¿SABES POR QUÉ LOS DEMONIOS ODIAN AL HOMBRE?

Existen distintas versiones religiosas cuyo resultado es el mismo pero varían en las formas en que se produjo este cisma entre Luz y Oscuridad, que diera como resultado la realidad que presenciamos en la actualidad. Una de ellas es la siguiente:

1 – Así como los Ángeles aman servir al Hombre, así los Demonios lo odian, en la misma magnitud. Los Ángeles fueron creados en un principio y no supieron del porqué de su Creación. Ellos colaboran con el hombre, lo ayudan, lo protegen, lo sanan, lo auxilian cuando el Hombre siente la necesidad de encontrarse con su Creador, con su Esencia, con su Ser Interno.

Hay muchas categorías y niveles de cualidad de estos Seres Angélicos , lo que es estudiado por la Angelología, que es una Disciplina que trata sobre las primeras criaturas manifestadas por la Creación.

Los Ángeles presenciaron la continuidad de la Creación, maravillados del desarrollo de otros seres debido a la Energía emanada de la Luz, entre los cuales se encontraba el Ser Humano. Los Ángeles no sólo fueron testigos sino que colaboraron en dicha Creación, donde al Ser Humano se lo diferenció del resto de los seres vivos, brindándosele características especiales que lo hacían semejante en sus potenciales a su Creador.

Esta particular diferenciación que se hizo con el Ser Humano al que se le habían asignado tales potencialidades, y al que se le ofreció la posibilidad del dominio de la materia, hizo que una fracción de las más altas Inteligencias angélicas se rebelara contra esta preferencia, generándose un descontento en ellas.

Debido a esta rebelión de Ángeles, hubo una separación entre los que permanecieron fieles a su Creador y los que lo desafiaron, clasificándose entonces en Ángeles, fieles a la Luz, y Demonios, que también son Ángeles pero que desafían la autoridad del Creador, sintiéndose en pleno derecho de rebelarse por considerar que han sido víctimas de una injusticia.

La Luz decidió entonces que aún esta diferenciación podía resultar útil a la evolución del Hombre, dado que el mismo estaba dotado de Libre Albedrío para elegir a cual de los dos bandos se acoplaría. La Oscuridad pasó entonces a tener la posibilidad de accionar entre los seres humanos, e indirectamente, también a su servicio.

Igualmente la Luz se reservó el derecho de consentir la presencia de la Oscuridad en las dimensiones inferiores, dado que estos “hermanos descarriados” en definitiva solamente podrían sobrevivir reconociendo su Esencia primordial, justamente basada en que la Vida sólo es posible si la vibración de estos “demonios” aceptara formar parte de la Energía de la Luz y subordinarse a Ella como Fuente de Creación.

Esto concuerda con el concepto de Dualidad establecido para la materia, que es una vibración más baja en la que predominan los efectos de la Oscuridad pero a su vez, por contraste, hace notar la existencia de la Luz como Objetivo final; así, entonces, encontramos ambos extremos polarizados para que pueda darse lugar a una Dualidad.

2 – En otras versiones, se ha considerado que para que el Hombre evolucione con mayor velocidad y eficiencia, se hacía necesaria una cierta oposición, en este caso, representada por la Oscuridad que necesariamente son Seres de Luz con misiones antagónicas a los Ángeles.

Al igual que una pinza necesita ambas partes antagónicas para poder aferrar algo, así se desarrolla la evolución del ser humano, quien emplea su libre albedrío y se inclina hacia un lado o hacia el otro, hasta que encuentra el equilibrio, en el que comprenderá que ambas mitades forman parte de su constitución en este plano de materia.

Llevado a un partido de futbol, por ejemplo, si un equipo no tuviera contrincantes, no se esforzaría en mejorar porque no sería necesario. Cuanto más difícil es el oponente, mayor es la exigencia por entrenar y desarrollar mayores habilidades. Tener un oponente nos obliga a ser más eficientes y a evolucionar.

Este rival, no es nuestro enemigo, es sólo nuestro oponente y debe ser respetado y valorado como corresponde, y tratado según las reglas del juego; de ese modo, el fair-play (el juego limpio) será la característica del encuentro, y gane o pierda cualquiera de los dos equipos, deberá sentirse satisfecho porque ha dado lo mejor de sí sin agredir al adversario y transgredir las reglas.

Sin embargo, hay que discernir, la Oscuridad respeta solamente una regla: que no hay reglas, y que todo vale. Jugar contra ellos con esas mismas “reglas”, nos convertiría en Oscuridad.

No sólo, entonces, deberíamos tener ojos para nuestro Ángel sino para con nuestro Demonio, y reconocer sus presencias en esta Dualidad, porque su juego y su especialidad, es engañarnos. Por eso es que solamente en la 3ra y la 4ta dimensiones podemos encontrar demonios, porque son las dimensiones en las que el ser humano común puede manifestarse.

Podría interpretarse entonces como que la Oscuridad es un escalón necesario para alcanzar la Luz. En algunas religiones afroamericanas, tanto las Entidades Luminosas como las Oscuras, son dioses reconocidos que tienen distintas funciones en el desarrollo del ser humano y su evolución, y ambos bandos son igualmente considerados y a ambos se les rinde culto y respeto, a ambos se les solicita y a ambos se les ofrenda.

3 – En otros casos se considera como que La Luz decidió dejar de serlo Todo para retraerse y replegarse en un punto y por lo tanto, crear la posibilidad de una nueva experiencia al existir un “adentro” y un “afuera” como en Matemáticas tenemos en cuenta al Yo (adentro) y al Universo del Yo (todo el afuera del Yo).

Esto tiene sentido si fuera de ese Yo Todo Luz, se dieran las posibilidades de generarse “hijos” de ese Yo que en algún momento alcanzaran la brillantez de Su padre, por evolución. De ese modo, el Yo Todo Luz se multiplicaría, y la Oscuridad (carencia del Yo Todo Luz) tendría la oportunidad de ir viviendo y comprendiendo el proceso (en este plano) incomprensible, de la Creación de ese Yo Todo Luz.

En este plano de Dualidad se ha creado entonces la premisa en la que el ser humano debe debatirse en sus esfuerzos por hacer la distinción entre estos dos Poderes de Suprema Inteligencia, y llegar al punto de dar reconocimiento a ambas partes. Y por supuesto, definir exactamente hacia qué arco debe patear la pelota y para quien anotar goles.

A la Oscuridad se la suele denominar El Mal (para hacer la diferencia con el Bien, que sería la Luz) y se incita a las personas a rechazar declaradamente y a odiar a esta fracción, siendo que entonces dichas personas, al odiar, comienzan a jugar para el equipo de la Oscuridad creyendo estar en el camino hacia la Luz.

Es parte del juego del engaño, a fin de que el hombre vaya aprendiendo a discernir que el Bien y el Mal están sólo dentro de su ser, de su limitada Conciencia de tercera dimensión, y discernir que creyendo que actúa a favor de un bando, en realidad lo hace en favor del otro cuando no es capaz de distinguir claramente a qué se está jugando y qué color de camiseta tiene puesta.

Por lo tanto TODA POLARIZACION es negativa en tanto un bando discrimine al otro. Quien se cree casi un santo porque sólo acepta la existencia de Luz, al polarizarse, está dando lugar a la expresión de fanatismos que son parte característica del bando Oscuro, el cual paradójicamente, carece en absoluto de la conciencia de unión, porque “unión” es sinónimo de “amor”.

En la Oscuridad existen jerarquías y autoridades, pero no hay camaradería entre ellos; obedecen sólo por temor, que es la moneda corriente entre sus elementos militantes. Ninguno de ellos “dará la vida” por el otro, y cuando la situación se ponga difícil, cada uno huirá por el hueco que más cerca le quede.

Ésa es su característica, que también podemos notar en los seres humanos: sólo enfrentan cuando tienen la seguridad de ganar, y ante la duda, huyen, para reagruparse en otro enfrentamiento. Para ellos no existe el honor ni los códigos; actúan en la estrategia de la guerrilla: si pueden, golpean, y si no, huyen como las ratas cuando se hunde el barco.

Esto se ve reflejado claramente en la política: todos son de un mismo bando mientras tanto y hasta donde, haya conveniencias: en el momento difícil, todos huirán como cucarachas ante la luz, cambiando su camiseta a su conveniencia por el color que les sea más favorable en el momento.

Ése es exactamente el comportamiento de la Oscuridad, lo que no nos habilita a utilizarlo contra ella, porque de hacerlo, nos estaríamos cambiando de camiseta y jugaríamos en su equipo creyendo que jugamos para el contrario.

Esa división y aparente independencia, es la que se apodera del ser humano, que inventa bandos, unos contra otros, competencias de poder en lugar de hermandades, discriminaciones en lugar de igualdades, y así, sin saberlo, se aleja de la Luz aunque a los gritos proclame que sólo responde a Ella, mientras se escuchan los aplausos de la Oscuridad.

La gran mayoría de los seres humanos cree en esta segmentación mencionada sin darse cuenta que de ese modo juega para la Oscuridad; la Luz proclama Unión, no separación. El Amor es unión.

El que emplea estas tácticas refractarias está jugando el juego de la Oscuridad. “Tú eres Cristiano, no puedes ser amigo de un Musulmán; tú eres Musulmán, no puedes sentarte a la mesa de un Judío. Tú eres Judío, no puedes confraternizar con un Cristiano”.

La separación entre la Luz y la Oscuridad es simplemente una ilusión concretada en estas bajas dimensiones, a fin de confundir (ése es el juego predilecto que juega la Oscuridad) al ser humano pero lograr que algún día se reconozca finalmente como una parte del Todo, y reconozca a sus hermanos.

Esto se está poniendo en evidencia actualmente, cuando en las religiones del mundo se está manifestando el culto a la discriminación, al poder, a poner atención en quienes pertenecen a este bando y quienes al adversario, incluso incitando a la muerte en algunos casos, a la obtención de riqueza económica, a la dicotomía “nosotros-ustedes”. ¿Están jugando el juego de la Luz o el juego de la Oscuridad?

Al mismo nivel, está creciendo la Conciencia de aquellos que comprenden que la Dualidad es un juego, que la división está errada y que la integración es la idea correcta. Hasta que todos los seres humanos no comprendan esta “realidad”, será necesaria la presencia Oscura y de ningún modo podrá ser eliminada, porque está auspiciada por la Luz para hacer ese juego necesario.

La Oscuridad será necesaria mientras se busque combatirla afuera, en lugar de adentro. Segregarla en lugar de integrarla. Ser intolerante en lugar de ser comprensivo. Negarla en lugar de reconocerla. Combatirla en lugar de aceptarla. Odiarla en lugar de sólo negarse a participar con ella.

Entonces aparece la pregunta: ¿Qué es el Mal? El Mal es la ausencia de Amor que el ser humano debería preservar como algo primordial dentro de su ser, y la maldad existe sólo en su conciencia, aunque la vea como manifestada fuera de él.

Cuando el hombre niega a los Demonios y se enfurece contra ellos, sólo les está otorgando más poder, y los está incorporando en su vida; todo lo “negativo” se vuelve más fuerte cuanto más atención se le presta, porque el ser en esa actitud es cuando más se está polarizando.

No hay que confundir con poner los límites justos. Dos equipos deportivos, por ejemplo, podrán tener un encuentro muy agradable para sus hinchadas siempre que se reconozcan, se respeten y se consideren sólo como oponentes, como rivales, y no como enemigos, porque si se manifiesta el odio entre ellos, no podrá existir un juego sin violencia y mala intención, en detrimento del espectáculo y para perjuicio de todos.

¿Cual debería ser el objetivo del juego? La diversión y el contento de los espectadores, en lugar de intentar ganar para luego burlarse de los que pertenecen al bando opuesto.

Por todo esto es que existen criaturas Oscuras; muchos se preguntan, ingenuamente: “Si existe el bien ¿por qué permite que se manifieste el Mal?” “¿Por qué Dios, si existes y me quieres… por qué dejas que ME PASE esto?” y hasta dicen (no sé si es cierto, porque no confío en los que lo han publicado) que hubo quien se ha preguntado: “Padre… ¿por qué me has abandonado?”

En resumen, cada uno debería tener en claro (y dejar bien expresado) qué color de camiseta se ha puesto y sustentar este hecho en todo momento, y no según la conveniencia de la ocasión.

Observemos cómo se comportan los seres humanos en el mundo en este momento y veremos la gran confusión que reina, y cómo con la boca gritan un “éste” mientras su conducta está mostrando claramente un “aquel”…

¿Y el odio de los Demonios? Ésa es su naturaleza, su motor, su alimento. Pero sospecho que en parte está siendo justificado al presenciar la debilidad y la ambivalencia de los seres humanos. Ahora, si las cosas fueran al revés… ¿no sentirías desprecio por un adversario tan indefinido, tan poco convencido, tan poco seguro de sí mismo, tan inestable en su Verdad interna… tan vulnerable a la conveniencia material?

Los Ángeles actúan en su convicción sobre el aprendizaje por amor, mientras que los Demonios están seguros de que el aprendizaje del Hombre necesariamente debe ser por la vía del sufrimiento…

Hasta lo que se ve en el momento ¿Quién parece llevar la razón?

Bendiciones. Leo

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