EL PODER DEL NÚMERO TRES

Te voy a contar un cuento, con final feliz. Había una vez alguien que sufrió una crisis muy grande, y como todas las crisis que sufrimos en la vida, lo llevó a la desesperación y al desconcierto. Esta crisis había terminado con todo su pasado, de forma tal que sólo le quedó irse, abandonar los restos de lo que quedaba, porque todo estaba destruido y sin valor.

Pudo quedar desmoralizado, pudo quebrarse, pudo pensar en acabar con su vida porque todo lo había perdido. Pero sin embargo, una luz pareció guiarlo en esa absoluta oscuridad a pleno día, que lo encerraba. Y entonces, tomó sólo aquello que le resultaba esencial y dejó todo lo demás, partiendo hacia el futuro incierto, pero con resolución, con la decisión de lanzarse a algo nuevo aún sin saber qué.

Lo guiaba su intuición, y pudo vencer al miedo, porque todo lo había perdido y el miedo se suele originar cuando uno tiene algo para perder y piensa que puede perderlo. (Leer el artículo de El Loco, en este mismo blog). Partió en la noche, en su oscuridad, sin importarle su viejo dolor, su nostalgia originada en lo tanto que había perdido. Partió, y se alejó sin siquiera saber hacia donde ir. Sin saber lo que le esperaba en el sendero, pero convencido de que era necesario hacerlo.

Tras muchas decepciones (porque cuando la persona está en la mala, es frecuente que desaparezcan los amigos, la familia, los cercanos) fue abriéndose paso y encontrando su camino. Lo primero que enfrentó fue la soledad, que le resultó muy útil para encontrarse consigo mismo. Lo segundo, fue la seguridad de que iba a sobrevivir, la voluntad de seguir caminando, a pesar de todo.

¿Caminar hacia adonde? No sabía, no tenía un plan, no tenía un mapa, sólo tenía su impulso y su intuición. Pero poco a poco fue encontrando su lugar y fue encontrándose a sí mismo. Cuando lo consiguió, llegó a pensar que bien valió la pena el haberlo perdido todo con tal de encontrarse a sí mismo.

Pasó el tiempo y se fue ubicando y encontrando oportunidades, pudo abrirse paso laboralmente, pudo por fin ponerse de pie, herguirse y mirar hacia el horizonte, desplegando todo su potencial con toda confianza. (Leer el artículo de El Mago, en este mismo blog). Se fue reponiendo y de a poco fue sintiendo la alegría de renacer, y el verdadero valor de sentirse libre.

Pasó el tiempo y este caminante se fue dando cuenta que había una fuerza interior que lo guiaba, que era la única luz que encontró para guiarlo hacia el final del túnel. Fue así como pudo poner toda su confianza en esa luz y salir de la crisis definitivamente, construyendo una nueva vida, un presente aún mejor que el que había perdido, cuando creía que lo tenía todo.

Ahora tenía una estrella que lo guiaba, que era una parte de sí mismo que se manifestaba ahora claramente (Arcano de La Sacerdotisa). Hubo una boda, entonces, una boda consigo mismo, con ambas partes de su ser. El Loco (Arcano Cero) partió y se convirtió en El Mago (Arcano Uno), y El Mago descubrió a La Sacerdotisa (Arcano Dos) en su interior y se integró con ella, y de resultado de esa boda, se originó el hombre completo.

Esa unión entre el 1 y el 2, dio finalmente origen al 3 (Arcano La Emperatriz) que representa el cristal generador que todo lo hace posible. Entonces descubrió la importancia creadora del número TRES, el triángulo, con la base hacia abajo y el vértice hacia arriba, hacia el cielo, hacia lo superior.

El palito de El Loco se había convertido en La Varita de El Mago, y ésta, en el Yin-Yang de la Sacerdotisa, y la unión de ellas había generado el Bastón de Mando de La Emperatriz, con el que se puede crear todo lo que existe sobre la tierra.

De allí la importancia generadora del número 3, que puede observarse en muchos lugares, disimulado, pero generando, sustentando, creando. Hacen falta dos personas, un hombre y una mujer para generar el tres, el hijo que es su prolongación en el tiempo. Las estructuras de puentes, de tinglados, de armazones metálicos, todos ellos cuentan con triángulos, porque el triángulo en la ingeniería se considera la figura indeformable, sobre la que se puede seguir construyendo.

Si miramos los costados de las pirámides de Egipto, son triángulos. Cualquier estructura resistente estará formada por triángulos. El Hijo, el Padre y el Espíritu Santo, y su tremendo poder frente a la oscuridad. José, María y Jesús en el pesebre. Melquisedec (el Sumo Sacerdote del Altísimo Dios del Universo), Metatrón (el Arcángel patrón de los niños) y Miguel (el imbatible Arcángel luchador contra los demonios): la protección absoluta e invencible de esta Tríada.

Como ejercicio iluminador deberíamos prestar atención a todo lo que está formado por triángulos, y allí descubriríamos la importancia que tiene el número TRES como generador y soporte de nuestras TRES dimensiones. Y entonces buscaremos el número 3 para resolver nuestras incógnitas de toda índole. El hombre (1), la mujer (2) y el amor que los une y fructifica (3).

Numerológicamente, el TRES es la resolución de todas las cuestiones. La unificación complementada de dos elementos, da origen al tercero. La idea o la influencia de la intuición, o el pensamiento (1), puesto en acción (2) da lugar a un punto de resolución (3).

El problema (1), la voluntad y resolución en resolverlo (2) trae la respuesta (3). El humano en conflicto (1), su comunicación y su pedido a lo Alto (2) trae como consecuencia el milagro (3). Nada termina ni comienza sin el número TRES. De allí su intenso poder generador.

Te será muy útil reflexionarlo. Gracias por tu atención, gracias por tu voluntad de comprender, gracias por tu deseo de ser mejor. Profesor Leo.

One thought on “EL PODER DEL NÚMERO TRES

  • Marzo 20, 2016 at 11:59 am
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    Jesus dice en Mateo 7: 6 no deis vuestras perlas a los puercos……………. cada uno de nosotros viene a vivir una vida aqui, a aprender, algunos vamos mas adelantados en el camino, gracias a ti estoy comenzando uno nuevo, justo con el comienzo de la primavera aqui.- Felicitaciones por el bloque, y no te preocupes, muchos son los elegidos, pero pocos los escogidos.-

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