadas entre la sociedad y las finanzas con tal de obtener beneficios materiales, poder e impunidad.

Cuando uno no se explica “cómo”, es porque allí hay una intervención arconte, ya sea un acto de magia imposible, una carrera meteórica de un integrante del grupo del espectáculo, un deportista que de la noche a la mañana se vuelve ídolo, un político que salta de pronto a los primeros planos del poder.

Los Arcontes tienen gran facilidad para dirigir a seres de escaso discernimiento y a personas ignorantes e indolentes, así como a seres ambiciosos o insaciables de poder y dinero, perversos y malvados, pero se reservan de atacar a quienes están más rodeados por su amor a lo Superior. De la misma Biblia, a pesar de todo lo que ha sido alterada y prostituída por tantos religiosos endemoniados de la historia humana, surge que ya en las épocas de Jesús los Demonios tenían gran temor y respeto a su Manifestación Humana y a sus Poderes Superiores.

Jesús emanaba un campo de energía sublime a su alrededor que cautivaba y sorprendía a quienes se encontraban en su presencia, aún cuando no entendieran ni una palabra de sus prédicas y sus parábolas en las tierras de la antigua Mesopotamia. Porque Jesús hablaba a las almas, no a las conciencias. Eso lo sé porque en una ocasión, practicando yo una regresión a su época y Presencia, justamente eso fue lo que experimenté y que recuerdo a pesar de mi escasa lucidez y mi ignorancia primitiva de aquel momento.

Yo estuve en aquel tiempo formando parte de aquellos caminantes que se detuvieron a escuchar al Maestro cautivados por algo incomprensible que emanaba de su Presencia: la sublime radiación de amor de su Aura.

No recuerdo su figura, sólo sé que miraba extasiado a un Ser rodeado por una gran aureola de Luz deslumbrante y pese a que no comprendía bien de qué hablaba, no podía dejar de contemplarlo sorprendido y fascinado porque nunca había visto algo semejante.

La desesperada sed de mi alma me llevó a acercarme al Maestro, ya que ni supe la verdadera razón conciente que me llevó a sus cercanías, lo que sólo interpreté entonces como curiosidad; sin embargo tengo la imagen vívida de mi cabello oscuro e hirsuto, mi negra barba, mis ojos oscuros, mis sandalias gastadas y la miserable túnica de tela marrón tejida con lana de oveja con la que me cubría, atada con un cinturón de la misma tela.

Y sobre todo recuerdo una enorme nariz etrusca que siempre iba delante de mí; ése era yo en aquellos tiempos. Esto constituyó una gran lección de humildad cuando comprendí que aquel bruto ser harapiento era yo mismo en aquellos tiempos.

En ésas épocas solamente el Jefe de los Arcontes se animaba a dialogar con Jesús, tentándolo con que se pasara a su bando. Jesús, lejos de manifestarle odio simplemente le mostraba indiferencia, porque sabía muy claramente que justo sentir odio es la muestra de que el Diablo está ganando la batalla, ya que de ese odio es que él y sus seguidores se alimentan.

Los Arcontes están organizados en escalas subordinadas, y los jefes que siguen al Diablo en jerarquía son mencionados como: Belzebú, Asmodeo, Abodón, Astaroth, Mefistófeles, Belial, Leviatán y Mamom. Debajo de sus órdenes existen demonios menores, con menor poder pero no por eso menos peligrosos, que suelen ser los encargados de los “trabajos más sucios” si fuera que alguna de las tareas de los Arcontes no es sucia, y se conoce que su número no supera al de los hombres sobre la Tierra.

Por esa causa, el mismo Jefe de los Arcontes planifica periódicamente un holocausto que destruye al mundo y a sus habitantes cuando los mismos alcanzan cierto grado de conciencia y conocimiento, camino a la Iluminación; él no desea contrincantes ni tampoco se arriesga, por ello es que se han descubierto vestigios de civilizaciones anteriores que no se ha comprendido cómo y porqué se han extinguido casi totalmente y de manera abrupta.

Los Arcontes se encuentran por encima en jerarquía y poder de otros seres malignos como ciertas razas reptilianas, a quienes a su vez comandan y ayudan en sus propósitos antagónicos contra los hombres, que son considerados como animales de granja y de los que se sirven drenando la energía de sus emociones descontroladas.

A cambio, estos reptiles hasta se alimentan de la carne del ser humano, suero, sangre y vísceras del mismo modo que el hombre se alimenta de los animales, sin remordimiento alguno. Los niños les producen especial placer porque su carne es tierna, así como al ser humano le suele gustar asar a los animales de poca edad; estos humanos no comprenden que a su vez son víctimas inconscientes de esos mismos actos

Los Arcontes están jugando fuertemente hoy más que nunca sus últimas apuestas mediante el Satanismo, ofreciendo riquezas materiales, fama y poder a los incautos que se prestan, que pueden ser fácilmente reconocidos por sus apariciones y sorprendentes éxitos como artistas, políticos, o celebridades en TV.

Los Arcontes también son los responsables cuando provocan toda clase de situaciones de guerra, caos, hambre, dolor, enfermedades, de modo que el sufrimiento del humano les sirva de alimento a estos vampiros energéticos.

El hombre se encuentra en guerra con otros hombres desde que pudo esgrimir un palo o una piedra debido a las diversas inducciones malignas con que estos seres mantienen sumergida a la Humanidad.

YAVE o Jehová, un Arconte que daba órdenes indiscutibles desde sus naves, guiaba a los judíos a través de su inútil travesía por el desierto y los incitaba a pelear contra todos quienes se atravesaban en su camino, y es el día de hoy que no han podido encontrar “su tierra prometida” donde puedan vivir en paz. Es su característica nefasta prometer y no cumplir, al igual que hacen muchos humanos en sus campañas políticas.

YAVE los utilizaba y los sigue utilizando, y mientras la situación no se revierta jamás los dejará vivir en paz y concordia con sus vecinos.

Los Arcontes necesitan de la discordia, el dolor, el odio, la violencia, la falta de amor por el semejante para su supervivencia. Ellos nos necesitan a nosotros a fin de parasitarnos, no nosotros a ellos, y por esa razón nos odian. Los desechos y los excrementos no necesitan de las cucarachas, pero las cucarachas sí necesitan a los mencionados.

Por eso, por ser vampiros energéticos, su alimento surge de “cosechar” energía humana a costa de lo que sea necesario, por lo que muchas personas no comprenden que expresando su peor costado solamente les están siguiendo el juego, mientras están debilitándose a sí mismos y entregándose a ellos en lugar de obtener reales beneficios personales que no son los materiales.

Actualmente, los Arcontes son los que están dirigiendo los destinos de la Humanidad a través de elites de logias demoníacas, religiones, sectas, gobernantes, economistas entregados y tiranos que sólo buscan el hambre y la guerra para sus propios conciudadanos.

Fácilmente estos personajes nefastos pueden ser identificados porque si no obedecieran a sus jefes Arcontes, nunca podrían llegar a tales altos puestos de poder, políticos, reales, religiosos, populares, etc.

A toda costa estas Entidades oscuras han intentado igualar los poderes de quien los creó como contrapartida del nacimiento de los Seres Luminosos, realizando hoy a través de sus secuaces (algunos materializados), la investigación genética que busca infructuosamente crear seres similares a los humanos capaces de albergar un alma, pero sin poder conseguirlo. De allí su gran odio por la especie humana debido a ser los hombres Hijos dilectos del Creador, a los que ha reducido en gran parte como esclavos de su poder.

Mis propios Guías me han aconsejado “que no los insulte”, ya que saben que me veo permanentemente tentado a hacerlo. Cuando uno percibe la presencia de un excremento, no lo odia sino que rápidamente se aparta y sigue su camino, alejándose y tratando de no contaminarse; ésa es justamente la consideración que merecen estos seres, ya sea los patéticos inferiores tanto como sus superiores jerárquicos que configuran los más altos poderes terrenales, que no por ello dejan de ser también patéticos.

Si bien los Arcontes tienen los días contados porque su atrocidad no tiene fronteras y justamente sus abusos y extremos son lo que desatará (y ya está provocando) una fuerte represión, muchos humanos les rinden culto y realizan pactos energéticos con el Diablo a fin de participar parcialmente de sus poderes sobre la materia.

Esto se hace visible hasta en los imposibles actos de magia modernos que se muestran por TV, inexplicables de otro modo; igualmente ellos se encuentran tras todas las actividades humanas perversas que ostentan dinero y poder.

No solamente la especie humana ha sido corrompida sino muchas otras especies terrestres y extraterrestres tales como los Reptilianos, los Grises y los Insectoides, que a su vez tienen colaboradores humanos que realizan sus designios tales como sectas satánicas y grupos oscuros, siendo el más poderoso y conocido el de los Illuminatis.

Éstos buscan controlar al resto de la población mundial mediante las divisiones y conflictos entre países y grupos humanos como vía para la instalación del Nuevo Orden Mundial: una sola religión, una sola moneda, un sólo gobernante, un único país, una sola legislación y una sociedad humana absolutamente esclava de sus elucubraciones y privada de sus derechos naturales como gallinas en el gallinero esperando su turno para ir a parar a la cacerola cuando ya no sean productivas.

Con estos fines ellos generan grietas y divisiones, guerras y separaciones, para que algún día, el humano ya cansado de tanta barbarie, ruegue por unidad, paz y globalización.

Es parte del proceso “Problema (acción)-Reacción-Solución” ya descrito en este mismo blog; el “problema” es parte de la acción de estos indeseables a fin de que se produzca la Reacción que les de la oportunidad de ofrecer la Solución, que los favorece a ellos, por supuesto.

Solamente para estos fines existe la organización de los Arcontes, que existirá mientras haya seres humanos prestos a seguirles el juego sin comprender que solamente los Arcontes son los dueños del casino donde estos infelices ponen en juego sus almas, sin comprender que tarde o temprano, “la casa siempre gana”.

Por ejemplo, los casinos existen porque hay gente que se predispone a jugar y a apostar, de otro modo, se fundirían y cerrarían sus puertas. Humanamente expresado, se dice popularmente que no tiene la culpa el chancho sino el que le da de comer. Justamente en estas conductas humanas y para aprovecharse de ello, se basa la organización de los Arcontes.

El Sendero Del Ser. Bendiciones. Leo

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