PERDER UN AMOR…

Perder un amor naturalmente causa dolor y frustración, y una crisis en la que uno debe preguntarse qué tiene que aprender de ello, lo que con el tiempo debería ir transformándose en aceptación, comprensión y mejora personal. Recién entonces, uno volverá a sentirse en condiciones de abrir sinceramente su corazón, y sólo así estará listo para amar nuevamente y su amor habrá adquirido mucho más valor que antes.
(Tomado de AMOR y HUMOR, 1.001 frases y reflexiones – Prof. Leo)

“Perder un amor naturalmente causa dolor y frustración”. Tal vez ese amor no se haya perdido, tal vez aún esté guardado muy por debajo del dolor, pero seguramente no está perdido. Es una nueva experiencia que marca un hito en nuestras vidas, un aprendizaje que duele porque no hubiéramos querido que terminara así, pero un aprendizaje al fin.

O tal vez hemos puesto todo lo que entendimos que disponíamos, pero igualmente terminó. ¿Qué hacemos con ese dolor? Encargarle al tiempo que lo sane, que nos vaya llenando de aceptación y comprensión, que nos rescate.

¿Qué hacemos con ese sentimiento de frustración? Dejar que la comprensión nos ilumine y nos demos cuenta que la frustración está originada por el sentimiento de fracaso, y que nunca se trata de un fracaso cuando hemos sido capaces de amar. Haber sido capaces de amar, representa un éxito, aplaudido por todas la Energías que observan nuestro accionar desde el otro Lado del velo.

“Una crisis en la que uno debe preguntarse qué tiene que aprender de ello, lo que con el tiempo debería ir transformándose en aceptación, comprensión y mejora personal”. Sí, es una crisis. Todas las crisis tienen las mismas etapas, que culminan cuando la persona acepta y luego decanta el aprendizaje.

Por eso es que debemos preguntarnos qué es lo que hay que aprender de ello, para que la crisis culmine en un aprendizaje y termine su ciclo. Si no hubiéramos tenido la necesidad de aprender, no nos hubiéramos cruzado con esa persona, no hubiéramos sentido atracción primero y amor después.

La “aceptación, comprensión y mejora personal” son las últimas sacudidas que nos deja esa crisis, e indican que hemos aprendido algo, que si está realmente incorporado, no volveremos a sufrir porque la Maestra Vida no nos dará otra vez la misma Tarea para el Hogar, porque ya está aprendida.

“Recién entonces, uno volverá a sentirse en condiciones de abrir su corazón”. Es decir, el viejo refrán “un clavo saca a otro clavo, un amor saca a otro amor…” no tiene utilidad cuando uno está sufriendo por AQUEL amor, porque no puede volver a enamorarse ya que su corazón quedó suspendido en el tiempo de aquel otro viejo amor.

Pero al igual que una cicatriz en la piel, duele si se la toca aunque se haya curado completamente, hasta que el paso del tiempo la vuelva insensible.

¿Qué dicen los Guías Espirituales con referencia a este asunto? Que lo ideal sería que una vez pasado el tiempo, ambas partes fueran capaces de comunicarse con abierta sinceridad y sin ninguna clase de pasión interpuesta, se contaran qué fue lo que aprendió uno del otro y se agradecieran por ello, por el tiempo de vida compartido.

¿Por qué? Pues porque “sólo así estará listo para amar nuevamente” y tomar la nueva experiencia con la confianza y la serenidad como para comprender que el amor es parte de la vida, ya que el Amor es el Origen de la Vida. Pero ahora será tiempo, para la persona inteligente, de aplicar lo aprendido en el sentido de que no se vuelvan a cometer los mismos errores.

Con ese fin, nunca un nuevo amor será semejante al anterior, porque astrológicamente estará ahora ubicado en otra Casa, en otra área de vida a la que corresponde otro nuevo aprendizaje. Es más, el quinto amor que puede vivir una persona, estará reservado para una compañía que será muy similar a la persona, y en la cual, cada uno tendrá la oportunidad de verse reflejado en el otro.

O sea entonces que este “quinto” amor nos brinda una oportunidad de oro, para vernos reflejados, aún cuando cada uno de los otros amores anteriores también actuó como espejo.

Por eso, “su amor habrá adquirido mucho más valor que antes” porque ahora se trata de un amor más maduro y capaz de enfrentar nuevas situaciones, más complejas, que requieren mayor sabiduría y estabilidad. Tal vez la persona ya haya comprendido que el amor no es para jugar, ni para divertirse, ni para sufrir, sino para aprender.

Bendiciones. Leo

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