LA ENERGÍA DE LA MENTE DE COLMENA

Algo, sin saber exactamente qué, me inquietó cuando Leandro, un adolescente de un grado superior de escuela primaria me contara que ese día los alumnos de primer grado (niñitos de 6 años) le habían dado una paliza. Me decía que simplemente, caminando por el pasillo, había dado un golpe con el pie en la puerta del aula de primer grado; de inmediato una horda de pequeños demonios salió del aula y se le prendió de las piernas y brazos, inmovilizándolo, mientras otros le pegaban puñetazos en la cara trepados sobre él.

Leandro es cinturón negro de Taekwondo, o sea, que sabe defenderse, pero sin embargo resultó vapuleado por los infantes siete años menores que él, que así le enseñaron que no debía molestarlos. Entonces comprendí; se trataba del resultado de la manifestación de una Mente de Colmena.

Posiblemente el lector haya escuchado o leído alguna referencia a la Mente de Colmena, puede que sea en artículos sobre Ciencia Ficción o bien, en otros sobre el comportamiento de insectos como las abejas y la hormigas. La primera vez que escuché el término, me sonó despectivo porque lo asocié con los insectos y yo, en cambio, en mi ignorancia me consideraba un ser humano libre que es capaz de pensar por sí mismo. No la consideré sino una conducta inferior pero porque entonces no comprendí los alcances del término, sus implicancias, su poder, su punto de vista.

Si quisiéramos definirla deberíamos mencionar algo así como una “mente o inteligencia sutil y elevada”, una “poderosa energía compartida” o una “conciencia grupal” viva e impersonal formada por la colaboración incondicional de millones de mentes individuales con menor inteligencia y capacidad que la potencialidad total de la Mente de Colmena.

Algo así, para dar un ejemplo más sencillo, como decir que una mano formada por dedos puede realizar muchas funciones complejas que ninguno de sus dedos puede hacer en forma individual, y la mano puede actuar en movimientos particulares utilizando la combinación de elementos unitarios tales como los dedos, pero con mayor fuerza, capacidad y eficiencia.

Sabemos que una araña o un pulpo, por ejemplo, para dar una referencia con entes biológicos conocidos por todos, poseen distribuidos sus cerebros en sus extremidades. Como ser, en el caso de la araña, cada una de sus patas posee un cerebro que está vinculado y sincronizado con todas las otras patas y forman en conjunto “la mente de la araña” capaz de tejer sus artesanías maravillosas; por eso, una pata separada del cuerpo de la araña continuará moviéndose sola porque posee un centro nervioso que la dirige. Del mismo modo, el pulpo posee un cerebro parcial en cada uno de sus tentáculos, perfectamente coordinados a fin de realizar las tareas en las que muestran ser sumamente hábiles estos animales.

La Mente de Colmena es un concepto hoy ampliamente utilizado y reconocido que ha demostrado ser sumamente eficiente. Por ejemplo, posiblemente el lector conduzca un auto moderno o viaje sin saberlo (en un colectivo, un avión, un subte, un tren moderno) en un vehículo en el cual eléctricamente su funcionamiento eficiente se debe a una estructura cibernética del tipo “Mente de Colmena”.

Suelo emplear el ejemplo de las patas de la araña para explicarles a mis alumnos de Electrónica del Automóvil el funcionamiento de los circuitos digitales de control coordinados por una red electrónica denominada CANbus, que hace años es empleada en automóviles, motos, aviones, colectivos, barcos, tanques de guerra y camiones de la nueva era tecnológica.

En este caso, el “cerebro” o “la mente” que dirige los automatismos de dichos vehículos, con eficiencia superior, no está centralizada en un elemento único sino compuesta por la organización en grado perfeccionado de las comunicaciones entre las Unidades Electrónicas (llamadas Centrales, Módulos Electrónicos, computadoras o procesadores) que en su conjunto componen el centro de control del vehículo con la mejor eficacia.

Por ejemplo, hay una Central que administra el motor de forma de obtener el máximo rendimiento con la mayor economía y eficacia, pero está vinculada y condicionada con otras Centrales que supervisan el frenado (ABS), la dirección asistida (EPS), el aire acondicionado (A/A), el control de estabilidad (ESP), el control de la aceleración (ASR), la llave codificada (CODE key) y unas 10 o más unidades inteligentes más que no citaré para no aburrir, pero que están todas unidas según un protocolo de comunicación y acción, es decir, vinculadas y sincronizadas por un código digital de señales que las gestiona simultáneamente a todas: una “mente” distribuída que hace que todo el vehículo funcione como una sola unidad.

Estas Unidades se comunican entre sí mediante un código de orden y prioridad de comunicación que hace que el Sistema sea realmente eficiente y de acción inmediata y conjunta. Si una de esta Unidades falla, las demás serán capaces de detectarlo y de compensar su ausencia para continuar funcionando, dando la alarma de falla correspondiente.

Tal vez, en su propia casa usted posea una alarma electrónica del tipo multiplexado, es decir, en la cual hay distintos tipos de sensores y controles remotos vinculados solamente por tres cables o bien, comunicados mediante radiofrecuencia, es decir, absolutamente inalámbricos. Usted está viviendo bajo la protección de una red de Mente de Colmena electrónica inteligente, capaz de tomar sus propias decisiones según las circunstancias y aún en condiciones de avisar por TE a números previamente establecidos.

Esto nos lleva a la reflexión preocupante que un grupo de robots equipados con Inteligencia Artificial y sincronizados podría llegar a formar un formidable opositor al más inteligente de los seres humanos; el problema llegará al momento en que en conjunto ellos decidan que el ser humano más que un aliado es un obstáculo a sus funciones y al no encontrarse éste a su altura, resultaría descartable.

De una forma más elemental pero paradójicamente de forma inexplicable para nosotros los humanos, las hormigas y las abejas saben exactamente qué hacer, cómo hacerlo y en qué momento, al unísono, como vinculadas y alertadas por una inteligencia superior que llega a todas y a la vez, las integra a todas. Recordemos el viejo dicho “la unión hace la fuerza”, que en este caso tiene plena validez.

Un cardumen de peces o una bandada de pájaros posee una Mente de Colmena que los dirige de forma instantánea y absolutamente organizada; los seres humanos seríamos incapaces de manejarnos de esa manera en una autopista.

Sin embargo a las personas, mientras que nuestra mente individual nos sugiere que somos independientes, también nos dirige una sutil Mente de Colmena que Jung llamaría Inconsciente Colectivo, o que los Astrólogos asignaríamos como las inducciones imperceptibles de los planetas Transpersonales Urano, Neptuno y Plutón, que análogamente a los dioses greco-romanos, regían coordinados las distintas áreas del planeta.

El hecho que muchas personas lo ignoren no le resta validez; en ciertos casos los individuos reaccionan juntos de la misma manera, sin comprender que se encuentran todos bajo la influencia de ese Inconsciente Colectivo que les dicta subliminalmente lo que hay que hacer. Un ejemplo de ello fue la Revolución Francesa.

La Naturaleza posee una Mente de Colmena colosal; todos los árboles del bosque sienten cuando uno de ellos ha sido talado. Todos los animales salvajes “huelen la muerte” cuando uno de ellos ha resultado muerto; sin embargo los seres humanos no somos concientes de esa gran Mente de Colmena en la cual participa el planeta entero. Por esta razón en el Esoterismo y las Ciencias Ocultas se considera que el planeta Tierra es un ser vivo.

En otras palabras, si bien el concepto de Mente de Colmena es relativamente nuevo, en realidad, es mucho más viejo que la existencia del Hombre sobre la Tierra. Muchísimo más, millones de años anterior, cabe decir que el Universo contiene una Mente de Colmena desde siempre porque todos sus integrantes están vinculados. Isaac Newton solía decir que no es posible que caiga una hoja o aletee una mariposa sin que algo se estremezca en el otro extremo del Universo.

Lo importante de este concepto radica en que “la capacidad de la unión sincronizada de todos los individuos forma una entidad que es mucho más eficaz que la suma de las capacidades individuales de todos ellos”. En eso justamente se centra la eficacia de un ejército sincronizado por las comunicaciones radiales entre los individuos; lo mismo sucede con las hormigas, con las gaviotas, con las langostas, los peces, los insectos en general.

Si el lector alguna vez pudo ver la película “Marabunta”, referida a tal especie de hormiga nómada, coincidirá en que lo más aterrador del film es la percepción de que todas las “unidades soldados” simultáneamente actúan según un incomprensible comportamiento legionario depredador. Ya es sabido que lo desconocido es lo que impresiona al ser humano, y por supuesto que ése es el propósito de dicha película.

En resumen, todo lo anteriormente citado ha tenido solamente el propósito de dejar bien en claro el concepto de Mente de Colmena y sus características. En un vehículo, por ejemplo, las ventajas son muchas, a saber: menor cantidad de cables, menor peso, mayor control, mayor rapidez de respuesta, más eficiencia, mayor simplicidad en el armado, mejor conducción, marcha inteligente y menor costo de fabricación.

El funcionamiento ordenado tal como el de una Mente de Colmena hace que una orquesta pueda ejecutar brillantemente una pieza musical, causando una impresión majestuosa en el oyente que no podría ser generada por la ejecución individual de cada instrumento. Y aún si todos los instrumentos fueran ejecutados al mismo tiempo, la belleza principalmente radica en su coordinación y complementación; en su Mente de Colmena, sus movimientos y sus objetivos unificados. La orquesta sincronizada genera vida: la melodía, una entidad sutil pero palpable que resulta agradablemente perceptible: se trata de la expresión de su Mente de Colmena.

¿Cómo es que el ser humano, a pesar de su inteligencia, no funciona normalmente según una Mente de Colmena, siendo que es parte de la Naturaleza y del Reino Animal?

Los seres humanos ciertamente podríamos tener la capacidad de funcionar con la eficiencia de una Mente de Colmena pero los individualismos y los personalismos (manifestaciones del ego) aún no suelen permitirnos en todos los casos comportarnos con la eficiencia que podríamos tener accionando en conjunto ni interpretando dicha energía transpersonal.

Cuando éramos chicos en la escuela jugábamos al efecto de hacer levitar a un compañero solamente con nuestros dedos índices; uno se sentaba en el suelo mientras los otros cuatro corríamos a su alrededor y luego, al unísono nos deteníamos y colocábamos los dedos índices de la mano derecha bajo sus axilas y sus rodillas, y lo levantábamos en el aire como si fuera un muñeco de plumas. Tan sólo poníamos en marcha la energía activa de la Mente de Colmena, pero sin saberlo.

A veces, esto se logra parcialmente cuando sucede un hecho trascendental como un terremoto, un desastre natural, una crisis grave, etc. donde comprendemos entonces que todos necesitamos de todos, y en muchas ocasiones, ni aún así somos capaces de integrarnos y funcionar con la eficiencia de una Mente de Colmena dejando los personalismos de lado. Los intereses de supervivencia de la Colmena siempre son superiores a los intereses individuales, lo que determina ese comportamiento y actitud asociativa.

Justamente por eso he comprendido y asimilado que los hijos son los hijos de todos, los padres son los padres de todos y los seres humanos somos los hermanos de todos.

Justamente los intereses económicos del establishment se valen de la política a fin de impedirnos funcionar dirigidos por nuestra Mente de Colmena humana y así, dividiéndonos según nuestros intereses personales y egoísmos particulares, consiguen manipularnos a su antojo. Divide y reinarás… antiquísmo precepto.

Las razas extraterrestres, a través de millones de años de evolución han comprendido y asimilado la eficacia y la absoluta necesidad de mantener la actitud de una Mente de Colmena. En la Colmena, la supervivencia de la misma y sus más elevados intereses superan la importancia de la supervivencia de cualquier individuo que la conforme. Así se comportan las abejas y así se conducen, por ejemplo, las razas extraterrestres como los ET Grises, los más populares en este planeta.

Ya lo dijera en otras palabras Jesús, cuando expresara: “Cuando dos o más de ustedes estén pensando o hablando de mí, Yo estaré allí presente entre ustedes”; en el Reino Espiritual no existen las individualidades sino la Conciencia superior de la Mente de Colmena. Cada Entidad Espiritual sabe cuándo y cómo debe actuar y lo realiza en perfecta sincronización con sus iguales motivado sólo por la felicidad de sentirse integrado al TODO y compartir su Amor. Cuando un ser humano logra sintonizarse con esta gran Mente, entonces es capaz de realizar prodigios.

En el Tarot, para dar otro ejemplo, las amplias capacidades de resolución de La Emperatriz, Arcano N°3, (¿ESTÁS TOMANDO LAS ELECCIONES PERSONALES CORRECTAS? ARCANO Nº 3:  “LA EMPERATRIZ” https://www.elsenderodelser.com.ar/2016/01/16/estas-tomando-las-elecciones-personales-correctas-arcano-no-3-la-emperatriz/ ) superan las de Arcanos de número mayor y de mayor jerarquía, lo que es debido a su integración en equilibrio de los tres Arcanos anteriores: el Cero “El Loco”, el Uno “El Mago” y el Dos “La Sacerdotisa”.

Así, La Emperatriz resulta ser el cristal generador de la Mente de Colmena: este efecto de la manifestación de La Emperatriz es solamente superado por el último Arcano, el N° 21 El Mundo, donde la vinculación equilibrada de los Cuatro Elementos (Agua, Aire, Fuego y Tierra) dan como resultado la gestación de la Quintaesencia, una especie de Mente de Colmena perteneciente al mundo sutil capaz de obtener lo que sea que se proponga ese individuo porque ha logrado la participación armónica de todos los Elementos necesarios.

Cuando en una tirada de Tarot aparece el Arcano “El Mundo” en posición derecha, por ejemplo, está indicando que el individuo posee todos los elementos y las condiciones para conseguir lo que está preocupado en obtener, y que, de seguir por ese rumbo lo obtendrá seguramente, a menos que se desvíe de su senda originalmente indicada.

Un grupo de ET Grises por ejemplo, posee en su conjunto la capacidad mental de generar un rayo de energía cuya potencia es capaz de destruir tanto a un ser humano como a otro elemento hacia el que sea dirigido. Hay numerosos ejemplos de ello, atestiguados por ocasionales espectadores de ese hecho; por tal razón, nunca se verá a un ejemplar de los Grises armado, no lo necesita puesto que la absoluta pertenencia a su Mente de Colmena es un arma más que suficiente para defenderse.

Empero, los Grises son capaces de defenderse individualmente sin necesidad de estar agrupados puesto que su potencialidad radica en su convicción absoluta de pertenecer a una Mente de Colmena colectiva; su reacción individual puede provocar un paro cardíaco en cualquier potencial atacante si esto fuera necesario para defenderse. Y sin embargo, ellos, ante la presencia primitiva de los humanos prefieren retirarse.

Es interesante observar que el individuo considera tan valiosa su pertenencia a la Colmena que no reaccionará arriesgándose a ser eliminado a menos que perciba encontrarse en peligro de supervivencia puesto que no quiere debilitar a su grupo con su ausencia; no considera importante su existencia como ser individual sino en función de la Colmena y se sacrificará si es necesario por el bien de ella.

En los casos en que estos ejemplares ET han sido capturados en forma individual, pudiendo defenderse, se han dejado reducir mansamente en tanto no percibieron un peligro vital; quienes los capturaron no tenían la conciencia de lo que estos seres son capaces de hacer si es necesario defenderse o defender su Colmena (su grupo, su conciencia vibratoria colectiva).

En cautiverio los Grises se comportan tranquilos cuando fácilmente podrían liberarse, y se comunican sin agresión, respondiendo serenamente todas las preguntas siempre que no se relacionen a la confidencialidad de su grupo. “Soy un oficial de vuelo y no estoy autorizado a responder esa pregunta” manifestaba uno de los Grises capturados tras estrellarse su nave en el año 1947 en Rosswell, cuando se le preguntaba sobre las características funcionales de la nave.

En otras ocasiones en que ha percibido peligro mortal, un sólo individuo de esta raza Gris ha paralizado y provocado la muerte de varios soldados o de individuos belicosos. La mortal emisión de un rayo azul desde su pecho no se ha debido a la liberación de su energía personal, sino a la concentración y a la sintonía con la gran energía de la Mente de Colmena de su grupo racial. Asimismo su gente sentía claramente que había sido capturado y este ET pidió ser liberado porque aseveró que de otro modo su grupo lo rescataría causando la muerte de todos los presentes en la base, el Área 51.

Lo mismo sucede en el caso de los Reptilianos, aunque ciertas razas de éstos son naturalmente agresivos y antagónicos al ser humano, a quien detestan y buscan aniquilar ni bien se encuentran frente a frente. Tales individuos reptilianos, en grupo, son prácticamente invencibles y su poder combativo radica justamente en su conciencia de Mente de Colmena. Cuando se han descubierto sus moradas solamente han podido ser eliminados mediante misiles lanzados desde cazabombarderos.

No todos los Reptilianos muestran agresividad con el ser humano, siendo que en muchas ocasiones algunos de ellos se han comunicado generosamente con la raza humana a fin de transmitirles conocimientos que los lleven a evolucionar, caso de los mayas, los egipcios, etc.

Como ejemplo, tenemos el Mito de Prometeo que desafiara a los dioses entregando el secreto del fuego a los primitivos seres humanos. En realidad, más que un mito, ésta es una historia real que tal vez sea analizada en otro artículo futuro con mayor detalle; en su gran sabiduría ya lo dijera aquella Entidad de Cuarta Dimensión hace muchos años: “La Luz trae respuestas verdaderas, la Oscuridad las oculta”. Pero Prometeo rompió el código de la Mente de Colmena y por ello fue castigado.

La Mentalidad de Colmena parece constituir una Entidad con vida, una “quintaesencia” muy poderosa que todos los seres vivos aceptan y de la que participan; menos el ser humano, tal vez el menos humano de los seres, un ser superior que mantiene comportamientos inferiores.

Por ejemplo, en la geometría de una pirámide de base cuadrangular, una energía similar a la de la Mentalidad de Colmena se concentra en su eje pasando por su cúspide, por lo que las primeras pirámides egipcias fueron utilizadas por civilizaciones antiguas asistidas por ETs y empleadas como generadores de energía.

La energía Cósmica parece ser el combustible de la potencia manifestada por la Mente de Colmena, cuyo poder aumenta en la medida en que sus elementos constituyentes resuenan entre sí, integrándose, y vibran con la energía de la Mente de Colmena.

Si los seres humanos consiguiéramos vibrar sintonizados y constituir parte de una Mente de Colmena consciente, unificando nuestros intereses podríamos liberarnos de nuestros captores y trascender la Matrix de este planeta prisión. Contrariamente a los propositalmente limitados Principios Termodinámicos que nos son enseñados en la Universidad, el ser humano parece ignorar que puede generarse una energía libre e independiente muy poderosa a partir de la nada física.

O tal vez sea que por todos los medios y a toda costa buscan mantenernos postergados y dominados al permanecer estáticos en nuestro egoísmo e ignorancia, para que no seamos capaces de descubrir el enorme poder de la Mente de Colmena.

El Sendero Del Ser. Bendiciones. Leo.

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