EL MACHISMO

Existe un tema muy discutido que día a día se vuelve más llamativo, más remarcado y más discutido: el machismo. Aunque también afirma su presencia el Feminismo, del otro lado. La sociedad debería concentrarse en el Humanismo, en lugar de dividirse en Machistas y Feministas. Pero, vamos a la realidad del tema mencionado en el título…

¿Qué es el machismo? Si quiero expresar el concepto general, el Machismo se trata de una creencia que sostiene que el hombre es superior a la mujer. Pero si debo resumirlo en una sola palabra, a mi entender, yo diría que se trata solamente de miedo.

¿Miedo a qué? Miedo del hombre a ser considerado por otros hombres como que le faltasen componentes masculinos para ser considerado un verdadero hombre según los viejos parámetros y por eso, rechaza todo aquello que él considera femenino, lo que realmente le priva de emplear componentes propios que podrían serle muy útiles como ser humano.

El machista cree, o bien le han hecho creer, que la mujer es inferior (según sus parámetros masculinos). Y esto es así en determinados temas pero también la mujer supera al hombre en otros.

Por tal causa él da por sentado que ella debe estar a su servicio, comportarse según se le indique, y por supuesto, que debe ser relegada a tareas menores de forma que nunca tenga la posibilidad de ponérsele a la par, competir con él y tener la oportunidad de vencerlo en su terreno.

El hombre y la mujer, son distintos pero ni mejor ni peor uno que el otro. Así como los hombres tienen más desarrollado el sentido físico por sus actividades desde la época en que debían abandonar la cueva para cazar, así las mujeres han desarrollado otras capacidades, como ser el instinto, la sensibilidad, la resolución por sí misma de los problemas cotidianos, la creación de la vida a partir del aporte del hombre.

Decir que el hombre es mejor que la mujer o que la mujer es mejor que el hombre sería la misma irracionalidad que decir que una manzana es mejor que una naranja. Por lo general, un nivel más elevado de cultura hace que las personas de distinto sexo se consideren similares pero no iguales, reconociendo cada uno las capacidades del otro.

He visto hombres desesperarse al tener que hacerse cargo de cuestiones sencillas para una mujer cuando ésta falta en el hogar, y he visto mujeres poner el hombro y dejar sus lágrimas de lado, haciendo frente a la situación debido a tener que arreglarse solas.

Por otra parte, ambos ejemplares tanto masculino como femenino, pueden desarrollar componentes del otro género que le permitirán desenvolverse mejor en la vida y sobrevivir a ella. Un hombre que desestime sus componentes femeninos resulta incompleto y por lo tanto, lucha con desventaja ante los requerimientos de la vida; lo mismo una mujer que se mueva en el mundo de hoy y deje de lado sus componentes masculinos, los que le apoyarán en el sentido material. Por supuesto que esto debe mantenerse en equilibrio, como todo lo que necesita persistir en el tiempo.

Personalmente considero que hoy la mujer en general tiene mayor poder de supervivencia que el hombre, porque desde siempre se ha visto en situaciones de las que tiene que salir y no tiene la fuerza física para ello; por lo tanto, debe desarrollar algo que sustituya a la fuerza, y eso es emplear su astucia y su maña para resolver el problema.

Por otro lado, la mujer busca aliados para resolver sus problemas, y eso la ayuda, mientras que el hombre no se siente hombre si no se hace cargo personalmente de sus problemas y se encierra a resolver él solo su situación.

Desde siempre, el hombre ha debido utilizar la fuerza para imponerse y sobrevivir, lo que ha dejado a la mujer en desventaja en ese terreno y para poder enfrentar la situación, esto la ha llevado a buscar otros medios más sutiles pero muchas veces con mejores resultados, a fin de contrarrestar la imposición masculina.

Llevado al extremo, el hombre hace uso de la fuerza, mientras que la mujer, utiliza la manipulación. Por lo general, el hombre atacará directamente y la mujer, indirectamente; llegando a situaciones límites, el hombre matará de modo violento, la mujer lo hará disimuladamente, con veneno o en forma indirecta, pero en lo posible evitado utilizar la agresión física.

A pesar de mis casi 30 años de Astrólogo, me resulta imposible determinar si una Carta Natal que me presenten, corresponde a un hombre o a una mujer, lo que resume que ambos pueden llegar a tener los mismos potenciales.

Según los parámetros sociales anteriores, si una mujer usa la agresión directa es que está seriamente desequilibrada, o bien su vida o la de sus hijos estaban en peligro y la desesperación la ha llevado a hacerlo porque no tenía otra alternativa, que si la hubiera tenido, la habría empleado, porque ellas prefieren actuar en silencio.

La mujer normal detesta la violencia física, pero utiliza muchas veces cierta presión sutil del tipo emocional que es muy difícil de probar o demostrar; esto enfurece al hombre y él actúa como sus crencias y convencimientos le indican, muchas veces de la única forma que conoce: expresando su fuerza y llegando a la violencia.

La mujer comete el serio error de pensar: “¿Si yo me doy cuenta, porqué él no se da cuenta?”. No se trata de mayor o menor inteligencia, sino de que no son iguales y el hombre suele ser más desprevenido.

El hombre machista detesta verse relacionado con situaciones femeninas, porque en realidad teme ser descalificado. Por ejemplo, evitará el color rosa, porque se supone que el rosa simboliza a la mujer. Y se pierde de aprender gran parte del arsenal femenino que ellas utilizan cuando se ven en problemas, y que les dan excelentes resultados al grado de salirse con la suya muy disimuladamente.

A medida que van pasando los años, socialmente ya no es tan condenado públicamente que el hombre tenga algunos comportamientos similares a los femeninos. Hoy los hombres nos podemos saludar con un abrazo, con un beso en la mejilla, podemos ponernos camisas de colores similares al rosa, podemos soltar una lágrima por una pena o una emoción, y nos animamos a contar nuestros problemas íntimos a nuestros amigos o amigas sin que eso implique ser mal mirados por ello. Y eso incluso, nos vuelve más atractivos a los ojos de la mayoría de las mujeres.

Por otra parte, personalmente, en mis ocupaciones comerciales, prefiero siempre contratar empleadas y no empleados; ellas suelen ser más diplomáticas, más ordenadas, se organizan mejor y raramente resuelven una situación a los gritos o amenazando en tanto se encuentren en equilibrio emocional.

Sin embargo, confieso que si voy a una ferretería o a comprar algo mecánico o eléctrico, prefiero que me atienda un hombre, porque tengo más confianza en sus habilidades técnicas; sin embargo, en la Facultad de Ingeniería, donde estudio Electrónica, los mejores alumnos han resultado ser mujeres, y he conocido mujeres, algunas ex-alumnas mías de mis cursos técnicos, trabajando en la reparación de equipos electrónicos con los mismos excelentes resultados que cualquier hombre.

Por eso, considero que el machismo es simplemente una expresión del miedo o de la ignorancia; el hombre machista no se imagina lo que se pierde manteniendo esa actitud. Es más, la mujer en general prefiere ser conquistada por un caballero que la tenga en cuenta y la valore, y que también integre y comprenda los potenciales femeninos. Ya no estamos en la era en que a la mujer se la atrapaba por los cabellos y con eso era suficiente; hoy ya no se puede, las mujeres utilizan pelucas y extensiones (chiste).

Por otro lado, en la actualidad la mujer rechaza la actitud machista del hombre pero lamentablemente muchas en su intento de igualarse, se están expresando en actitudes de la misma polaridad; están equivocadamente intentando demostrar que pueden luchar y vencer al hombre en su propio terreno, dejando de lado sus condiciones femeninas ancestrales que durante milenios le han dado excelentes resultados.

De esa forma, están luchando desde afuera, cuando tienen la capacidad y la astucia de luchar eficientemente desde adentro. La feminista no comprende que igualarse al hombre significa rebajarse, ni que utilizar métodos masculinos no la revaloriza sino que la desvaloriza.

Le parece que mostrar actitudes masculinas la recategoriza, siendo que para el hombre, ésto la desmerece, porque normalmente se tiende a valorar y apreciar lo que no se tiene y en cambio se compite en lo que también se tiene.

La respuesta no está en el enfrentamiento de los sexos, sino en su complementación. En aprender a mejorarse y a la vez, incorporar lo mejor del otro género, y así, lograr un resultado superior. Tanto un hombre machista como una mujer feminista, suelen ser personas intolerantes que no comprenden que el ser humano debe evolucionar sumando, en lugar de separando.

Por supuesto, también hay que reconocer que hay mujeres que no sirven para nada, aunque también hay hombres que no sirven para nada; pero eso no depende de su género sino de su capacidad y sus valores personales.

¿Aceptarán alguna sugerencia los ejemplares femeninos? Piensen que acorralar al hombre en cualquier situación, por lo general eso lo lleva a sentir que no tiene salida, por falta de inspiración, porque no está acostumbrado a enfrentar situaciones de ese tipo, y entonces hará uso de la fuerza, porque no conoce otra forma, o bien no posee elementos que le permitan resolver el caso por otros medios, por ejemplo negociando o dialogando.

Cuando la mujer tiende a encerrarlo en situaciones emocionales, terrenos que ella conoce mejor y que para él son detestables porque no es su ámbito  natural, él se desespera porque no sabe cómo salir, y a la corta o a la larga decidirá alejarse, romper o sentirse empujado hacia su machismo latente.

Es mucho mejor para la mujer seguir utilizando la astucia, la sutileza y la sugerencia, que es su mejor arma, ya que la emplean desde tiempos inmemoriales. Dalila inutilizó la enorme fuerza de Sansón, con sólo cortarle el pelo mientras dormía; si bien esto suena a fábula tiene fundamentos científicos pues se ha demostrado que el cabello largo provee una mayor capacidad de captación sensorial.

Cuando nacen varios gatitos de una camada, el más decidido de ellos suele cortar con sus dientes los bigotes de sus hermanos y entonces así puede establecer su primacía sobre sus hermanos.

Últimamente se ha presenciado la expresión más virulenta de la mujer en sus manifestaciones callejeras; eso desagrada y aleja al hombre y también resulta chocante para muchas mujeres que tienen en claro que no es eso lo que las representa y no se identifican con las “marimachos” que agreden, insultan, pintan paredes con groserías, e inclusive atacan en manada a hombres que su solo pecado ha sido pasar cerca de este desenfreno primitivo.

Resulta muy triste, vergonzoso y decepcionante ver a las mujeres descontroladas en este rol, manifestándose con violencia, cuando se juntan a expresar que justamente rechazan la violencia.

Es evidente que no trae buenos resultados estimular innecesariamente las reacciones machistas del hombre, sino en cambio beneficia a las mujeres hacerse fuertes en su terreno puesto que siempre han tenido indirectamente el control de la situación y saben cómo conseguirlo.

Una mujer hábil siempre obtendrá ventajas de su condición femenina; si no sabe obtenerlas entonces está mostrando que no tiene la capacidad de hacerlo y que por eso recurre a métodos masculinos.

Ante la situación violenta, el hombre huye de la mujer o bien, contraataca con toda su fuerza descontrolada, la mayoría de las veces porque no sabe cómo manejarse frente a la actitud de la mujer, a la que no termina de comprender.

En resumen, cuando una mujer permanece al lado de un hombre machista y se queja de ello, hay una evidente falta de inteligencia, tanto de él como de ella; pero aún más de ella, porque la mujer normalmente dispone de mecanismos más sutiles para conseguir calladamente salirse con la suya.

Y si se llegara a un extremo en el cual la situación se vuelve insoportable, es mucho mejor que la mujer se aparte y se aleje, porque en ciertos casos hay hombres incontrolables y es preferible estar solas que mal acompañadas.

Señoras, señoritas, ustedes saben muy bien que la historia respalda, sin lugar a dudas, lo que acabo de manifestar… ustedes, las mujeres, los han parido, los han criado a su forma, y les han inculcado conciente o inconscientemente la necesidad de que el hombre se vea llevado a refugiarse en la mujer.

El hombre necesita a la mujer por naturaleza, es su compañera, muchas veces su refugio, su consuelo, su complemento; lo conveniente es que ellas sean lo suficientemente inteligentes como para no llevar innecesariamente a los hombres a reaccionar en su costado machista, que repito, él lo asume por ignorancia y por miedo, salvo que se trate de un psicópata y entonces lo haga por el placer de hacer daño. En ese caso, una vez comprobado que es así, ninguna estrategia dará resultados y será necesario y muy conveniente apartarse lo antes posible.

El Sendero Del Ser. Bendiciones. Leo

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