¿POR QUÉ CADA AMOR DE NUESTRA VIDA ES DISTINTO?

“Cada amor que va pasando por la vida de uno es distinto, y es acorde a su momento,
porque trae un nuevo aprendizaje en el preciso instante en que uno está preparado para aprender; ésa es la función del amor.”
(Libro AMOR Y HUMOR, 1.001 reflexiones – Profesor Leo)

Las personas traemos a esta vida un aprendizaje que adquirir, con respecto al amor. Es clásico que aquellos que me consultan este tema del amor en sus vidas, noten ciertos paralelismos, pero sin embargo el amor que sigue al anterior no es igual. Por supuesto, cada ser humano es un mundo distinto, pero todos seguimos ciertos patrones convencionales de conducta en este aspecto.

Esto es muy lógico, dado que en la Carta Natal de cada persona hay un área, llamada Casa V, que contiene las características y el aprendizaje que en esta vida la persona debe consolidar. Esta área, no tendrá iguales características para todos. Es decir, la Casa V nos señalará “cómo se enamora” esa persona y qué clase de enamorado/a llenará sus expectativas, que no necesariamente son las que ella desea, sino las que debe aprender.

Por eso, el primer amor suele ser tan recordado, con una especie de ternura y nostalgia, pero normalmente no es el que perdura. Ese primer amor está lleno de ilusiones, expectativas e inexperiencias, y raramente es el definitivo en la vida de la persona, y menos aún en estos tiempos modernos que auspician tantos cambios y variaciones.

Luego de ese primer amor, la segunda persona que aparezca para movilizar los sentimientos, tendrá distintas características, y normalmente esa es la persona con la cual se tiene mayor vida de pareja o se termina en matrimonio. En este caso, el amor es más prudente, concreto y tras los aprendizajes del amor incipiente, la persona contempla otros aspectos que en la primera instancia no tuvieron importancia.

Cuando se da el caso que una persona ha pasado por varios amores en la vida, la zona de la Carta Natal donde se va ubicando cada recién llegado es distinta, por lo que sus características son distintas y la experiencia tendrá nuevos contenidos.

Ciertas Cartas Natales muestran mayor tendencia que las de otras personas, a tener variedad de compañías, pero en general la mencionada Casa V es la que marca las características generales de cómo vive el amor esa persona, y la casa alternada impar, la Casa VII, será la que mostrará las condiciones generales de la vida en pareja, aún cuando cambien los personajes.

En resumen, entonces: la Casa V señala “cómo me enamoro, cómo vivo el amor”. La Casa VII marca “cómo vivo la pareja”, todas mis posibles parejas. La Casa V sería “la Casa del noviazgo” mientras que la Casa VII sería “la Casa del matrimonio”. A su vez, cada nuevo amor en la vida comenzará el primero por la Casa V, el segundo por la Casa VII, el tercero por la la Casa IX y así, girando, por las Casas impares.

En algunos casos, la persona “da la vuelta completa” a su Natal y regresa a la Casa V, Casa VII, etc. cuando ha tenido distintas parejas; en ese caso, notará que las condiciones de su primer pareja coinciden con la de la pareja en séptimo lugar, porque ha dado la vuelta completa a las Casas impares.

Por supuesto, no será exactamente igual, pero cumplirá con condiciones similares. Esto nos dice que estudiando la Carta Natal, podremos llegar a descubrir las condiciones que deberá cumplir nuestra próxima pareja, comenzando por la Casa VII, luego la Casa IX, después la Casa XI, etc. Y como cada pareja corresponde a un nuevo aprendizaje, habrá ciertas variaciones, pero las condiciones generales serán similares.

Conociendo esto, uno puede tener mayores o menores expectativas de la próxima persona que llegará a su vida y reconocerla fácilmente, porque debe calzar justo con nuestro Plan de Vida y para ello hemos hecho un pacto previo, generalmente, antes de nacer. No hay casualidades, hay causalidades.

¿Cómo nos irá entonces con nuestra próxima pareja? Bueno, eso dependerá de cuánto es lo que hemos aprendido con las anteriores; si hemos completado el aprendizaje, las malas experiencias serán escasas o bien, nulas. Pero cada nueva persona que llega a nuestra vida no llega por casualidad, sino porque nos trae una nueva oportunidad de aprender, generalmente otra cosa distinta.

¿Es para estar contento cuando uno ha permanecido gran parte de la vida con una sola persona? Por un lado, sí, dado que ambos han ido creciendo y adaptándose. ¿Y cuando el individuo ha cambiado de parejas varias veces? Esto representa una mayor necesidad de aprendizajes, ya sea por falta de ellos o porque en esta vida ha decidido adquirir el mayor conocimiento posible sobre el tema.

Por eso, no podemos juzgar y menos condenar cada caso, porque no podemos saber sin un estudio detenido cuál es el Plan de Vida de la persona. No significa que el haber tenido una sola pareja sea mejor o peor que haber tenido varias, eso dependerá de cada ser, y debe ser respetado, porque corresponde a su aprendizaje y a su intimidad.

Y eso no dependerá del Signo Astrológico, sino de la disposición planetaria en la Carta Natal de cada uno. Esto nos dice otra vez que cada persona es un mundo distinto y que debemos considerarla como un ser especial y particular. Y también nos llama a ser prudentes y no juzgar si alguien tuvo sólo una pareja o si ha tenido varias; es su situación particular y debe ser así aceptada.

Una persona no podrá ser considerada como “cabeza hueca” por haber tenido varias situaciones amorosas en su vida, ni tampoco podemos considerar como “loable” que otra persona tenga sólo una experiencia en cuanto a parejas. Lo inverso, también sería inapropiado, porque cada persona, repito, tiene su Plan o su Proyecto de Vida, y no es ni más ni menos evolucionada por haber tenido una sola pareja o varias en su vida.

En estos tiempos modernos, las experiencias deben ser vividas con premura y ser además, numerosas. Es por eso que las nuevas generaciones tienen la tendencia a cambiar de pareja más frecuentemente que antes. Por otro lado, la personalidad de cada ser humano se va reforzando y cada día está menos dispuesta a soportar situaciones que no le complacen.

Asimismo, la familia va mostrando la tendencia a desaparecer; a que los hijos de uno sean los hijos de todos, como en una manada. Esto brinda a los hijos distintas experiencias y contribuye a una evolución más rápida, que es lo que busca el nuevo tránsito planetario que actualmente afecta al planeta Tierra.

El concepto de “familia” tal como lo hemos conocido tradicionalmente, está destinado a cambiar. Los que tienen cierta edad, lo considerarán como parcialmente escandaloso, mientras que las nuevas generaciones se sienten más cómodas aceptando estas condiciones.

Es todo una cuestión de creencias limitantes, y para el Universo esto no es importante: lo verdaderamente importante es que nos sintamos agradecidos a aquellos con los cuales hemos tenido una relación, de mayor o menor duración, pues ellos llegaron a nuestra vida y nosotros a la de ellos, con el fin de aprender y servir como espejo para la experiencia.

No es que “Rosa” o “Juana” tienen la mala suerte de que siempre les toca un marido borracho o vicioso o golpeador; en sus Cartas Natales hay sin duda un componente que atrae a este tipo de parejas, porque ése es el aprendizaje que necesitan experimentar. Deben sacar una conclusión de ello, y si quieren que la torta salga distinta, deberían cambiar la forma de cocinarla o cambiar sus ingredientes.

El resultado final es que aprendamos a amar más libre y honestamente, a nuestros semejantes, sin mantener rencores ni sentirnos dañados o perjudicados, porque gracias a esas personas que ya no están en nuestras vidas (o permanecen como cercanos debido a los hijos) hemos aprendido nuestra cuota de sabiduría.

Sería lo deseable que estuviéramos agradecidos a esa persona que llegó a nuestra vida y gracias a su comportamiento y su presencia, hemos aprendido en el momento apropiado, la experiencia apropiada. Así es como se considera “detrás del Velo”, es decir, en el mundo en que “vivimos” cuando ya no estamos vivos. Es, en definitiva, este aprendizaje de amor el que determina que cada amor de nuestra vida, sea distinto.

El Sendero Del Ser. Bendiciones. Leo

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