Vas a reconocer rápidamente a estos oscuros personajes de poder, encumbrados como líderes de países, que manejan la riqueza por cualquier medio sin que les importen sus consecuencias; emplean su carisma para posicionarse en lugares desde los cuales pueden gobernar a su antojo y enriquecerse insaciablemente, aplastando de cualquier manera a sus opositores.

Técnicamente, a estos personajes se los conoce como “Agentes conscientes del Mal” y pertenecen a una Tribu conocida como Burdo-Burdo-Burdo-Agua, una sub-escala de la clasificación dentro de las 18 Tribus que posee cada uno de los 4 Elementos Primordiales (Agua-Fuego-Aire y Tierra).

Estas personas no actúan a través de las prácticas de brujería negra propiamente dicha, sino que favorecen cuanta oportunidad haya de reforzar los efectos de la Oscuridad sobre la población humana. Sirven a su padre, el Diablo, la Oscuridad o como quiera que se lo llame. Utilizan su poder para manejar la economía y la política de los países, y como “premio” obtienen de cualquier manera y por medios ilegales enormes riquezas obtenidas a través de sus planes maquiavélicos.

También actúan en las áreas de manejo de los recursos humanos, hundiendo a su antojo la economía de los países, explotando poblaciones enteras que se empobrecen y ceden, muchas veces sin saberlo, su vitalidad, sus derechos e hipotecan su futuro y el de sus familias en favor de estos personajes, cuya única intención es hacerse de más poder y más riqueza, en forma compulsiva, obsesiva y sin límites aparentes.

Algunos de ellos minimizan o intentan disuadir de la no existencia de la Oscuridad, manteniendo a las actividades de la Iglesia de Cristo bajo su influencia; anulando los medios que puedan criticarlos y corrompiendo los mecanismos naturales de orden y justicia.

Su intención es mantener a la gente en un estado de sumisión, ignorancia e idolatría, fomentando el estado de inercia frente al crecimiento personal, minando su dignidad, y favoreciendo su desconocimiento.

De esta forma, todas sus decisiones se encuentran dirigidas al beneficio de la acción oscura sobre el planeta, mientras que se enriquecen con verdaderas fortunas que su padre oscuro les facilita a cambio de vender su alma al Demonio.

Lo que no comprenden, es que la Oscuridad los atrapa de tal forma que pierden la conciencia de lo que hacen, sin que intervengan pruritos ni cargos de conciencia; forman verdaderas sociedades con otros seres oscuros que los secundan atraídos por el enriquecimiento fácil y rápido. Estos personajes incluso se ríen descaradamente y en forma abierta y pública, de los sectores que oprimen, y su consigna es el mal por el hecho de hacer mal.

Utilizan “zombies mentales” que los siguen a rajatabla como si fueran dioses, moldeando sus mentalidades a fin de convencerlos que ellos son el único camino. Están a la vista en este momento, e inclusive algunos de ellos utilizan simbología nefasta, a plena vista, como burlándose de los justos a quienes exprimen en energías y recursos.

Algunos de ellos tienen plena consciencia de los intereses de su Padre Oscuro, y trabajan para que su poder aumente. Argentina es un país destinado a brillar por sobre el mundo oscuro, y por eso es que resulta fácil blanco de estos roedores maléficos; hay muchos intereses en que Argentina sea dividida, de cualquier manera posible para que no pueda surgir. Por eso este país está en la mira de los poderosos del mundo, no sólo por sus recursos sino por su destino de Faro de Luz hacia el mundo en estos tiempos finales.

Están formando parte del aparato de “La Bestia” y serán los asesores del Anticristo, trabajando para sentar sus bases en función del reconocimiento público de su falsa imagen. Sus almas no tienen posibilidad de ser recuperadas, pues están atrapadas y condenadas por su servicio a los más bajos intereses de La Bestia.

A este estado de degradación espiritual, se le llama en la Alquimia Sagrada como “Estado plomizo”, es decir, el residuo del residuo de la materia. Sabido es que cuando los materiales químicos y sus cualidades atómicas se ven reducidas a su mínimo estado de vibración, casi la muerte energética, se terminan convirtiendo en Plomo.

No hay la menor esperanza de recuperación de estas almas, ni por efectos milagrosos ni alquímicos, ya que niegan absolutamente todos los principios en que están fundamentadas las consignas que ha impartido el Maestro Jesús.

Las características fundamentales por las cuales son reconocidos son: técnicas de lavado de cerebro, inquisiciones, sistemas de espionajes, sectas y grupos de asociaciones ilícitas, ciencia pura y racional sin humanidad, totalitarismos, explotaciones, demagogias, amenazas, violencia, acumulación de riqueza y de poder, control absoluto de los medios de comunicación masivos, auspicio de diversiones y entretenimientos, el consumo indiscriminado, la hipocresía y la burla pública respecto de sus recursos y poderío económico.

Esta clase de personas están trabajando en contra de la Luz. Manejan sutilmente las mentalidades ignorantes con fantasías a favor de su poder y les indican en qué deben creer o no creer. Una característica inequívoca del accionar de estos personajes malignos es la manipulación por el miedo. Suelen agruparse en asociaciones dedicadas al establecimiento de la Nueva Era, que es un programa destinado al control masivo de las voluntades populares con el fin de esclavizar tanto las mentalidades como las conciencias.

Buscan por todos los medios, el reemplazo de la espiritualidad y la convicción de que ellos son los elegidos, utilizando la manipulación de la información, la droga, los vicios, el estupidizamiento de las mentalidades y el fomento de las preferencias y la esclavitud y dependencia a través de los favoritismos personales.

Con toda esta información, es imposible que al lector le resulte confuso el identificar a estas “personalidades” que manejan multitudes, para su propio beneficio económico y sin los menores remordimientos respecto a sus métodos en los que se remarca la presencia del ocultamiento (otra característica de la Oscuridad) y la mentira (hija del Príncipe de la Mentira, el Demonio mismo señalado por Jesús).

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