¿ERES UN ALMA VIEJA O UN ALMA NUEVA?

¿Cómo podemos saber si nuestra alma es nueva o vieja? Un alma vieja se denomina a aquella que ya ha reencarnado muchas veces en este plano material, ya que en esencia, todas las almas son viejas por haber partido desde un Origen Energético tan antiguo como el TODO mismo.

Cuando el alma encarna, es decir la parte de ella que llega a este plano desde su nacimiento hasta su partida, desprende de su núcleo una vibración más baja para tomar participación de la materia, al manifestar una expresión que llamaríamos Personalidad.

El alma que “utilizamos” aquí en la Dualidad no es “toda el alma”, es sólo una proyección capaz de habitar un cuerpo físico. Nuestro cuerpo material no sería capaz de soportar la Energía total de nuestra alma, porque terminaría destruyéndose tal como un globo explotaría si le aplicáramos toda la presión de un compresor industrial.

Esta Personalidad que manifestamos en este plano va en todo de acuerdo con los potenciales natales adquiridos en el momento de su concepción y en su instante de nacimiento. De esto se deduce que en distintas fechas, o en distintas horas o lugares de nacimiento, la Personalidad que asume el alma sería distinta, lo que no modificaría al alma sino solamente en lo que corresponde a su bagaje de conocimientos aprendidos sobre este plano de materia.

Esta parte del alma sigue reencarnando y adquiriendo experiencias en distintas áreas de vida; según la Astrología el cúmulo de todas las vivencias que pueden experimentarse en una vida de este plano pueden clasificarse en doce áreas de vida llamadas Casas.

A pesar de que las experiencias a aprender parecen ser innumerables, cada Casa representará un grupo de vivencias y de áreas de vida, que por sus características pueden ser agrupadas al estar relacionadas entre sí.

Lo fantástico y asombroso de esta clasificación es que puede aún contener las características que cumplirán las cosas, los hechos y hasta las condiciones de los seres asociados con la persona en el futuro, por ejemplo, qué tipo de amigos tendrá tendencia a asociar el segundo hijo de la tercera hermana de la persona cuya Carta Natal está bajo análisis, o las características de los estudios o manejos comerciales, o la salud, o los gustos de su primer o segundo nieto, si es que la persona tiene nietos.

Por ejemplo, tomemos  la Casa V (cinco) de una Natal: en esta Casa estarán registrados la forma cómo una persona ama, dónde prefiere pasar sus vacaciones, qué deporte le gusta, cómo será su primer hijo y su séptimo hijo si llega a tenerlos, y otras variaciones como ser las características generales de las parejas de sus amistades, la personalidad de su segundo hermano, las actividades laborales de las personas que resultan ser sus enemigos en esta vida, cómo habla y se expresará su primer hermano, y otra infinidad de relaciones que cualquier buen Astrólogo podrá determinar fácilmente, pero su variedad es casi interminable.

De esta forma se comprende que nada resulta al azar y que dichas características ya están introducidas en el Plan o Programa de Vida del individuo a partir del momento en que acaba de nacer, y que este Plan calza tal como un engranaje perfecto en el movimiento de la vida en todo el universo de este plano, lo que nos dice que en realidad todas las personas con las que nos relacionamos de alguna forma estarán presentes en nuestra Carta Natal, ya que está concertado un acuerdo de relación antes de nacer.

Siempre repito lo mismo: somos como engranajes de un gran Reloj Cósmico y debemos calzar exactamente en el rol que le toque a ese engranaje, pero por supuesto, nosotros antes de nacer tenemos el albedrío y elegiremos qué tipo de engranaje encarnar al llegar a este plano terrenal.

Por lógica ocurre que un alma vieja, hasta suele estar en condiciones de presentir dichas condiciones basándose en tantas vivencias anteriores adquiridas en sus vidas pasadas.

Un alma vieja no tiene preferencia por un Signo Zodiacal en particular, sino por un anteproyecto que para que se entienda mejor lo llamaremos “misión”. Eso me lo indica mi experiencia de tantos años como Astrólogo luego de observar cientos y cientos de Cartas Natales; existen almas viejas de todos los Signos, aunque se remarcan más los Capricornios, los Acuarios y los Piscis.

¿Cómo distingue un Astrólogo a un alma vieja de inmediato? Simplemente al ver la distribución planetaria sobre la Natal del consultante.  Dado que por ser vieja dicha alma ha transitado extensamente por diversas situaciones, por lo general sus puntos energéticos (la presencia de los planetas, entre ellos) se encuentran muy distribuídos y separados entre sí, mostrando que domina simultáneamente muchas áreas de vivencia (Casas) porque ya las ha aprendido en vidas anteriores, y más aún cuando dichos planetas se ubicarán en ángulos relativos muy especiales entre sí (45º, 60º, 90º,120º, etc.) señalando experiencias importantes vividas o por vivir.

Por el contrario, un alma nueva mostrará agrupaciones planetarias en pocas Casas y grandes espacios vacíos en el resto de la carta, dado que representan las vivencias que aún no ha madurado y que deberá aprender. Sin embargo, la cantidad y calidad de aprendizajes no tienen relación directa con la edad del alma sino con su predisposición a encarar las situaciones desde que ha llegado a este plano.

Es decir, un alma más joven en encarnaciones que otra puede ser que haya logrado dominar los temas con mayor profundidad, porque le dedicó mayor energía o mayor concentración.

O tal vez un alma que ha preferido vivir una vida plácida en el campo desarrolla menos aprendizajes que aquella que ha elegido una ciudad grande; el ciudadano buscará “irse de vacaciones a descansar” al campo mientras que el campesino buscará adquirir conocimientos y experiencias nuevas al visitar la ciudad.

Entonces llamaremos también como “alma vieja” a aquella alma que ha vivido intensamente sus encarnaciones, no solamente por la cantidad de vidas en este plano. En mi caso personal, me encantaría vivir como se vive en otros países del primer mundo, pero a pesar de haber tenido la oportunidad de irme a vivir más cómodamente a otros lados, he permanecido en Argentina dado que estoy convencido que las experiencias particulares e insólitas que se pueden vivir en este insólito país de sobrevivientes, no podrían vivirse en otros lugares con otro grado de civilización.

De ese modo, estoy priorizando mis aprendizajes, a mi comodidad; si logro sobrevivir en Argentina, estoy seguro de superar cualquier tipo de prueba que pueda aparecer en cualquier otro lado. Aprender a superar las frustrantes y dolorosas experiencias que se experimentan en este país se presentan como una preparación de un combatiente de elite, frente a la vida ordenada y facilitada por la tecnología, el orden y las idiosincracias de otros países como por ejemplo los europeos.

Ahora bien; para la persona que no posee conocimientos de Astrología ¿Cómo podemos encontrar diferencias a nivel visible entre almas viejas y almas nuevas? Hay varios aspectos que se observan entre ambas y que se notan al ir conociendo a la persona, sin necesidad de ser Astrólogo.

Por ejemplo, un alma nueva siempre tiene más empuje y energía dirigida a los asuntos de la vida, por su necesidad y entusiasmo de hacerse de experiencias; es más impetuosa, más arriesgada, más impaciente, se lanza de lleno a vivir las situaciones sin pensar tanto en sus consecuencias sino en los aprendizajes y vivencias obtenidas de ellas.

Por el contrario, el alma vieja administrará mejor la energía intentando detectar el momento exacto del empuje, el “punch” que se asimila a dar el martillazo con la fuerza apropiada sobre el clavo adecuado en el momento más propicio.

El alma nueva prefiere acertar ametrallando el blanco mientras que el alma vieja prefiere el tiro de precisión, donde empleará mayor detalle y esperará el momento oportuno, soltará el aire de sus pulmones y en el instante en que su cuerpo deje de vibrar, apretará el gatillo.

El alma vieja parece (y a veces así lo siente y lo expresa) más cansada y más calma por tantas luchas que ha tenido a lo largo de sus encarnaciones anteriores, por lo que ha aprendido a dosificar sus municiones (su energía vital) y a apuntar con precisión.

También el alma vieja ya habrá descubierto que hay una voz interior que llamará Intuición, que le señalará cuando debe actuar y cuando mantenerse en reposo. Y que siguiendo esta norma, el disparo siempre dará en el blanco y los éxitos coronarán su vida.

También encontraremos diferencias en que un alma vieja parece conocer de distintos temas siendo que en cambio el alma nueva tiene mayor poder de concentración sobre un asunto en particular, pero no son muchos los aspectos que domina; lo que resultará obvio porque la sabiduría se logra a través de la repetición de las experiencias.

En el punto de vista que exhibe cada persona podrá detectarse también la antigüedad de su alma; por ejemplo, las almas nuevas suelen tener un punto de vista fijo y les cuesta más empatizar con los demás, o sea, dar la vuelta y colocarse en los zapatos del otro, y comprender su situación.

Es como si vivieran en una casa que tiene solamente una ventana y por allí pueden observar al mundo, por lo que tienen una imagen siempre constante y un punto de vista preferentemente fijo.

Suelen ser aquellos que por falta de aprendizajes anteriores tienden a materializarse al grado de que lo que no ven físicamente, están convencidos de que no existe. En cambio al alma vieja no le resulta tan difícil elastizarse a un “puede ser” en lugar de “si no lo veo, no lo creo”, ya que el alma vieja ha debido pasar por situaciones donde ya ha aprendido que no todo lo que reluce es oro y que del lugar menos esperado suele saltar la liebre.

Las almas viejas tienen la posibilidad de cambiar sin incomodarse desde un punto de vista a otro, dado que “viven en una casa con muchas ventanas” por donde pueden tener distintas miradas sobre el mismo asunto, y por lo tanto, les resultará más sencillo ponerse en los zapatos del otro puesto que muy probablemente esa experiencia ya la hayan vivido.

Esto les otorga a las almas viejas la ventaja de adquirir aún mayor aprendizaje del que ya traen, y tener una mentalidad más abierta, con mayor profundidad, de modo de sumar nuevos conocimientos a otros que ya traen, y conectarlos en forma natural.

Un alma vieja tenderá a encontrar la solución más factible con el menor conflicto posible; su capacidad de negociación se verá notablemente ampliada porque en base a su experiencia natural ya ha adquirido herramientas que puede utilizar con mayor sutileza, y además comprende que malgastar energías en confrontaciones o en luchas abiertas no conduce a nada sano.

No está llevada como el alma nueva por sus impulsos al choque y la necesidad imperiosa de superar el obstáculo, sino que el alma vieja busca la mejor manera posible de resolver la situación de manera pacífica, sencilla y efectiva puesto que ya ha aprendido que los enfrentamientos consumen energía que no se aprovecha y esto no le conviene porque retardaría su aprendizaje.

El alma nueva, en cambio, estará enfocada con toda su energía en un asunto, querrá resolverlo a su manera, hacerlo ya, y será muy difícil que logre posicionarse desde otro punto de vista porque ha dirigido todos sus cañones en aquella dirección y eso mismo le imprime rigidez y le impide desplazarse, girar con libertad y emplazarse en otro punto de vista que pueda ser más apropiado, además de que probablemente ni se le ocurrirá tenerlo en cuenta.

A este respecto, debo contar una anécdota que refleja lo maravilloso que resulta contactarse con los Guías Espirituales que todos tenemos y dialogar con ellos, obteniendo así información valiosísima y normalmente imposible de lograr por los medios convencionales.

En cierta ocasión, me resultaba difícil de sobrellevar la forma de ser de una persona cercana, y eso me llenaba de impaciencia y fastidio, como estar obligado a volver a ver una película mediocre por tercera vez. Entonces, al consultar a mis Guías, Ellos me dieron una fecha en particular, sin darme mayores explicaciones dado que ya conocen perfectamente que si tengo una fecha, voy a hacer de inmediato la Carta Solar para ver de qué se trata.

Deduje claramente que me estaban induciendo a obtener información de esa fecha, que dijeron era la fecha de una de mis encarnaciones. Siempre me causa gracia y a la vez admiración, ver que se manejan conmigo de una forma sutilmente irónica porque saben que es la forma que más me gusta, y de esa manera Ellos ponen a prueba mi inteligencia y mi paciencia, situaciones que más tarde utilizarán para darme cada tanto algunas lecciones de humildad.

Para mi sorpresa, cuando realicé la Carta Natal de esa encarnación pasada mía, resultó muy similar a la Natal actual de esta persona con la cual me costaba coordinar ya que me parecía anticuada, lenta y demasiado estructurada.

Bien, pues algo así había sido mi personalidad en esa encarnación anterior, lo que representó para mí una excelente lección de humildad, dejándome bien en claro que debía aprender a respetar las personalidades de los demás por más que me parecieran incongruentes con la mía.

Lo mismo le pasó a otra persona cercana, una mujer que se quejaba de algunos aspectos muy directos de mi personalidad. Sus Guías le dieron una fecha del año 1300, y como yo era quien estaba leyendo sus Registros Akáshicos, al preguntar quién ella había sido antes, me surgió de golpe la imagen de una lucha entre personajes antiguos, entre tribus primitivas de las montañas, posiblemente del norte de Europa, de regiones que “casualmente” ella siempre decía que le llamaban la atención

De entre esa multitud en lucha que se veía en gris, apareció de pronto una figura en colores de un hombre cuya estatura sobresalía mucho del grupo, notándose claramente que era el líder, con un poncho pardo tejido a mano, cara con rasgos cuadrados primitivos, como de pocos amigos, con una gran cabeza y hombros, pelo rubio pajizo, esgrimiendo una maza con la que yo veía que molía a golpes las cabezas de sus oponentes.

Ese personaje, después lo corroboré haciendo la Carta Solar de esa fecha, había sido nada más ni nada menos que una vieja encarnación de la dama que se quejaba de mi carácter y cuyo Signo en aquel entonces resultó ser Leo, “el líder”. Sin embargo, en esta vida, ella es Cinturón Negro en artes marciales, o sea que tampoco se trata hoy de una pobre damisela suave e indefensa, a pesar de que ella pretenda aparentarlo.

Como se ve, estas experiencias nos llevan a comprender mejor a los que nos rodean y a no juzgar su esencia por las apariencias que podamos observar a la ligera. Ahora podemos ser una persona correcta que en otras encarnaciones fue un delincuente, pero que, gracias a haber pasado por las consecuencias de haber sido un delincuente, aprendimos que era mucho mejor comportarnos hoy como una persona correcta.

Del mismo modo, muchas de las cosas que nos molestan y que rechazamos en otras personas, pueden haber sido aprendizajes importantes en otras épocas en la que fuimos muy parecidos a lo que hoy no aceptamos.

Y que nos fastidia porque no podemos entender cómo es que ellos no pueden entenderlo; es que nosotros ya lo aprendimos antes pero estas personas están en proceso de aprenderlo recién ahora. Y ese proceso de aprendizaje, aunque nos cueste soportarlo, merece respeto porque de esa manera funciona la vida.

Es fácilmente observable que las almas nuevas tienden a concentrarse con toda su fuerza en un objetivo, siendo que la vida las obliga en cambio a incursionar en distintas áreas de vida (las Casas vacías de su Natal) de las cuales desconocen casi todo; ellas compensarán ese desconocimiento con la energía que vuelcan a la resolución del asunto.

En cambio las almas viejas tienden a atender diversos asuntos a la vez y a perfeccionar sus técnicas de resolución en cada uno de los conflictos; parece que hubieran conocido la cuestión desde siempre aunque no hayan tomado contacto con ese asunto en esta vida y logran resolverlo fácilmente.

Es el caso de esos geniales niños pequeños que tocan instrumentos maravillosamente bien, o cantan deliciosamente, o bien, resultan muy hábiles en tal o cual tema para su edad, dejando con la boca abierta a otras personas que los observan y que no comprenden cómo han logrado esa perfección a tan temprana edad; ellas son almas viejas que durante muchas vidas han incursionado en ese tema hasta volverse maestros en tal actividad.

Puedes utilizar técnicas de Regresión Hipnótica, lectura de Registros Akáshicos, o bien la interpretación de tu Carta Natal para dilucidar tu pasado. Pero también mediante una cuidadosa observación de tu comportamiento habitual, lo mencionado en este artículo podrá orientarte fácilmente, para comprenderte mejor y si es que te resulta interesante saberlo, hacia saber si eres un alma vieja o un alma nueva.

El Sendero Del Ser. Bendiciones. Leo

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