ARGENTINA A REMATE, AL MEJOR POSTOR

Es posible que mis lectores hayan notado que hace tiempo ya, dejé de analizar la situación argentina bajo el gobierno de Mauricio Macri. Lo hice porque pensé que no tenía utilidad el pronosticar malas noticias que igualmente, iban a bajar por gravedad y que ya se veían venir.

En su momento, el mejor amigo que tuvo Macri fue el Kirchnerismo, porque por rechazo a este partido recibió los numerosos votos de confianza que lo llevaron a la Presidencia, aunque asumió en un momento de ese día martes en que la Numerología marcaba como desfavorable. Así lo indiqué de inmediato en el artículo correspondiente de este blog, lo que explica sus grandes dificultades para salir adelante en esta gestión.

Actualmente, el presidente Macri está devolviendo el favor; su falta de comprensión de la realidad frente a las situaciones desde el principio lo ha enfrentado a la sorpresa que muchos votos que fueran en su momento para su partido, ahora se derivaran al Kirchnerismo en la PASO. Tal vez es un castigo, o es un mensaje, pero es la realidad.

Ante las emergencias, las dificultades y los sabotajes que se le presentan históricamente por parte del Peronismo en abierta actitud antidemocrática a todo gobierno que no es peronista, Macri está buscando tomar medidas que son algo así como colocar un apósito cubriendo un cáncer, buscando remediar en dos meses lo que no tuvo inspiración para hacer en casi cuatro años.

Es decir, que el mejor amigo que hoy tiene el Kirchnerismo, es el tibio desempeño de Macri en estos años de gobierno, sobre todo ineficaz en materia económica, como todos ya lo hemos visto. A un enfermo grave que hay que operar no se le puede aplicar gradualismo en su tratamiento, sino que hay que cortar por lo sano.

Y eso debió ser hecho desde el principio, porque la idea que se presentaba era DE UN CAMBIO que no se terminó de dar. Tanto Macri como muchos funcionarios desestimaron la gravedad de la situación y desaprovecharon en estos años las oportunidades de remediarla. Por eso, no hay que escuchar solamente a los amigos; es mucho más productivo escuchar a los opositores a fin de no encontrarse de repente en situaciones difíciles, y más sabiendo que no hay estratagemas por sucias que sean que no estén dispuestos a usar.

Algunas personas de mi conocimiento, como amigos, consultantes y allegados me han preguntado por el resultado de las próximas elecciones como si tal cosa fuera un hecho que resolviera mágicamente la crisis en la que nos encontramos; les he respondido que ni me he tomado el trabajo de consultar al Tarot, y esta actitud no ha sido por desentenderme, sino porque apunto más allá.

Pero sin embargo esta noche no he podido contenerme de echar una ojeada a la situación astral a la que se encuentra sometida Argentina, claramente indicada en su Carta Natal y en los tránsitos planetarios más trascendentales que señalan las condiciones de un futuro difícil tanto inmediato como de los próximos años, salvo milagros mediante. Y esto no depende de quien gobierne; si bien como siempre aquí se trata de votar al “menos peor” como decía el personaje Minguito, ahora las situaciones están marcadas.

No estoy interesado en el ganador de las elecciones, porque confieso que en realidad la política me da asco, la he vivido desde adentro y por eso la conozco bien; en cambio me preocupo por el futuro de Argentina y de sus habitantes. Independientemente del resultado de las próximas elecciones de octubre 2019, Argentina está entrando en un período extenso en el tiempo de cambios y transformaciones que no van a resultar agradables en general a su población, sea ésta de la tendencia política que sea; las quejas se van a escuchar desde todos los ángulos y desde todas las banderas. El bastón de mando va a quemar en las manos de quien sea que lo tome.

Algo como decir que nos encontramos parados al borde del precipicio con el fuego en la espalda y las próximas condiciones nos van a llevar a dar un salto al vacío, con las consecuencias previsibles. ¿Llevaremos paracaídas, una soga atada, algo que nos rescate? ¿O seguiremos mirando el ayer y desperdiciando el futuro?

Me siento cansado de luchar toda una vida y aún no ver la luz al final del túnel. Este parece ser un país de autistas en el que nadie escucha a nadie, donde a nadie le importa de nadie, y donde el vivo argentino presume saber todo lo que hay que saber: típica actitud del soberbio, del ignorante, del ingenuo, del inadvertido, del hipócrita, del presumido, del incapaz, del incumplidor, del irresponsable; todas características con que nos definen en el exterior y con toda razón. Y me estoy refiriendo desde el ciudadano de mayor jerarquía hasta el de menor importancia, ya que la mayoría peca de lo mismo.

Ya anuncié hace años que el futuro de Argentina estaba en manos de la toma de conciencia del pueblo, representado en la Carta Natal, por la Luna en 19 grados de Capricornio; dado que esto todavía no ha cambiado para bien sino para peor, ahora se da inicio a una situación kármica consecuente, visible por el tránsito del planeta Saturno por Capricornio donde tiene su máximo poder por ser su planeta Regente, actuando por sobre el pueblo y en contra de su gobierno. Saturno representa oscuridad, tristeza, dolor, pobreza, karma, carencia y hasta muerte; pero también maduración, serenidad, responsabilidad, enseñanza, esfuerzo.

¿Qué elegirá el ciudadano? A ver, quiero dejarlo bien en claro, no me estoy refiriendo a quién votará, insisto en que lo importante es qué actitud elegirá tomar como persona frente a la coyuntura, porque tal actitud es la que nos acerca o nos aleja de ser un país que pueda sacar la cabeza fuera del agua. ¿Seguirá el sufrimiento inútil o servirá para algo todo lo que hemos pasado?

No puede existir un gobierno corrupto si no es permitido y apoyado por un pueblo corrupto, así como que si tuviéramos un gobierno cabal nada podría hacer si el pueblo se comportara infantilmente; para que haya un funcionario corrupto es necesario que exista un particular coimero que le corresponda, así lo muestran los cuadernos de Centeno, lo que corrobora una vez más que la culpa de la suciedad del chancho es de quien le da de comer.

¿Comprenderá alguna vez el argentino que el poder de una nación no lo tiene el gobernante sino la clara, responsable y conciente participación ciudadana frente a los intereses de la nación? ¿No vemos cómo en Europa la población se está rebelando contra las decisiones incorrectas de su gobierno?

En su momento, en el artículo de la Numerología sobre el nuevo Presidente argentino, cuyo enlace es (https://www.elsenderodelser.com.ar/2016/06/09/la-numerologia-sobre-el-presidente-argentino-parte-2-de-2/) mencioné los cambios cíclicos a que está sometido este país y que ningún funcionario parece aprender de los errores del anterior, como tampoco lo hacen sus especialistas en economía, como tampoco aprende la población, repitiendo una y otra vez el tener que pasar por viejas situaciones desgastantes que ya sabemos que son desastrosas porque ya las hemos sufrido.

Esto no es otra cosa que el fruto de la soberbia natural sostenida por la ignorancia, y justamente tenemos aquí muchos ignorantes con corbata y sin corbata, e incapaces con título universitario que ensayan a ver cómo se podría dirigir al Titanic frente al témpano.

Por otra parte pesa la desidia, la indolencia y la falta de valores éticos y morales por parte de muchos habitantes que están convencidos alegremente que “Dios es Argentino” y que la falta de compromiso y de disciplina no tendrán mayores consecuencias, tan sólo porque estamos viviendo en un país generoso en el que “vale todo”, y “está todo bien”. De gente que “trabaja” poniendo piedras en el camino del que trabaja para sostener los costos que originan esos mismos que no trabajan.

Un amigo de España me comentaba que durante 20 años el pan tuvo el precio de 0,80 Euros y que si se lo subía 1 centavo, le prendían fuego al país. Tenemos tanto que aprender… y está llegando la hora.

En ese artículo mencionado, en el año 2016, expresaba: “A este respecto (aunque aparentemente no se vea la conexión) si regresamos al período de asunción de este gobernante, en su caso, por desgracia no ha sido el momento más afortunado del día. Tampoco ha sido el momento que más se favorezca lo permanente, lo que indica sin lugar a dudas que no habrá condiciones favorables para un segundo mandato de Mauricio Macri como Presidente. Con el tiempo, deberá reconformar una y otra vez a su grupo de colaboradores, que por una razón o por otra, constituirán también un grupo cambiante, o al menos, ésa será la tendencia negando estabilidad.”

Y así se ha comprobado que viene resultando, en marchas y contramarchas, pruebas, y ensayos, y errores, y correcciones, y probemos por aquí y veamos por allá. Por eso es que en el extranjero, nadie confía en la seriedad de la Argentina, ya que afuera no hay ingenuos como para invertir un centavo en un país donde mañana por la mañana nadie sabe qué clase de país tendremos, cuales serán las reglas del juego, o si todavía tendremos país.

Permítaseme decir que esto ya no tiene ninguna importancia, porque la situación por venir a partir del año 2020 no podrá ser revertida por ningún partido político, gane quien gane, ni por ningún gobernante iluminado, y menos por ruegos al cielo, oraciones, rezos y buena onda, como circulan artículos ingenuos por el Facebook.

Concretamente estas situaciones serán: exigencias económicas, movilizaciones sociales, intervención de países y pobladores extranjeros, modificación del territorio, bruscas transformaciones en la estructura de todos los poderes convencionales: ejecutivo, legislativo, judicial, periodístico, etc., esto sin contar con las variaciones imprevistas del clima que influyen tanto en las condiciones de vivienda del ciudadano como económicamente en las cosechas.

Los próximos siete años van a enseñar al argentino cual es la forma correcta en que tiene que comportarse, o bien, en el caso de no querer entender, al cabo de ese plazo ya no tendremos Argentina.

Ya mencioné hace años que estamos viviendo un proceso que dará vuelta las bases de Argentina, y repito las palabras que escribiera entonces: “Tendremos un país que nunca hemos visto”. ¿Cómo será ese nuevo país? Argentina como país y sus valores convencionales tienen que ser transformados indefectiblemente y los argentinos deberán aprender a vivir de otra manera, posiblemente aún más incómoda que la anterior debido a un proceso kármico que es necesario que suceda, dado que por las buenas no hemos sido capaces de aprender cómo se camina derechito ni lo que significa tener dignidad ni “conciencia ciudadana”.

Este próximo año 2020 será crucial para el comienzo de esta nueva situación de transformación, y en el 2021 se materializarán las consecuencias de lo que algunos hicieron y que los otros dejaron que se haga impunemente.

La falta de responsabilidad y compromiso del ciudadano argentino medio es bien conocida, y dejar el poder en manos ajenas y desentenderse es sumamente peligroso. Ésa es la lección a aprender: que todos debemos llegar a ser concientes, honestos y responsables, participando con criterio de los rumbos del país si queremos que siga siendo nuestro.

Se debe comprender que debemos condenar todo aquello que comprometa nuestro futuro, que debemos educarnos, que necesitamos adquirir valores de los que podamos sentirnos orgullosos; sin embargo, todo indica que el argentino promedio no  tiene conciencia de lo que eso significa, o sencillamente, no le importa. Es como que nos hemos estado comprando todos los números de la rifa de un desastre y el sorteo está pronto a realizarse.

De seguir así, lamentablemente es muy probable que los argentinos lleguen al punto de dejar de ser los dueños de Argentina porque lo que no se valora, en algún momento se pierde. Ya comenzamos encontrándonos de pronto con la entrega de suelo argentino para una base china en Neuquén, cuyos trámites se hicieron en completo silencio por el gobierno anterior en flagrante traición a la patria, las bases yanquis en el norte fronterizo y las tratativas de otras para el sur.

Ningún fiscal investigó esta entrega a pesar de que fue denunciada por el periodismo, mientras que un silencio cómplice envuelve el misterioso trato y los siguientes por venir.

Está en juego nuestra soberanía, tanto continental como marina e inclusive el control sobre la Antártida argentina; eso es real e inmediato, pero parece que no lo ven porque al argentino le encanta extasiarse contemplándose el ombligo.

Tal como expresa el título del artículo: “Argentina a remate, al mejor postor”, se está indicando que comportándose así el ciudadano argentino gradualmente ya no podrá ejercer ningún tipo de poder, ni siquiera mediante su voto, porque la situación está marcada y planificada de antemano. Ya se está negociando qué se va a vender, a quién y a qué precio. El poder del ciudadano se verá disminuído y como siempre, la reacción, de existir, llegará tarde.

Este tipo de sentimiento de frustración aumentará el ancho de la tan mentada “grieta”, y la posición mediocre de que “la culpa la tiene el otro” no hará otra cosa que echar nafta al fuego. Tanto la agitación popular como el uso de la violencia, el aumento en la delincuencia y por sobre todo, la influencia de la droga, van a desatar el caos de la ley del más fuerte mientras que la justicia argentina sigue practicando la injusticia a toda marcha según les convenga a sus integrantes.

Los que han votado con el estómago sufrirán en su estómago, y los que han votado con el bolsillo, verán que justamente en el bolsillo es donde se van a ver aún más perjudicados; sepan de una vez por todas que se acabó la fiesta y los tránsitos planetarios dicen que llegó la hora de pagar los platos rotos.

Como en todo proceso que se precipita a tierra, todos los que nos dieron crédito ahora sin duda nos darán la espalda, pero por otro lado vendrán a cobrar lo suyo, porque comprenden claramente que el país se desbarranca. Y si no hay con qué cubrir las obligaciones contraídas, las cancelarán a cambio de terreno estratégico argentino; y el derecho internacional los va a apoyar porque tienen intereses en común.

Con una gran sonrisa, besos y abrazos, nos han otorgado un préstamo que bien saben que no podremos pagar, es decir, nos han comprado la tierra en forma disimulada; pero la inconsciencia de Don José y Doña María no les permite entenderlo, sólo “quieren flan” (los argentinos sabrán de qué hablo), no importa a qué precio.

Estos efectos severos que ya han comenzado se deberán a la influencia conjunta y perjudicial de Plutón, el planeta del poder; de Urano, el planeta de los rompimientos y los desgarros inesperados, y de Neptuno, el regente de la droga, el robo y el engaño.

No es que las inducciones de estos planetas sean demoníacas, sino que habiéndose ignorado sus efectos preventidos anteponiendo el típico “NO PASA NADA” argentino, y desaprovechando sus energías y oportunidades para construir un país mejor haciendo los cambios incómodos pero necesarios en los momentos apropiados, las energías planetarias ahora se verán encarnadas por situaciones que representarán lo peor de sus efectos planetarios.

Argentina, por sus recursos y su posición estratégica, está en la mira de las potencias del mundo: EEUU, China, Rusia, Israel, Irán, y de otros países de menor poderío como Chile, Venezuela, Colombia, Bolivia y algunos otros países de Oriente. Todos estos países saben bien lo que vale Argentina, pero los argentinos no parecen notarlo, tampoco muestran apreciar ni valorar lo que este suelo representa y esta falta de amor por lo patrio así como los insaciables intereses egoístas y ambiciosos de muchos de sus funcionarios y de otros oportunistas, en algún momento traerán consecuencias lamentables, tales como las que anuncia la Biblia: “el llanto y el crujir de dientes”.

Argentina ha sido entregada por detrás de la inconsciencia de la mayoría de los argentinos, y cuando finalmente lo comprendan, ya el desmembramiento estará hecho. Estamos a las puertas de eso; sólo cabe preguntarse: ¿Podrá un milagro cambiar esto? Tengo mis serias dudas, los tránsitos planetarios son maestros cuyas enseñanzas no se deben ignorar, y tanto la dirigencia como la población, se han arrogado la soberbia de ignorar los valores humanos convencionales en el mundo reemplazándolos por la corrupción, la traición a la patria, la delincuencia, la asociación ilícita, el acostumbrado “qué-me-importa”, etc.

Escribí en el momento de asunción de Mauricio Macri que “este gobierno actual o no está asesorado, o bien, está mal asesorado” (textuales palabras) y hoy las consecuencias de ello están a la vista. Ahora probablemente sólo queda poner en práctica el viejo dicho criollo: “A llorar a la iglesia”.

Los que no han pecado de corruptos, lo han hecho de ineptos, y los restantes, de indolentes o indiferentes al no reaccionar; éstos últimos son la gran mayoría, integrando una población con “sangre de pato”. ¿Cuál será el resultado? Sencillamente, aunque me duele como argentino de bien, debo ser honesto en dar mi opinión: que si no cambiamos urgentemente el rumbo, a partir del 2020… Argentina va a remate, al mejor postor.

El Sendero Del Ser. Bendiciones. Leo

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