LA ELEVACIÓN DEL SER HUMANO
A la Naturaleza le está afectando que el hombre demore su elevación, y de eso está dando señales inconfundibles. A niveles energéticos superiores, los planos que corresponden tanto a los animales como a las plantas, que representan en general a lo que llamamos Naturaleza Viva (siendo que toda la Naturaleza está viva, aún las piedras) han hecho un ofrecimiento que revela claramente lo que el Amor significa.
Tanto el Reino Vegetal como el Reino Animal, se han puesto a disposición del proceso de elevación del Ser Humano, porque de otro modo, a éste le sería imposible sobrevivir. Esa grandiosa muestra de amor, si la cuantificáramos, nos haría darnos cuenta de que no somos los Reyes de la Naturaleza ni tampoco ésta está para que la maltratemos a nuestro antojo. Tanto animales y vegetales nos acompañan por amor, aunque nuestra devolución sea la muerte para ellos. Muchos otros Seres de otros planos Energéticos también lo hacen, por amor, aunque no demos muestra todavía de recapacitar y respetar.
El maltrato con que el Hombre en general somete a la Naturaleza y al planeta mismo, hace que muchas Tribus de Elementales, coexistentes con nosotros, sientan un irrefrenable disgusto, e incluso, algunas de ellas odian al Ser Humano por comportarse tan poco humanamente. No solamente en este plano Tierra hay quienes opinan que el Ser Humano es una especie que debería ser erradicada lo antes posible antes de que termine de destruir la superficie del planeta.
Seres intraterrenos suelen dejar mensajes muy claros de que están parados al límite de lo que puede soportarse de la especie humana, temiendo inclusive que se desate finalmente una guerra nuclear que puede acabar no sólo con la existencia en la superficie sino tener graves incidencias en las profundidades y aún en planos de Dimensiones Paralelas. No deberíamos creer que somos “los niños” del universo y que van a seguir soportando nuestras “travesuras” sin inmutarse.
Lo lamentable es que cada vez nos quedan menos amigos. La especie humana ha demostrado ser indiferente a la vida de las otras especies, y si bien podemos leer “mensajes” de supuestos Maestros Ascendidos canalizados que se muestran muy contentos por nuestra evolución, la realidad es muy otra. Ya hemos alcanzado un nivel de perversidad excesivo y de manejo tecnológico destinado a la dominación y la muerte, y eso ya no nos deja vernos solo como “los niños” que “encontraron los fósforos” sino como un potencial peligro para la vida en general.
Luego de las primeras explosiones nucleares de la Segunda Guerra Mundial, varios gobiernos terrestres fueron advertidos que estábamos comenzando a jugar con fuego y que íbamos a terminar quemándonos; nos fue ofrecida la Energía Libre como solución al uso de combustibles y a la hambruna mundial, pero estos ofrecimientos, en lugar de ser libremente compartidos, fueron encerrados bajo siete llaves y solamente ciertas potencias y a ciertos niveles, se reservan su conocimiento.
Independientemente, hubo quien puso en práctica desarrollos en el sentido de difundir la Energía Libre al grado de publicitar la información (Ing. Nuclear Keshe, iraní de nacimiento) pero fue no solamente amenazado sino reprimido, al extremo de tener que refugiarse en Bélgica y llamarse a silencio respecto de sus descubrimientos y sus aplicaciones prácticas. No estoy hablando de teorías, me estoy refiriendo a DESARROLLOS y APLICACIONES, que la “elite” que regentea el mundo ha decidido que no merecemos recibir.
Pero, sin dar la razón a estos criminales, cuyos nombres y apellidos son conocidos desde que existe Internet, me ubico en el otro lugar opuesto y no puedo honestamente sentirme en posición de colocarme como abogado defensor de la especie Humana en general, llevando tantos años en los que he visto de todo, y dentro de ese todo, una apenas identificable luz de evolución. Hoy nadie puede argumentar que desconoce los resultados de nuestros comportamientos errados; nadie puede defender la maldad, la corrupción, la sed de sangre, la forma tan irracional en que se vive y se actúa aún en contra de la misma familia.
Sí, es cierto que hay grupos de seres humanos que no se dejan llevar por estos comportamientos errados, pero no son mayoría. Hay quienes buscan el Camino de Luz entre tanta Oscuridad, pero no parece suficiente para frenar el deseo de sufrimiento, de maltrato, de violencia, que se está generalizando en el mundo.
La evolución de la especie humana no ha sido lineal, porque nos encontraríamos entonces todavía tratando de comprender qué es el fuego, con mucha suerte. Esa evolución ha sido estimulada y auspiciada por seres que nos llevan millones de años de avance, no sólo tecnológico sino ético y moral; y nuestros errores y defectos han sido aprovechados para que seamos dominados y esclavizados por otras civilizaciones, de mayor grado de evolución, tal como estamos en este momento.
Hay una sola puerta por donde se puede escapar, y esa puerta se llama REFLEXIÓN. Ahora yo me pregunto: ¿Y donde encontramos algo de reflexión en la conducta humana? Esa falta de reflexión es nuestro punto más débil y representa la cadena con la que nos hemos atado a nosotros mismos. Habría que mencionar una cosa a favor, pero aquí bien se aplica el dicho: “Mal de muchos, consuelo de tontos”. La realidad es que no somos el primer mundo que ha sido conquistado y esclavizado en función de nuestros defectos; muchas otras civilizaciones lo han sido por carecer del sentido de unidad, hermandad y amor entre semejantes.
¿Que en otras civilizaciones de otros espacios hay guerras y luchas a muerte por el dominio? Si. Hay que reconocerlo. Pero se trata de luchas entre distintas especies y no como nosotros, que somos los enemigos de nuestra propia especie, que nos matamos entre nosotros, que pareciera que hacer sufrir a un semejante sería el deseo de la mayoría de los seres humanos, para su sentimiento de gloria y de supremacía. Todos contra todos.
Hay un solo camino para salir de esto, y es por medio de la elevación del ser humano, la que lamentablemente está tan desvalorizada. ¿Reaccionaremos a tiempo? No lo sé. No está en mis manos ni creo que en las de nadie, sino en el alma de cada uno de nosotros; sólo me da algún escalofrío eso de… “siembra vientos y cosecharás tempestades”, porque ya sería tiempo de que nos diéramos cuenta de que han comenzado las tempestades… y dejáramos de soplar.
El Sendero Del Ser. Bendiciones. Leo
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