¿CÓMO PUEDES SANAR TU RELACIÓN FRUSTRADA CON…?

Siempre existe alguna relación que sanar, con un padre, con una madre, con un hijo, con un hermano, con una ex-pareja… relación que sabemos que nos daña, que nos hace mal, que nos impide crecer y ser más plenos.

Lo ideal sería que ambas personas estuvieran de acuerdo para conversarlo y ser sinceros respecto de las cosas que los distancian; tal vez eso los acercaría, o no, ése no es el tema, pero sin duda que se trataría de un proceso bendito de sanación.

Deberíamos buscar que se produzca la Catarsis (eliminar y liberar aquellos recuerdos que nos dañan emocionalmente) y eso suele producirse cuando tratamos el tema con la persona con quien se produjeron los hechos y ésta contribuye a ese fin; convendría encontrar las razones, porque las razones le dan sentido a lo sucedido y así es más fácil aceptarlo.

Y sobre todo, quedar en paz; la paz interior es lo que nos sana y nos mantiene en equilibrio. Pero en algunas ocasiones no podemos hacerlo, ya sea porque la persona no está dispuesta a colaborar, no está presente o ha fallecido. En ese caso, no podemos interactuar directamente.

Pero sí podemos hacerlo indirectamente, con resultados beneficiosos al menos para uno y con gran probabilidad de que también lo sean para el otro que no está presente.

Sin duda que los acuerdos se hacen de a dos. Antes de nacer, al planificar nuestro Anteproyecto de Vida en el plano en que se encuentra la totalidad de nuestro ser (antes de nacer) hemos concertado todos los detalles a ser vividos de nuestra vida futura en este plano y los encuentros con las personas con quienes vamos a vivir experiencias que nos van a dejar enseñanzas y aprendizajes.

Esas personas pueden estar con nosotros allá, detrás del Velo (en el Limbo), antes de nacer, o bien, si no lo están, hacemos el acuerdo con su Yo Superior aunque la persona en conciencia esté en un plano diferente al nuestro, por ejemplo, ya encarnada.

Pero luego, en este plano, si luego una de las partes se niega, no se puede llevar la experiencia a buen fin. La experiencia es para ambos; es un trato bilateral, con mutuos beneficios, pero sigue teniendo vigencia el Libre Albedrío de que la otra parte no desee completar el acuerdo, por la causa que sea.

Entonces uno se pregunta… ¿No hay aprendizaje? Y aún más importante, si hubo alguna clase de interacción no satisfactoria, no sana, no completa… ¿Queda algo trunco, sin resolver?

Sí, queda algo incompleto que no se ha resuelto. Y a veces, también un daño emocional, cuando la circunstancia se vive y se recuerda como un trauma en lugar de haber sido vivido y atesorado como aprendizaje.

Allí queda entonces una espina clavada y deberíamos hacer una catarsis, sanar esa herida, para nuestro propio bien y el de la persona con la cual no hemos podido resolver la situación, y cancelar ese “contrato” que habíamos convenido.

La pregunta es entonces, ¿No hay sanación sin la participación de la otra parte?
Sí la hay, pero dicha sanación se centra en quien quiere sanarse, que trabaja y estudia y comprende el caso; la otra parte, la que se niega a ir más adentro porque le duele, o porque no lo entiende así, o porque simplemente no quiere trabajarlo, o porque ya no está, la rueda sigue girando y en el futuro va a encontrarse nuevamente con personas que le van a hacer vivir lo mismo, pero más duro todavía, en otra encarnación o en esta misma vida, si es que está todavía vivo.

No hay otra manera de aprender que no sea experimentándolo, viviéndolo personalmente, así suelen comentar los Guías espirituales en las Lectura de Registros Akáshicos.

Por lo tanto, si dos no quieren sanar en conjunto, una de las partes debería buscar sanar lo que le corresponde, buscando comprenderlo, dándole la bienvenida, aceptándolo con amor que sea así, y finalmente dejándolo ir, soltando el apego.

Eso me han enseñado mis Guías, diciéndome que me preocupe por sanarme yo y a la otra parte, dicen, “simplemente mirarla desde el amor” y aceptarla y desearle lo que sea mejor para su Plan de Vida, no lo que uno quisiera o lo que uno piensa que es mejor.

Eso es lo que debemos hacer, porque es todo lo que se puede hacer.
Sin embargo, el cambio de actitud propia genera una corriente de inducción que alcanza al campo sutil de la otra persona, por medio del canal etéreo que significó el contacto, y cuando uno busca la sanación, también sana el vínculo y también la otra persona se va a sentir más aliviada respecto de lo que pasó, esté en este plano o ya no lo esté.

Existen mecanismos sanadores como por ejemplo, una Regresión a ese hecho mediante una sencilla relajación hacia el estado Alpha, o bien, mediante Constelaciones familiares.

Un mecanismo transmutador también es la Lectura de Registros Akáshicos, donde podemos consultar la situación y comprenderla cabalmente; el hecho de la convocación de Ángeles y Arcángeles en el momento de la Lectura traerá sanación y transmutación de por sí, observándose notoriamente un cambio positivo en los días siguientes.

En situaciones difíciles de convivencia, mis Guías me han advertido claramente:
“No interfieras, aunque sientas que lo que haces es un acto de amor y aunque lo sea, no quieras indicarle el camino a nadie…” porque dijeron que eso no es bueno para mí. Y para la otra parte, tampoco le sirve, porque debe experimentarlo por su cuenta, si es su voluntad.

Entonces, debes sanarte, sanar la situación al menos desde tu parte y dejar que cada uno elija su camino, a su tiempo y a su voluntad, la que debe ser respetada.

Si por ejemplo, con el caso de una ex-pareja, uno se cuestiona pensando qué actitud podría haber sido más adecuada para evitar ese final, Ellos dirán, sin anestesia: “OLVÍDALA, déjala libre y sólo mírala desde el amor, aunque hoy no entiendas, aunque hoy te parezca que todo está invertido”; bueno, pues Ellos sabrán lo que es mejor para todos. Basta con eso, hasta allí uno puede llegar, sin interferir. No sirve intentar nada más, aunque uno se sintiera seguro de poder hacer mucho para ayudar a esa otra parte.

Puede ser que mis palabras suenen algo duras, pero no es ésa mi intención, sino sugerir lo correcto, que es lo recomendado por Quienes ven todo con un 100% de lucidez, mientras que en este plano, sólo utilizamos un 10% de nuestra capacidad.

Es doloroso ver que si teníamos un acuerdo que era genial para los dos, qué lástima que la otra parte no estuvo dispuesta a llevarlo adelante, pero… ¿Cómo saber lo que era mejor para esa otra parte?

Entonces, la sugerencia que puedo transmitir porque a su vez, es el consejo que he recibido, es buscar la sanación del conflicto, agradecer lo vivido, dar el reconocimiento a la participación de esa otra persona y mirar el asunto desde el amor más elevado. Y como dicen Ellos, “Aceptarlo y olvidarlo”. Es la manera más apropiada para sanar esa situación que nos hace sentir frustrados.

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Con mis mejores deseos de haber sido útil. Leo

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