PARADO SOBRE LOS HOMBROS DE GIGANTES

“Si he visto más lejos que otros hombres, es porque he estado parado sobre los hombros de gigantes”. En el año 1600 el famoso matemático Isaac Newton dijo esa frase muy interesante; Newton se refería a apoyar sus nuevas teorías sobre las bases de otros matemáticos brillantes como Fermat y Barrow. Tomando en cuenta esos conceptos, Newton pudo avanzar en la aplicación de métodos matemáticos que siguen siendo eficazmente utilizados hasta hoy.

Esto nos deja una importante conclusión: resulta sumamente útil tomar referencias válidas de otros y aplicarlas a nuestra vida para la resolución de nuestros problemas; consiste en utilizar esos conocimientos y métodos como trampolín para ayudarnos, tal vez para llegar más alto todavía o bien arribar a conclusiones que por sí solos no hubiésemos llegado.

Resulta inteligente la actitud de aprovechar la experiencia de otros, pero no suele resultar frecuente que las personas lo hagan; en muchos casos deben esperar a que a ellos les suceda algo similar para que tomen conciencia sobre un asunto.

Esto hace referencia evidentemente a la frase: ADOPTA Y ADAPTA, en la cual uno toma información o copia sanas actitudes ajenas e intenta emular cualidades de otra persona y las aplica a su vida o a su problema, con las convenientes modificaciones que resulten apropiadas a cada caso personal.

Pero también nos dirige hacia otro aspecto: poner la mirada atenta sólo en aquellos que han mostrado ser exitosos en el tema. Newton se rodeaba de gigantes en el campo matemático, porque analizaba y tomaba referencia de sus estudios.

En marketing hay una frase muy conocida, tal vez dura pero efectiva, que indica que si en una habitación estás reunido con otras personas y el más inteligente eres tú, entonces estás perdiendo tu tiempo. Al decir de Newton, en ese caso estarías rodeado de “enanos intelectuales” en comparación contigo y no podrías aprender nada interesante o beneficioso para aplicar a tu vida.

Es conocido en el campo del método científico que se debe agotar primero la búsqueda de información sobre otras opciones o métodos ya descubiertos y empleados sobre el tema que nos ocupa, a fin de no errar al dilapidar esfuerzos en “re-inventar la pólvora”; es decir, no trabajar sin apercibirse que ya otro ha puesto sus energías y su tiempo y se nos ha adelantado en lograr resultados.

Justo lo contrario de lo que realizaba Newton se refiere a lo que yo suelo llamar “el Síndrome de Blancanieves”, cuando la persona se complace al rodearse de enanos porque así se siente sobresalir fácilmente sin esfuerzo y está convencida que brilla por sobre los demás, pero no se da cuenta que de esa forma se limita a sí misma; es decir que Blancanieves al final del proceso terminaría convertida en otro enano más.

Eso suele pasar en nuestra vida, muchas veces sin que nos demos cuenta. Nos rodeamos de personas entretenidas, simpáticas, agradables, que apreciamos y con quienes compartimos momentos gratos, pero al final del día sólo hemos obtenido “momentos entretenidos, simpáticos y agradables” sin ninguna clase de residuo útil que nos ayude a alcanzar nuevos horizontes.

Si bien, compartir afectos es algo muy necesario para el ser humano, se trata de una compañía que nos sirve para pasar un buen rato pero eso significaría también que nos instala aún más profundamente aferrados a nuestra zona de confort y que refuerza nuestros apegos.

Ambas cosas resultan sumamente negativas para nuestros propósitos de vida aunque a simple vista se nos presenten como agradables y cómodas; no me refiero a esos momentos distendidos en que pasamos con amigos, con la familia o con personas que apreciamos. Estoy hablando de fuentes de crecimiento y no de sentimientos.

Por eso se recomienda periódicamente ayudarse por ejemplo, con lecturas que nos inspiren, que nos informen, que nos brinden un nuevo punto de vista de forma que obtengamos nuevas ventanas intelectuales de oportunidad que luego podamos“adoptar y adaptar” a la resolución de las cuestiones de nuestra propia vida.

No se trata sólo de seguir ciegamente a un “gurú” y condicionar nuestro pensamiento a su pensamiento, sino de trascender el mismo a través de interrogantes y aún, resulta efectivo estar en desacuerdo, utilizando esos parámetros como disparador de nuestros propios descubrimientos, de nuevos caminos para nuestra vida, de crear nuestras propias concepciones.

Hoy disponemos de muchos medios eficientes que rápidamente nos ponen en contacto con “gigantes”, es decir, con pensamientos y conocimientos de personas más especializadas que nosotros en el tema que nos interese de modo de aprender de ellos y hacer allí nuestros cimientos: “pararse en los hombros de esos gigantes”.

Por eso, siempre busco enriquecerme de conocimientos a través de “gigantes” como decía Newton y no de “enanos”, como hacía Blancanieves con sus 7 enanitos. Gradualmente en estos años he ido depurando mi entorno de personas cercanas que no me aportaban sino que por el contrario, drenaban mi energía porque se esperaba que yo debía aportarles.

Miro hacia atrás y lamentablemente veo años de mi vida desperdiciados en intentar ayudar, escuchando y dando consejos gratuitos a personas que hoy siguen siendo exactamente las mismas, cometiendo los mismos errores y más aún, enojadas conmigo porque los resultados que han obtenido no han superado lo que les había anticipado si continuaban por ese mismo camino. La vieja costumbre de matar al mensajero.

Estos ejemplos personales que he ofrecido tal vez sirvan como reflexión a quien lee; los tiempos actuales están cambiando con rapidez y es conveniente deshacerse de lastres, elementos y personas que con su actitud estructurada retrasan en lugar de ayudar en el avance. Siempre se insiste en el mismo principio: optimizar la calidad del entorno para elevarse paralelamente.

Ya he manifestado en otros artículos que el entorno tiene una influencia del 25% o aún más si sabemos aprovecharlo, en el éxito de los logros personales. Este porcentaje puede variar en más o menos dependiendo de la capacidad de la persona de darse cuenta cual clase de entorno le conviene y cual no.

Además, las personas reaccionan de distinta manera en entornos diferentes, por lo que no podemos culparlos puesto que seguramente también nosotros lo hacemos de forma natural.

Deberíamos buscar entonces “gigantes” en cada clase de entorno, pero no les exijamos que también se comporten como gigantes cuando cambian las reglas de juego; no los culpemos acusándolos de defraudarnos cuando los que nos hemos equivocado en la elección somos nosotros al no saber distinguir que José es un “gigante” en tal tema, pero un “enano” en tal otro, mientras que nosotros le hemos estado pidiendo injustamente que se comporte como gigante también en otros campos de experiencia.

Por lo general, aquellas personas que se destacan como enormes “gigantes” en cierto tema en particular, suelen decepcionar en otros terrenos; y esto es lógico porque cuando pones todas las fichas apostando a un número no puedes pretender resultar ganador en los demás. Por otra parte, dicha exigencia no sería justa.

Entonces, cuando necesitas que tu éxito sea promisorio en tal o cual tema, busca acompañarte de “gigantes” EN ESE TEMA, o al menos si no puedes rodearte de ellos busca la manera de comprender cómo es que ellos lo hacen y adaptarlo a tus necesidades y posibilidades.

En PNL (Programación Neuro-Lingüística) eso se conoce como “modelar”, es decir, buscar comprender el “modelo” exitoso del “gigante” y seguirlo, pero aplicándolo y adaptándolo a nuestras condiciones.

Recordemos un aspecto muy importante a tener en cuenta: no deberíamos sentirnos defraudados cuando un aparente “gigante” termina resultando un verdadero “enano”; porque la realidad muchas veces no tiene nada que ver con la verdad. La realidad es lo que observamos como reflejo parcial de una verdad y esto depende del observador y del punto de vista.

Tal defraudación la mayoría de las veces no tiene que ver con la otra  persona, sino con la apreciación que uno mismo ha hecho a priori en forma apresurada al entusiasmarse con que tal persona es el “gigante” que uno buscaba. En ese caso, el “gigante” no es quien lo ha defraudado a uno sino que uno se ha defraudado a uno mismo al equivocarse en la elección del “gigante”.

La persona seguramente buscaba a alguien que cumpliera sus expectativas de “gigante” o sus sueños de “príncipe azul” o de “hada madrina” y se deslumbró con tal o cual otra persona, sin tomarse el tiempo y el trabajo de verificar si realmente el o la “gigante” era en verdad el/la “gigante” que resultaba acorde con sus necesidades.

Por eso es que se necesita un tiempo de comprobación y de prueba antes de dejarse llevar por el entusiasmo, porque con el tiempo, el príncipe azul destiñe y las blancas vestiduras del hada toman bordes amarillos; lo que nos dice que hay que estar preparados para aceptarlo si es que eso llegara a suceder.

Por otra parte, el momento tiene mucho que ver en estas situaciones. Puede ser que el “gigante” de aquel tiempo cumpliera perfectamente con las expectativas de ese momento, pero con el paso del tiempo las condiciones cambian y también las expectativas, por lo que puede ser que el “gigante” de ayer, hoy se haya vuelto obsoleto o bien, nosotros mismos hemos ido cambiando la mirada, nuestras expectativas o nuestras necesidades y ya no nos sentimos conformes con ese “gigante”.

Es preferible aceptar la realidad cuando se la ve y ocupar ese tiempo y ese caudal energético emocional en buscar una nueva alternativa y adaptarse a ella, es decir en ser gestores del cambio antes de que el cambio nos gestione… y con nosotros haga su digestión.

De todos modos, es conveniente recordar que siempre el campo de visión se amplía y se distinguen mejor las distancias siguiendo el consejo de Newton, una de las personas más inteligentes que han pasado por este mundo, buscando estar siempre “parado sobre hombros de gigantes”.

El Sendero Del Ser. Bendiciones. Leo

Suscribiéndote al blog (sólo nombre y casilla de mail) recibirás de inmediato cada artículo que se postee en el mismo y así podrás decidir si te interesa y al clickear en el mismo te llevará directamente al blog para leerlo.

Si te ha resultado de interés este artículo puedes compartirlo libremente en tus redes sociales citando la fuente de origen (botones inferiores), o bien, compartir el enlace al blog: www.elsenderodelser.com a tus amigos y a quienes puedan interesarles los temas tratados.

www.elsenderodelser.comwww.profesorleo.com.arprofesorleonqn@gmail.com

 

Agregar un comentario

Su dirección de correo no se hará público. Los campos requeridos están marcados *

Realizado por Viviana Espín Ibarra. Diseño y Desarrollo Web.