¿Donde está la felicidad?

De pronto, una mañana, o en otro instante, sentimos que somos felices. Inmediatamente comenzamos a preguntarnos: ¿Por qué estamos siendo felices? ¿Hasta cuando durará esta felicidad…? Y sin embargo, a la tarde, como adultos… reprochamos a nuestros niños porque han roto un juguete buscando saber cómo funciona. (Tomado de AMOR y HUMOR, 1.001 frases y reflexiones – Profesor Leo)

¿Es la felicidad un estado natural del ser humano? Debería serlo. ¿Y por qué las personas no son felices todo el tiempo? Porque estamos condicionados, porque somos esclavos de nuestras preocupaciones, de nuestros temores, de nuestras creencias…

Vivir en estado de felicidad es como mantener la mente en blanco. Si en un momento lo logramos, algún pensamiento intentará sacarnos de ese estado y hacernos perder la concentración.

La felicidad debemos buscarla dentro de nosotros mismos; por eso, el afuera siempre nos está reclamando atención. Y esto no es casualidad, esto está programado para que creamos que sólo podremos obtener la felicidad si hacemos lo que se nos sugiere subliminalmente.

O a veces hipócrita y descaradamente como la expresión tan publicitada que “tomar tal gaseosa nos aportará felicidad” siendo que en realidad, con todos sus componentes químicos agregados ex-profeso, sólo logrará contaminar nuestra sangre de forma que inevitablemente, deberemos recurrir a los medicamentos que casualmente son fabricados por los mismos que fabrican la gaseosa tan conocida de la lata roja. (El color rojo despierta la necesidad de acción, es decir: “Cómprame”)

La felicidad está allí, adentro, en nuestro ser, no necesitamos buscarla afuera. El solo intentar analizar porqué somos felices, destruye la felicidad. Nada más tenemos que dejarnos llevar hacia la paz interior en nuestro ser, y allí está esperándonos.

Y una vez que la hemos reconocido, podemos replicarla. Intentemos sentirla en cada situación, cuando trabajamos, cuando ayudamos a alguien, cuando observamos un pequeño detalle de la Naturaleza, cuando estamos acompañados, cuando estamos solos.

Hagamos que la felicidad, nuestra felicidad se vuelva independiente de todo, porque el peor enemigo de la felicidad es la esclavitud a algo o a alguien. No existe ninguna razón para que no vivamos felices; solamente nosotros somos los que, al caminar por senderos errados, impedimos que la felicidad nos inunde.

Busquemos sumergirnos en la ocupación en lugar de la preocupación. Entreguémonos a vivir, soltémonos a dar la bienvenida, busquemos lograr la capacidad de amar sin condiciones, volvámonos sensibles, dejemos el miedo a un costado. Intentemos por todos los medios abtraernos de tantos elementos artificiales que han sido puestos para que no seamos felices.

Animémonos a discernir cuando “nos quieren vender felicidad”. ¿Conoces las reglas fundamentales para vender algo? Crear la necesidad de ese algo, descubrir cuanto te duele no tener ese algo, hacerte creer que comprando ese algo tus necesidades van a desaparecer y… que así, ¡vas a sentirte feliz!

Si te despegas de todas las creencias que te impone la sociedad, habrás logrado libertad, y entonces comenzarás a fijarte en ti mism@, y seguramente así comprenderás que allí adentro, donde nunca lo esperaste… está la felicidad. Profesor Leo.

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